Los alcaldes socialistas de los pequeños pueblos alicantinos de El Verger, Ximo Coll, y Els Poblets, Carolina Vives, que además son pareja, se han vacunado contra el coronavirus pese a no formar parte de los grupos de riesgo debido a que sobraban varias dosis que habían sido enviadas al centro de salud local.
Qué ha pasado: el alcalde de El Verger ha relatado que el pasado viernes le llamó la responsable del centro de salud para explicarle que habían sobrado siete dosis de las enviadas para vacunar al personal sanitario porque dos trabajadores estaban en cuarentena, otros dos tenían gripe y tres más prefirieron que no se la inyectaran. Ha asegurado que «sin esconderse ni mala fe» acudió con su mujer, que es alcaldesa de la vecina población de Els Poblets, y que les administraron las vacunas. Además, las otras cinco dosis sobrantes fueron puestas a agentes de la Policía local y de la Guardia Civil que en ese momento prestaban servicio en la localidad.
Según Coll, que además de alcalde tiene las competencias de Servicios Sociales y Sanidad, desde el centro de salud le indicaron que una vez sacadas del congelador, las dosis se mezclaban y tenían una vida útil de entre seis y siete horas, por lo que era conveniente que se aprovecharan. Ha relatado que, incluso, él y su mujer se hicieron fotos del momento de la vacuna con la idea de distribuirlas cuando llegue el momento para «incitar a las personas a que se la pongan», dado que una parte de los vecinos tienen miedo o cierto rechazo.
«¿Era mejor tirarlas?», se ha preguntado en voz alta el alcalde de El Verger, quien no se ve «un privilegiado sino», por el contrario, «un conejo de indias». Ha proseguido que la vacuna «no se la quito a nadie» ya que los 4.620 habitantes de El Verger y los alrededor de 2.500 de Els Poblets (que acuden al mismo centro de salud) recibirán sus dosis, de manera que las suyas «serán dos menos a poner después».
En una junta de portavoces municipal celebrada hoy en El Verger, los representantes de la oposición, PP y Compromís, le han preguntado y le han afeado lo sucedido. El alcalde, que está en el cargo desde 2015 y que es fontanero de profesión, ha admitido su sorpresa por el revuelo mediático suscitado y ha lamentado que la oposición se centre en esto y no en la que considera buena gestión del ayuntamiento durante la pandemia del coronavirus[contexto id=»460724″]. Ha añadido que, como alcalde, desde el pasado marzo ha estado casi diariamente en el centro de salud realizando distintas labores por lo que, al igual que los efectivos de la Policía local y la Guardia Civil, está expuesto habitualmente a la posibilidad de contraer el virus.