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El estrés académico se ceba sobre todo con los estudiantes ‘de sobresaliente’

El estrés académico percibido es el resultado de la alta autoexigencia y las altas expectativas relacionadas con el rendimiento universitario

El estrés académico se ceba sobre todo con los estudiantes ‘de sobresaliente’

Foto: Elisa Ventur | Unsplash

Cada vez son más los estudiantes universitarios que padecen estrés académico, que es el estrés relacionado con sus estudios; incluso algunos afirman que sienten más estrés por su rendimiento que por otras situaciones alarmantes como la pandemia. De hecho, en 2016 se registró en España una tasa de abandono de estudios universitarios del 13 % y el estrés se citaba como uno de los desencadenantes.

El estrés es una percepción de una amenaza real o supuesta a la integridad fisiológica o psicológica de un individuo que resulta en una respuesta fisiológica o conductual, según el neurocientífico estadounidense Bruce McEwen. El estrés se puede entender como respuesta, estímulo, reacción o situación.

Cuando la situación estresante se relaciona con la presión del sistema educativo, las pruebas objetivas de rendimiento y los derechos y obligaciones a los que se someten los estudiantes en el ámbito de la Educación Superior, concretamente en la Universidad, se denomina estrés académico o respuesta de estrés de los estudiantes universitarios.

Un enemigo silencioso

Aunque no es algo que se prevea cuando iniciamos la carrera universitaria, siempre aparece en un nivel u otro, y se ha estudiado abundantemente. De hecho, algunos autores lo han calificado como el «enemigo silencioso» del estudiante.

La investigación concluye que la variable más conocida como estresor es el rendimiento académico (aprobar/suspender), de tal forma que el estrés académico percibido sería el resultado de la alta autoexigencia y las altas expectativas relacionadas con el rendimiento universitario.

Expectativas y resultados

Es posible relacionar el estrés académico con el rendimiento y las expectativas en base al modelo de expectativas del psicólogo estadounidense de los años sesenta Víctor Vroom, según el cual las acciones que realizamos los seres humanos dirigidas a un objetivo obtendrán esfuerzo y rendimiento en torno a tres ejes fundamentales:

  1. Instrumentalidad del objetivo.
  2. Motivación intrínseca o extrínseca de la persona para alcanzar ese objetivo.
  3. Valor de la ganancia o la pérdida de dicho objetivo.
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El estrés académico es el resultado de la alta autoexigencia y las altas expectativas relacionadas con el rendimiento universitario. | Foto: Robert Bye | Unsplash.

¿Qué tipo de estudiante sufre estrés?

Aunque muchos trabajos se han centrado en explorar la respuesta de estrés de los estudiantes universitarios, son pocos los que demuestran que esta población posee un perfil psicológico determinado. No obstante, sí son visibles los factores precipitantes y amortiguadores de esta respuesta de estrés; así como también lo son las consecuencias de ésta.

Por un lado, destaca el apoyo social como un componente amortiguador. Específicamente, se ha encontrado que obtener una red de apoyo sólida protege frente a los efectos nocivos de la respuesta de estrés académico; y también se ha encontrado que amortigua la relación entre el estrés del estudiante y su rendimiento académico.

Los estudiantes ‘tipo A’

Existen otros factores inherentes a la persona que actúan como precipitantes de la respuesta de estrés académico, como el tipo A de personalidad y los rasgos de extraversión y neuroticismo.

Los estudiantes «de sobresaliente» y con personalidad tipo A son también los que reportan mayores niveles de estrés académico durante las épocas de exámenes

Se ha demostrado que los estudiantes con la personalidad tipo A alcanzan mejores puntuaciones en su rendimiento académico por esas acciones proactivas asociadas con este tipo de personalidad; sin embargo, la otra cara de la moneda es que estos mismos estudiantes «de sobresaliente» y con esta personalidad son también los que reportan mayores niveles de estrés académico durante las épocas de exámenes.

Asimismo, se ha observado que los estudiantes con niveles altos en los rasgos de neuroticismo y extraversión son los que mayores niveles de estrés registran durante el alcance de sus metas académicas. Por tanto, parece que aunque no haya un perfil psicológico claro sí que existen rasgos de personalidad asociados con este constructo (estrés académico).

Causas intrínsecas del estrés

El estado de la autoeficacia, el autoconcepto y la resiliencia de los estudiantes juegan un papel importante en su percepción de estrés, aunque el efecto (amortiguador o potenciador) aún no ha recibido consenso entre los autores dedicados a este hito.

