Un 75% de los españoles apoya la vacuna obligatoria para sanitarios
Según el último estudio del CIS, una gran mayoría de la población considera que la vacuna debería ser obligatoria para los sanitarios y trabajadores con atención directa al público
Vacunas obligatorias pero no para todos por igual. Casi el 75% de los españoles apoya la vacunación obligatoria del personal sanitario y sociosanitario, así como de los trabajadores que tienen relación con público, según el barómetro del CIS, que refleja también un aumento en 2 décimas de los que creen que habría que imponer la vacuna a todos los ciudadanos. Aunque esta cifra es más escueta, poco más de la mitad de los españoles, un 54,1%.
Así lo revela el sexto estudio del Centro de Investigaciones Sociológicas (CIS) ‘Efectos y consecuencias del coronavirus’ elaborado entre el 14 y el 17 de diciembre de 2021 en una muestra de 2.462 entrevistas, en el que un 55 % de los entrevistados asegura que su familia directa no se está viendo muy afectada por la pandemia.
Vuelve a subir el porcentaje de los ciudadanos que, ante los riegos de contagios por las nuevas variantes del coronavirus, considera que habría que imponer la vacunación obligatoria, pasando del 52,2% en el estudio previo al 54,1% actual. Un porcentaje que es mucho más elevado cuando la obligatoriedad se refiere a personal sanitario, de residencias o con atención directa al publico, que asciende al 74,4%.
Por otra parte, la vacunación infantil de los menores de 11 años ha sido bien acogida por la población según el estudio, ya que 77,4% asegura que está dispuesto a consentir la inmunización de sus hijos, frente al 14,6% que no lo haría. Y menos de la mitad, un 45,3%, considera que habría que obligar a los padres a vacunar a los menores, mientras que el 40,5 % no lo ve necesario.
Entre las personas que se niegan a vacunarse (el 4,9% de los encuestados), un 61,7% asegura que no lo va a hacer cuando llegue su turno, frente a un 16,7 % que sí lo hará. Los que rechazan la vacuna dicen que no se fían de ellas (26,7%) y que tienen miedo a los riesgos para su salud (22,5%), así como un 3,3% considera «tener pocas posibilidades de contagio».
Sobre la dosis de refuerzo, un 90,9% de los entrevistado están dispuestos a inyectársela, frente al 3,7% que es reticente, al considerar que, o bien es suficiente las vacunas previas, o bien tienen miedo a padecer efectos adversos en su salud