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Sociedad

Puerta grande para Pequeño Deseo: la séptima gran subasta logra otro éxito rotundo 

La organización podrá cumplir los sueños de un centenar de menores gracias a la solidaridad desplegada en una noche para los héroes

Puerta grande para Pequeño Deseo: la séptima gran subasta logra otro éxito rotundo 

Mario Vaquerizo y Anabel Alonso durante la gala con la pequeña Laia. | Pequeño Deseo

La Fundación Pequeño Deseo lo ha vuelto hacer (por séptima vez). Su Subasta Grandes Deseos ha superado todos los objetivos previstos y podrá ayudar a cumplir los sueños de un centenar de menores que sufren enfermedades raras y que encuentran en estos momentos un pequeño oasis con el que ganar un impulso para batir sus dolencias.

En una noche para los pequeños héroes, el lado mas solidario de decenas de personas ha permitido recaudar fondos suficientes para cumplir los planes y sorpresas de 100 niños gracias a las desinteresadas pujas por algunos de los productos y experiencias exclusivas subastadas.

El evento contó con más de 30 lotes de experiencias únicas que fueron donadas en su integridad. Beatriz Ordovás, de la famosa casa de subastas Chistie’s, mantuvo la tensión entre los invitados con algunos de los lotes más reclamados y que lograron batir récords: el desayuno con Isabel Díaz Ayuso, y la posterior visita al reloj de la Puerta del Sol, subió hasta 5.000 euros en un rifirrafe entre interesados que levantó el murmullo de la sala y los aplausos; pasar un día con el torero Roca Rey se disparó a los 4.800 euros y el pack de cena y comida en el Celler de Can Roca y el ABAC de Jordi Cruz se disparó hasta los 4.000 euros. 

A estos les siguieron otras experiencias como Sublimotion de Paco Roncero en Ibiza, que también se elevó muy por encima de la puja de salida, así como el traje de flamenca de Rocío Peralta que triplicó su precio (y más ahora que ha vestido a Rosalía para Vogue).

Y es que fue una noche de emociones compartidas, ya que los dos presentadores invitados, Mario Vaquerizo y Anabel Alonso, junto a la directora de la Fundación Pequeño Deseo, Cristina Cuadrado, presentaron el testimonio de Laia, una niña enferma de Leucemia desde los 2 años, y su madre, Sonia. El año pasado, Laia pudo sentir, gracias a la fundación, la sensación de volar; y este año cumple el primer cumpleaños de su transplante de médula. 

Vivir su deseo fue, según su madre, «una inyección de energía y de fuerza y estoy muy agradecida de haber podido ver sonreír y disfrutar así a mi hija después de tanto», explicó.

Beatriz Ordovás durante la subasta, en manos de Christie’s. Foto: Pequeño Deseo.

Esta es la séptima edición de una subasta muy esperada que regresó para seguir sumando, no sólo fondos, sino adeptos a tan esta causa, como lo son ya muchos de los rostros que arroparon el acto: los diseñadores Lorenzo Caprile y María Escoté; los actores Nico AbadManu Baqueiro. Tampoco faltaron la empresaria Nuria March; así como José Asín y Eliza Arcaya, patronos de la fundación junto a Macarena Rey; o las periodistas Marta Barroso y Teresa de la Cierva, embajadoras como Gaella de la SernaRocío SatrústeguiBegoña Muñoz de Verger Rocío Álvarez de la Campa.

Veintidós años de pequeños grandes deseos

Ayudar a quienes más lo necesitan no siempre tiene precio. El proceso es simple. Con los deseo, el proceso es simple. Primero, los médicos certifican el estado del paciente (de entre cuatro y 18 años) para poder saber si se puede disfrutar el plan sin que este conlleve algún riesgo para la salud del pequeño.

Una vez se certifica, los miembros de la organización pasan a iniciar el trabajo necesario para cumplir con su sueño en colaboración con los familiares, con quienes se ‘compinchan’ para que pueda ser una sorpresa para el menor, lo que tiene un efecto muy positivo para su salud.

Hacer realidad el deseo del niño es absolutamente gratuito para para él y para un acompañante adulto. La Fundación corre con todos los gastos derivados de su realización, aunque en los casos en los que la familia pueda cubrir alguna de las partidas, el ahorro producido se destinará a realizar otro deseo.

Labores como esta dan sentido al día a día de un centenar de personas que necesitan ayuda para poder mejorar y cumplir algo tan sencillo como ver el mar, ir a la nieve o, por unos momentos, olvidarse del hospital. Aunque la subasta sea solo una vez al año, puede colaborarse a través de donaciones o ayudas mensuales que irán destinadas únicamente a hacer que los más pequeños ganen fuerzas para acortar su lucha y sentir que el final del túnel está un poco más cerca.

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