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El trabajo de rescate del niño atrapado en un pozo en Marruecos entra en una fase decisiva

Alrededor del mediodía, se ha producido un derrumbe en el pozo paralelo, que tiene una profundidad de 32 metros

El trabajo de rescate del niño atrapado en un pozo en Marruecos entra en una fase decisiva

Labores de rescate del pequeño Rayan. | AFP

Las labores de rescate de Rayan, un niño de cinco años que lleva más de 70 horas en el fondo de un pozo en Marruecos, han entrado este viernes en una fase decisiva, ya que los servicios de rescate se disponen a cavar un túnel horizontal para unir el pozo en el que está el niño con el pozo paralelo que han cavado para salvarlo.

Alrededor del mediodía, se ha producido un derrumbe en el pozo paralelo, que tiene una profundidad de 32 metros, como el pozo en el que está atrapado Rayan, ubicado en la localidad de Ighrane. La excavación del túnel horizontal durará al menos cuatro horas y es un trabajo que requiere cautela para evitar derrumbes.

En cuanto al estado de salud del niño, los servicios de rescate han informado de que, con una cámara que se ha metido al pozo donde se encuentra, han detectado un pequeño movimiento que han interpretado como una señal de vida, según ha dicho un miembro del equipo en declaraciones al portal marroquí de noticias Le360. A Rayan se le insufla oxígeno regularmente.

Las autoridades han movilizado cinco excavadoras y decenas de agentes de protección civil, así como funcionarios locales y miembros de la Gendarmería Real, que se afanan por sacar al pequeño cuanto antes, cuenta el diario marroquí Le Matin.

El portavoz del Gobierno, Mustapha Baitas, ha explicado que el gran número de personas desplegado y las malas condiciones del terreno ha dificultado un tanto las labores de rescate, pero confía en un final feliz. «Tenemos los medios y la experiencia necesarios para que esta operación de rescate sea un éxito. No dudaremos en pedir ayuda externa, pero esto es Marruecos, y contamos nuestra propia experiencia», ha dicho Baitas.

Los equipos de rescate intentaban este viernes por cuarto día consecutivo sacar con vida a un niño de cinco años que cayó en un pozo en un pueblo en el norte de Marruecos, una operación que tiene en vilo al país.

El niño cayó accidentalmente el martes por la tarde en un pozo seco, estrecho y de difícil acceso, excavado cerca de la casa familiar en la aldea de Ighrane.

«Esperanza»

«Rayan estaba jugando y luego desapareció hacia las 14H00. Toda la familia se movilizó para buscarlo hasta que nos dimos cuenta de que se había caído al pozo», relató a la prensa la madre del niño, con los ojos amarados en lágrimas. «Todavía tengo la esperanza de que me devuelvan a mi hijo con vida», dijo.

Un equipo médico ha sido desplegado en el lugar del accidente para «realizar los exámenes iniciales y las intervenciones de reanimación del niño una vez rescatado», según la agencia MAP.  Además se ha movilizado un helicóptero medicalizado en caso de emergencia. 

Solidaridad

Al principio, los equipos de rescate intentaron descender directamente al pozo, pero esta operación se abandonó porque el diámetro del pozo no supera los 45 centímetros.  También pensaron en ampliar el diámetro del pozo, pero fue imposible por el riesgo de desprendimiento. La única solución era cavar alrededor. 

La tragedia ha generado simpatía y solidaridad en las redes sociales. El viernes, las emisiones en directo de varios medios marroquíes seguían atrayendo a cientos de miles de espectadores, pendientes de la suerte del niño.

El hashtag #salvemosarayan (en árabe) estaba entre las principales tendencias de Twitter en Marruecos por segundo día consecutivo. Además, muchas habitantes de la región acudieron al lugar del accidente, lo que a veces dificulta las tareas de rescate. 

«Hemos venido a ayudar a los socorristas. Llevamos tres días allí. Rayan es un niño de nuestra región, rezamos a Dios para que se salve», dijo un voluntario. «No nos iremos hasta que esté fuera del pozo», aseguró.

Este accidente recuerda una tragedia ocurrida en España en 2019 cuando el pequeño Julen, de dos años, murió tras caer en un pozo abandonado de 24 centímetros de diámetro y más de 100 metros de profundidad en Andalucía. Tras una operación de gran envergadura los restos del menor fueron rescatados tras un despliegue que duró 13 días. 

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