Rafa, el camionero que factura 11 millones de euros vendiendo baterías
A final de año, conformará el complejo más importante del sector en Andalucía y se convertirá en uno de los más importantes de la península Ibérica
La historia de éxito de Rafa Fernández es la historia de un fracaso –o varios– como fuente de aprendizaje y superación personal. Una historia un tanto particular de emprendimiento al formar, en tan solo siete años, una de las empresas más importantes a nivel nacional en distribución de baterías.
«Siempre he sido un empresario sin empresa», señala a THE OBJECTIVE el CEO de CEMA Baterías, que relata que siempre ha estado «obsesionado» con la idea de emprender. «Nosotros importamos baterías de muchos tipos de EEUU, Asia y Europa, la almacenamos en un almacén logístico y las entregamos en un periodo de 24/48 horas», cuenta al otro lado del teléfono el sevillano, que junto a dos socios más han conseguido montar uno de los centros logísticos más grandes de Andalucía llegando a facturar en 2021 11 millones de euros –en 2014, año de inicio, fueron 250.000–. «Somos una empresa joven con mucho que hacer. Nos encontramos al 10% de lo que podemos producir porque no tenemos fronteras», relata el empresario, que actualmente exporta a 12 países –lo que supone el 12% de su producción–.
Sin embargo, el viaje al éxito no fue directo. Camionero desde los 20 años, tuvo que bordear por muchas carreteras secundarias y descarrilar y derrapar por algunas que otras más hasta, por fin, coger autopista y llegar a puerto seguro. «Transportaba maquinaria pesada de obra, como excavadoras, por toda Andalucía», cuenta el de Alcalá de Guadaira que, entre porte y porte, mientras sumaba kilómetros, iba meditando ideas de negocio hasta intentar dar con el proyecto adecuado. «Desde los 20 años estaba obsesionado con emprender. Me iba de vacaciones e iba con una libreta y un boli a todos sitios para coger ideas, anotarlas y luego desarrollarlas». Ese era su hobby, el que le llevó a su primer negocio, su primer fracaso.
«Monté una distribuidora de aceite, pero no salió bien. Lo compraba y luego lo vendía. Nos quedamos finalmente con el aceite para no tener pérdidas», cuenta Fernandez risueño al otro lado del teléfono, quien este domingo cumple 40 años.
¿Cuándo vino el segundo proyecto?
El segundo vino poco después. Compré dos remolques frigoríficos y fue mal también. Me endeudé y con una hija pequeña me vi con la soga al cuello. Fue muy difícil.
¿Y qué pasó después?
Volví al camión. Fueron momentos difíciles, de bajón, de miedo. Pero yo estoy para crear. Así que me lancé a por otro proyecto y junto con mi jefe montamos un negocio que consistía en la regeneración de baterías. Compramos una máquina que nos costó 30.000 euros, la máquina milagrosa, la llamábamos, y con una furgoneta vieja y destrozada, trajeado como si fuera director de banco, ofrecía regenerar baterías. Pero esto también fue mal, porque cuando una batería muere no tiene segunda vida. Y cuando al año decidimos valorar el negocio, nos dimos cuenta de que habíamos perdido miles de euros. Me sentía muy mal y responsable, pensaba 24 horas al día cómo solventar aquella situación, porque yo sabía que el negocio estaba en el tema de las baterías. Es un sector en auge, pero había que encontrar el negocio correcto.
Y lo encontró. Después de subirse de nuevo al camión, entre carga y descarga de maquinaria pesada, decidió hacer una contraoferta a sus jefes para adentrarse de lleno en la compra y venta de baterías. «Lo tenía todo en contra, porque en momentos difíciles todo el mundo te dice que no vale la pena», cuenta el empresario, que finalmente constituyó CEMA Baterías junto a otros dos socios más –por entonces sus jefes–, y hoy ya factura 11 millones de euros, tiene presencia física en España y Portugal y dan trabajo a 26 personas. «Fuimos bastante valientes», asegura el sevillano, que tiene en stock unas 75.000 baterías.
El mayor centro logístico de baterías de Andalucía
En mitad de una crisis logística mundial, la ambición de Rafa Fernández no tiene límites. Por ello, a final de año, la construcción
de estas instalaciones, asentadas en Alcalá de Guadaira, será el complejo más importante del sector de las baterías en Andalucía hasta la fecha y se convertirá en uno de los más importantes de la península Ibérica, con más de 6.000 metros cuadrados de suelo industrial.
«Me siento muy orgulloso de anunciar esta gran noticia, para nosotros es dar un gran paso hacia nuestros siempre ambiciosos objetivos de crecimiento. Estamos convencidos que, con estas nuevas instalaciones, estos nuevos sistemas logísticos y sobre todo con el gran equipo que hemos formado prácticamente en todo el mundo, seremos mucho más competitivos y ágiles», concluye, demostrando, una vez más, que su viaje al éxito no tiene freno de mano.