Por otro lado, existen otras variables asociadas con el contexto universitario que también actúan sobre esta percepción de estrés académico. Por ejemplo, se ha demostrado que el tipo de carrera universitaria escogida parece ser un factor clave; las carreras de las Ciencias de la Salud son las que provocan mayores niveles de estrés en sus estudiantes.

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Aunque no haya un perfil psicológico claro sí que existen rasgos de personalidad asociados con el estrés académico | Foto: Keenan Constance | Unsplash

Causas extrínsecas

Algunos estudios subrayan que el nivel de organización y planificación del grado, la metodología docente de la universidad, los recursos académicos disponibles (curriculares y extracurriculares), la satisfacción del estudiante con el programa educativo escogido y la distancia entre la residencia habitual del estudiante y la universidad también pueden modular la respuesta de estrés del estudiante universitario.

De entre las consecuencias del estrés académico más demostradas destaca un efecto sobre el bienestar psicológico y la calidad de vida del estudiante y la emergencia de ciertas psicopatologías (ansiedad generalizada, ataques de pánico, depresión, etc).

Son muchos los que abandonan la carrera universitaria motivados por un locus de control externo, un constructo psicológico que se refiere al grado en que una persona considera que lo que le ocurre en su vida depende de las acciones de otras personas o de las características de ciertas situaciones.

En este caso, los estudiantes abandonan el ámbito académico y se justifican descargando esa presión en la dificultad de la materia o en la mala organización metodológica, por ejemplo.

Hacer frente al estrés

En varios estudios se ha demostrado que el abandono o la persistencia del estudiante en su ámbito académico se ve directamente influida por sus estrategias de afrontamiento (evitación/acción) una vez que el estrés ha aparecido.

Dentro de estas estrategias destacan:

  1. Encontrar la motivación a través de la acción.
  2. Afrontar activamente el estrés con planificación y organización de los recursos.

Ambas ayudan al estudiante en situación de estrés a conseguir un mejor rendimiento académico.

¿Y en la modalidad no presencial?

Las nuevas modalidades de educación por internet o semipresencial influyen directamente sobre la percepción del estrés del estudiante. La modalidad no presencial le permite estudiar desde casa con las comodidades que ello conlleva, pero también supone, en la mayoría de los casos, compaginar la vida universitaria con la familiar o laboral, así como la reducción de redes sociales presenciales de apoyo.

Nuestra investigación está dedicada a esta temática con el fin de determinar un perfil psicológico del alumnado en modalidad en línea o semipresencial y establecer la relación de este perfil con la respuesta de estrés académico.

El proyecto se encuentra en la fase de análisis de datos, aunque se espera que el nivel de estrés percibido por los estudiantes se encuentra modulado por sus rasgos de personalidad y otros constructos psicológicos intrínsecos.

Conocer los desencadenantes específicos del estrés en los estudiantes por internet, y los perfiles psicológicos que pueden adaptarse mejor o peor a este modelo de aprendizaje, nos puede ayudar tanto a la hora de elegir estudios como de diseñar los currículos y planes de trabajo.

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Este artículo fue publicado originalmente en The Conversation. Lea el original.

Autoras: María José García Rubio, Codirectora de la Cátedra VIU-NED de Neurociencia global y cambio social – Profesora Máster Neuropsicología Clínica – Miembro del Grupo de Investigación Psicología y Calidad de vida (PsiCal), Universidad Internacional de Valencia; Aránzazu Duque Moreno, Doctora en Neurociencias. Directora del Grado en Psicología y Secretaria de la Cátedra de Humanización de la Asistencia Sanitaria. Miembro del grupo de investigación Psicología y Calidad de Vida, Universidad Internacional de Valencia; Encarnacion Rama Galdón, Profesor de Psicología, Neuropsicología, Universidad Internacional de Valencia; Irene Cano López, Coordinadora del Máster Universitario en Neuropsicología Clínica, Universidad Internacional de Valencia; Marta Aliño Costa, Directora de Máster – Neuropsicología Clínica y Neurociencias, Universidad Internacional de Valencia; Mercedes Almela, Profesora de Psicología de la Salud en la vejez: Evaluación y Diagnóstico, Universidad Internacional de Valencia; Paula Martinez Lopez, Doctora en Psicología. Profesora Adjunta de la Facultad de Ciencias de la Salud de la Universidad Internacional de Valencia (VIU) y Directora de la Cátedra de Humanización de la Asistencia Sanitaria de VIU, Fundación ASISA y Proyecto HUCI, Universidad Internacional de Valencia y Sara Puig Pérez, Vicedecana de la Facultad de Ciencias de la Salud, Universidad Internacional de Valencia.

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