Los mosquitos no son la única preocupación del verano: así afecta el calor a la presión arterial
El calor puede provocar bajadas de tensión, por lo que es importante estar alerta a los síntomas y actuar a tiempo en caso de que se produzcan
Aunque verano es sinónimo de vacaciones, sol, playa y disfrutar, también trae consigo algunos problemas de salud propios de la estación estival. La mayoría de personas, al pensar en esto, los relacionan con las quemaduras solares, las picaduras de medusas o mosquitos o la falta de sueño en casos extremos de calor.
Aunque esto es cierto, hay otra cosa que es importante no perder de vista: las variaciones de la tensión arterial. Sobre todo, aquellas bajadas inesperadas que pueden hacer incluso que la persona se desplome. Estas son algunas cosas que tener en cuenta sobre la tensión durante los meses más calurosos del año.
El calor y los vasos sanguíneos
La subida de la temperatura ambiente produce vasodilatación en el cuerpo. Es decir, el calor hace aumentar el diámetro de los vasos sanguíneos y esto provoca que la sangre no ejerza la misma presión contra las paredes de estos.
Por hacer una analogía, es como lo que ocurre al pasar agua por una manguera. Si esta es fina la presión del agua será alta, pero, si el calibre de la manguera es mayor y la cantidad de agua es la misma, la presión será notablemente menor.
Esta bajada de la tensión arterial provocada por el calor suele afectar a un 30% de las personas que sufren hipertensión.
Efecto de la playa
Aquellas personas que habitualmente vivan en una zona alejada del mar, y sobre todo si su residencia está en una zona montañosa, viajar en verano a la playa en verano para disfrutar de las vacaciones también puede afectar a los valores de la tensión arterial.
Esto es porque estar al nivel del mar contribuye a bajar esta presión. Eso, unido al calor que es probable que haga, puede provocar que la presión arterial descienda notablemente y la persona sufra algunos síntomas de mareo.
Influencia de las hormonas
La mayor cantidad de horas de luz solar y las temperaturas altas hacen que el cerebro humano eleve los niveles de oxitocina, dopamina, prolactina y noradrenalina, según indican varios estudios científicos.
Estas hormonas están directamente relacionadas con alteraciones positivas en el estado de ánimo, el aumento del deseo sexual y con la reducción del estrés. Además, a menos estrés, menos subidas de tensión arterial.
Qué hacer con las pastillas de la tensión
En caso de estar en tratamiento con fármacos antihipertensivos, durante el verano se deberá mantener este con la misma dosis y en ningún caso reducirla o directamente dejarlo sin prescripción médica. Si ocurre que durante esos meses la persona se nota más decaída, mareada o la tensión arterial máxima o sistólica está por debajo de 110, tendría que consultarlo con su médico.
Es cierto que en algunos casos es necesario reducir un poco la dosis de la medicación durante el verano y luego volver a reajustarla en otoño. Sin embargo, esta es una decisión que debe tomar un profesional sanitario ya que, de lo contrario, podría ser peligroso para la salud.
Cómo controlar la presión arterial
A pesar de que hay muchos factores externos que afectan a la presión arterial y que, por tanto, no se pueden controlar, también hay otros que sí. Uno de ellos es la hidratación, que es fundamental, pero no a base de bebidas azucaradas o con alcohol. Además, tampoco hay que descuidar la alimentación, algo que suele ocurrir durante las vacaciones.
No obstante, la hipertensión sigue siendo un riesgo por lo que hay que seguir vigilando el consumo de alimentos ricos en sal. Además, hay que evitar los lugares excesivamente calurosos, hacer comidas poco abundantes y llevar ropa ligera y holgada para que no suba mucho la temperatura corporal. Estas son algunas de las medidas que ayudarán a controlar la presión arterial.
Qué hacer ante una bajada de tensión
Quienes están sufriendo una bajada de tensión suelen empezar a notarlo porque la visión se les vuelve borrosa, tienen sensación de mareo, palidez, sudoración brusca y debilidad. Si se empieza a experimentar alguno de estos síntomas es importante pedir ayuda y buscar un lugar fresco donde tumbarse o sentarse. Tras esto, también puede ayudar a recuperarse poner los pies en alto y beber agua o una bebida azucarada.
En el caso de que le esté ocurriendo a otra persona habrá que actuar de la misma forma: levantar sus piernas a unos 45 grados y ofrecerle algo de beber, a menos que esté inconsciente. Si además la persona no recupera el conocimiento habrá que llamar sí o sí al 112.