La transmisión de la tuberculosis en la Comunidad Valenciana es comparable a la de países como India
Los expertos trasladan un mensaje de tranquilidad: aseguran que se puede tratar y que la mayoría de infectados no llegan a desarrollar la enfermedad
La Comunidad Valenciana tiene una alta transmisión de tuberculosis, especialmente entre la población local, según un estudio elaborado por el Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) y publicado en la revista eLife en el que ha participado una gran parte de los hospitales de la comunidad y la Dirección General de Salud Pública.
De los datos obtenidos en el estudio destaca que la alta tasa de transmisión es «comparable con la observada en países de alta incidencia de la enfermedad, como India, China, Indonesia o Filipinas, según señalan los investigadores.
Comparada con la transmisión en un país de baja incidencia como Reino Unido y uno de alta incidencia como Malawi, la de la Comunidad Valenciana está a medio camino. «Esto indica que la naturaleza de la epidemia puede ser muy diferente incluso entre países con una tasa similar de casos», según explican los investigadores en un comunicado.
El estudio analiza el genoma de una amplia muestra de los 1.388 casos de tuberculosis detectados en esta comunidad autónoma entre los años 2014 y 2016 e identifica los casos no detectados por el estudio convencional de contactos.
Transmisión sin desarrollar la enfermedad
La transmisión de la tuberculosis siempre ha estado asociada a los pacientes que desarrollan la enfermedad y muestran síntomas. Sin embargo, este estudio liderado por Iñaki Comas busca entender el papel de la transmisión de la tuberculosis durante los estadios de la enfermedad en los que el paciente aún no muestra síntomas, cuando se encuentra en estado latente.
Se calcula que el 90% de las personas que se infectan con la bacteria no desarrolla la enfermedad, según apunta a THE OBJECTIVE Antonio Ramos, especialista en enfermedades infecciosas y miembro de la Sociedad de Medicina Interna (SEMI). Del 10% que sí la desarrolla, solo la mitad lo hace en los dos años posteriores al contacto con la bacteria, explica Ramos, mientras que el 5% restante lo hace a lo largo de su vida.
Hasta ahora, «se creía que no se podía transmitir» en esta fase, señalan los investigadores del CSIC, que apuntan que se calcula que un cuarto de la población mundial está infectada aunque no haya mostrado síntomas: «Es la llamada tuberculosis latente, y hasta ahora se creía que no se podía transmitir».
Este tipo de casos son los que se han detectado en la Comunidad Valenciana, asociados a «cadenas de transmisión que comenzaron hace décadas y aún siguen activas, aunque en fase subclínica, asintomática y no diagnosticada», explican los autores del estudio.
Lo que no se ha encontrado han sido «factores de riesgo» que hayan llevado a esta situación, es decir, «ningún hábito o enfermedad que explique la elevada tasa de transmisión observada», señala en el comunicado la investigadora Mariana Gabriela López.
«La poca evidencia existente hasta ahora de que los casos subclínicos transmiten la tuberculosis la generamos en el proyecto TB-Accelerate, también financiado por el European Research Council (ERC)», afirma Comas, que dirigió el proyecto. Ahora, el objetivo es extender este análisis a poblaciones de todo el mundo. «Si demostramos que la fase subclínica tiene un impacto significativo en la transmisión de la tuberculosis, implicaría un cambio radical en las estrategias de control», señala Comas.
La tuberculosis se puede tratar con eficacia
Que la transmisión sea elevada no quiere decir que el número de casos de la enfermedad también lo sea. En España, según señala a este diario Antonio Ramos, las cifras son de entre 10 y 20 casos por 100.000 habitantes.
Además, el internista insiste en que a pesar del estigma que rodea la enfermedad, la tuberculosis «tiene un tratamiento muy eficaz». Aunque prolongado, ya que dura entre seis y nueve meses, si se sigue correctamente, la terapia da buenos resultados, afirma el experto.
«La gente se moría hace 80 años, hoy día no es así, en un país como España que tenemos la posibilidad de tratar a todos los enfermos es un tratamiento eficaz», insiste Ramos. «Fracasan los que no tienen adherencia, los que no cumplen el tratamiento, esos pueden ir mal y pueden ir apareciendo resistencias», añade.
Además, explica el experto, en los pacientes que han dado positivo en la prueba recientemente se puede poner un tratamiento preventivo para evitar la activación, así como en aquellos que se sabe que han sido infectados por la bacteria y se enfrentan a alguna circunstancia o medicamento que vaya a bajar sus defensas, como un trasplante o una enfermedad autoinmune.