Hacienda se embolsa 6.100 millones con el tabaco en plena cruzada contra el cigarrillo
El crecimiento de los precios de estos productos antes de impuestos ha superado el 12% en 2023
El tabaco se ha convertido en una de las principales fuentes de ingresos de la Agencia Tributaria. En 2023, a falta de los datos del mes de diciembre, Hacienda ingresó 6.168 millones como consecuencia del impuesto especial sobre las labores de tabaco. Estos datos apuntan a que 2023 posiblemente superará la recaudación de 2022 (6.682 millones) convirtiéndose en uno de los años más boyantes en cuanto a este ingreso. El récord se produjo en 2010 con 7.423 millones de euros y 3.439 millones de cajetillas.
Según los informes de recaudación del año pasado, las arcas del Estado se embolsaron solo en noviembre 614 millones por este tributo, un 22,3% más que en el mismo mes de 2022, cuando Hacienda ingresó 502 millones. En lo que va de año la recaudación aumentó un 1,5%. En 2022, de enero a noviembre, Hacienda percibió 6.078 millones. «Las subidas de precios en los
últimos meses (en el año el crecimiento de los precios antes de impuestos supera el 12%, pero en los últimos meses se sitúa por encima del 13%) y sus posibles repercusiones sobre las salidas de los depósitos fiscales, junto con un mes de 2022 algo más bajo de lo normal, están detrás de este fuerte incremento», apunta el último informe mensual de recaudación tributaria.
El tabaco, quinta fuente de ingresos de Hacienda
De esta forma, el tabaco se convierte en la quinta fuente de ingresos de la Agencia Tributaria, solo superada por el impuesto del IRP (112.591 millones hasta noviembre de 2023), el impuesto sobre sociedades (29.891 millones), IVA (80.387 millones) y el impuesto especial sobre los hidrocarburos (11.081 millones). Además, las cifras vienen a mostrar cómo lo recaudado por el tabaco es casi seis veces mayor que lo recolectado por el alcohol (1.098 millones).
A pesar de que en los últimos 25 años, el consumo de tabaco en nuestro país ha disminuido considerablemente, pasando de 4.000 a 2.000 millones de cajetillas anuales, la encuesta EDADES 2022 demuestra que el consumo de los cigarrillos ha aumentado en los últimos años. En el año 2022, el 33,1% de la población de entre 15 y 64 años manifiesta consumir tabaco de manera diaria, casi un punto porcentual más que en 2020. Sin embargo, el aumento de la recaudación no es consecuencia exclusiva del aumento de consumo tras la pandemia, sino también por el incremento del precio del tabaco y los impuestos que se les aplica.
En 2023 el tabaco sufrió varias subidas de precio. En marzo, como reflejan las estadísticas de Hacienda, el precio medio al que se vendió una cajetilla de Marlboro fue de 5,34 euros, un 9,2% más que en el mismo mes de 2022, cuando se situaba en 4,89. Winston Classic ha encarecido un 7,4%, de 4,75 euros a 5,1 la cajetilla; y Camel ha pasado de 4,84 euros a 5,15, un 6,4% más.
En diciembre, el precio del tabaco volvió a subir en algunas marcas. Según la Resolución de la Presidencia del Comisionado para el Mercado de Tabacos publicada en el Boletín Oficial del Estado (BOE), el precio de este en España subió un 2,3% a partir del 16 de diciembre de 2023. La Resolución estableció nuevos precios para cigarros de las marcas Don Julio, La Flor Dominicana, Saga, Cohiba y Trinidad, y para picadura de pipa de la marca Social Smoke.
Por lo que atendiendo a esta subida, y a falta de los datos del mes de diciembre, todo apunta a que 2023 puede acabar cerca de la cifra histórica de 2010, cuando las arcas del Estado se embolsaron 7.423 millones de euros. 2024, por su parte, también ha comenzado con aumento de precios en las marcas más conocidas, como Ducados, Chesterfield, Davidoff, Fortuna, L&M, Marlboro, Nobel, Philip Morris, West, Horizon o West Virginia.
Más limitaciones al tabaco
Desde la OMS sostienen que «los impuestos al tabaco son el medio más costoeficaz de reducir el consumo de tabaco, sobre todo entre los jóvenes y los grupos de bajos ingresos». Por su parte, un estudio del Ministerio de Sanidad apunta que la subido del precio del tabaco ha contribuido a reducir el consumo entre los jóvenes en un 18%.
Sin embargo, también hay que indicar que este boyante tratamiento tributario viene muy bien a las arcas estatales, que ha ido aumentando este impuesto de manera progresiva en los últimos años. Todo esto tiene lugar cuando el departamento de Mónica García se ha marcado como una de sus metas para esta legislatura desempolvar el plan antitabaco 2021-2025 del cajón con más subidas de impuestos para las cajetillas, limitaciones en el uso de los vapeadores y ampliaciones de las zonas sin humo, como las terrazas de los bares.
«El Plan Integral de Prevención y Control del Tabaquismo ha de aprobarse para mejorar la salud y avanzar en bienestar en nuestro país», escribía este domingo en X el secretario de Sanidad, Javier Padilla, al asegurar que «la concentración de productos derivados del tabaco en las terrazas excede los límites nocivos para la salud».