THE OBJECTIVE
Sanidad

La mala alimentación influye más que el tabaco a la hora de desarrollar un cáncer

Solo el 10% de los casos son hereditarios, mientras que el 90% se deben a factores ambientales

La mala alimentación influye más que el tabaco a la hora de desarrollar un cáncer

La mala alimentación influye más que el tabaco a la hora de desarrollar un cáncer. | EP.

La mala alimentación tiene una estrecha relación con el cáncer. Lejos de lo que cree la mayoría de la población, aún asentada en la idea de que el cáncer tiene fundamentalmente un origen hereditario, la realidad es bien distinta. Solo el 10% de los casos son hereditarios, mientras que el 90% se deben a factores ambientales, de los cuales el 40% se pueden prevenir, según la OMS.

Los factores del estilo de vida incluyen el tabaquismo, la dieta (frituras, carnes rojas), el alcohol, la exposición al sol, los contaminantes ambientales, las infecciones, el estrés, la obesidad y la inactividad física. La evidencia científica indica que de todas las muertes relacionadas con el cáncer, el 31% están relacionadas con la dieta, el 25% se deben al tabaco, el 15% están relacionadas con la obesidad, otro 15% se deben a infecciones, el 4% a la ingesta de alcohol y el 10% restante a otros factores como la radiación, el estrés, la actividad física o los contaminantes ambientales.

«La dieta es el factor que más influencia tiene en la aparición del cáncer», relata la oncóloga Elizabeth Arrojo en la I Jornada de Prevención del Cáncer, en Lanzarote, a la que ha asistido THE OBJECTIVE. La Dra. Arrojo señala que esto es así «no porque comer mal es más malo que el tabaco, sino porque cada vez son más las personas que tienen una mala dieta a aquellas que fuman». Si en 2000 el 32,7% de la población mundial fumaba, en 2005 el porcentaje descendió a un 29,5%, en 2010 a un 26,7%, en 2015 a un 24,4%, en 2020 a un 22,3% y para 2025 la OMS estima que el porcentaje de fumadores se haya reducido hasta el 20,4%.

Mientras tanto, a nivel mundial, una de cada cinco muertes —11 millones— están asociadas a una mala alimentación, según se desprende de un estudio publicado en la revista médica The Lancet. En España, país de la dieta mediterránea, solo un 20% de la población lleva una dieta saludable.

«Tenemos que saberlo porque el futuro de nuestros hijos está en nuestras manos. Los cánceres no surgen porque durante seis meses comamos mal, sino porque desde la infancia lo hacemos», explica la prestigiosa investigadora, directora y fundadora del  Instituto Médico de Oncología Avanzada (INMOA) y del primer Centro de Prevención del Cáncer a nivel europeo, ubicado en Madrid.

¿Qué tipos de cáncer provoca una mala alimentación?

Para 2040 se estima que habrá un 60% más de casos de cáncer, llegando a 21,7 millones de nuevos diagnósticos y 13,1 millones de muertes asociadas a esta enfermedad. A nivel nacional, el número de cánceres diagnosticados en España en 2023 alcanzará los 279.260 casos, según las estimaciones del último informe ‘Las cifras del cáncer en España’, realizado por la Sociedad Española de Oncología Médica. Si bien el estudio refleja que el riesgo empieza a aumentar de forma importante a partir de los 45-49 años, la doctora Arrojo señala que cada vez afecta a personas más jóvenes como consecuencia de malos hábitos y dietas poco saludables: «El 40% ya ocurre en menores 65 años».

Durante su intervención, que ha tenido lugar en el lujoso hotel lanzaroteño Seaside Los Jameos ante un grupo de asistentes, la oncóloga ha explicado que 13 tipos de cáncer están relacionados con una mala alimentación. «El grado en que la dieta contribuye a las muertes por cáncer varía mucho según el tipo de tumor», apunta la oncóloga. Por porcentajes, los datos son los siguientes: la dieta está relacionada con las muertes por cáncer en hasta el 70% de los casos de cáncer colorrectal, cáncer de páncreas (75%), cáncer de vesícula biliar (50%), de mama (50%), de endometrio (50%), cánceres gástricos (35%), de pulmón (20%), laringe, vejiga, boca, faringe y estómago (20%).

Alimentos asociados con una menor incidencia de cáncer

De esta forma, la prestigiosa oncóloga insisten en que la solución pasa por impulsar dietas equilibradas y garantizar el acceso a productos sanos. Una teoría respaldada por la nutricionista y profesora de la Universidad de Gran Canaria, Rocío González, quien durante su intervención ha ofrecido información útil sobre qué nutrientes y alimentos debemos moderar o aumentar en nuestra ingesta para prevenir enfermedades como el cáncer.

Y es que, actualmente, está bien respaldado el papel protector de las frutas y verduras contra los cánceres. Sin embargo, no fue hasta 1966, cuando el oncólogo e investigador estadounidense L.W. Wattenber propuso por primera vez que el consumo regular de ciertos componentes de frutas y verduras podría proporcionar protección contra el cáncer. Y no fue hasta 20 años después, en 1981, cuando los doctores Richad Doll y Richard Peto evidenciaron que entre el 75% y el 80% de los casos de cáncer diagnosticados en Estados Unidos podrían haberse prevenido mediante cambios en el estilo de vida.

«Unos buenos hábitos alimentarios son el instrumento principal para prevenir enfermedades y promover la salud de la población», apunta la nutricionista Rocío González, que indica que «hemos pasado de morir por causas infecciosas a morir por enfermedades crónicas no trasmisibles. Evoluciona la medicina pero también las enfermedades».

Así, la experta ha señalado, según datos recabados de un metaanálisis de estudios prospectivos en humanos, que alimentos con un alto índice glucémico, como el pan blanco, la miel o el azúcar, tienen una incidencia alta en cáncer colorrectal, de mama o endometrio; por contra, las legumbres tienen una incidencia baja en tumores colorrectales o de próstata. A su vez, el alto consumo de ácidos grasos saturados, como carne, leche y derivados, no tiene efectos en el estómago, próstata o ovarios.

En cuanto al consumo de pescado, según este metaanálisis, refleja una incidencia baja en cáncer de mama, colorrectal, pulmón, hígado y esófago, al igual que el consumo de frutos secos; por el contrario, la carne roja no procesada y la carne procesada muestran una alta incidencia en tumores de mama, colorrectal, páncreas y pulmón. La carne blanca y de pollo tiene una baja incidencia en colorrectal, y no se han demostrado efectos en próstata o estómago.

De esta forma, ante la evidencia científica, González hace hincapié en que «la dieta influye en la incidencia, el crecimiento y el desarrollo del cáncer», por lo que aplicando pautas de una dieta equilibrada «ayudamos a prevenir todos los tipos de tumores». En esta línea, la doctora Arrojo señala que su objetivo no es solo ser líder en tratamientos contra el cáncer, sino también «en mantener la salud». «El primer éxito de un médico no es curar a las personas, sino que no enfermen», concluye.

Publicidad
MyTO

Crea tu cuenta en The Objective

Mostrar contraseña
Mostrar contraseña

Recupera tu contraseña

Ingresa el correo electrónico con el que te registraste en The Objective

L M M J V S D