Estas son las dos dietas que ayudan a prevenir el Alzhéimer, según los expertos
Las placas y los ovillos de la proteína tau en el cerebro son algunas de las señales de la enfermedad de Alzheimer
Las placas de la proteína tau y los ovillos de la proteína tau en el cerebro son algunas de las señales de la enfermedad de Alzheimer. Ahora, la dieta mediterránea y la MIND, basadas en el consumo de verduras de hoja verde y otras, frutas, cereales integrales, aceite de oliva, nueces y pescado parecen estar relacionadas con una menor presencia de estos indicios.
Es cierto que los resultados del estudio muestran una asociación entre el consumo regular de estas dietas y menos placas y ovillos características de la enfermedad de Alzheimer. Sin embargo, los autores advierten que en ningún caso se establece una relación de causa y efecto entre ambos.
El estudio analizó a un grupo de personas que seguían las dietas MIND y la Mediterránea y apareció publicado en Neurology. La dieta mediterránea, por una parte, consiste en el consumo de verduras, frutas y tres o más porciones de pescado por semana; la MIND, por otra parte, prioriza las verduras de hoja verde como la espinaca, la col rizada junto con otras verduras. Esta última también sitúa a las bayas por encima de otras frutas y, además, recomienda una o más raciones de pescado a la semana. En ambos casos aconsejan pequeñas cantidades de vino diarias.
Alimentos que incluye la dieta MIND
- Cereales integrales, tres o más porciones al día.
- Vegetales de hoja verde (como espinacas y ensalada verde), al menos seis porciones a la semana.
- Frutos secos, cinco porciones (35 gramos aproximadamente cada porción) a la semana.
- El resto de las hortalizas, por l o menos una al día.
- Bayas, dos o más porciones a la semana.
- Aceite de oliva, como aceite de cabecera.
- Legumbres, al menos tres porciones a la semana.
- Pescado, una vez a la semana.
- Aves de corral, dos veces a la semana.
Relación entre estas dietas y el alzhéimer
«La mejora en las dietas de las personas en solo un área, como comer más de seis porciones de verduras de hoja verde por semana o no comer alimentos fritos, se asoció con menos placas de amiloide en el cerebro, lo que sería similar a estar alrededor de cuatro años más jóvenes», afirma la autora del estudio, Puja Agarwal, de la Universidad RUSH en Chicago, en declaraciones recogidas por ABC.
Agarwal explica que la investigación «no prueba que una dieta saludable sea la responsable de menos depósitos cerebrales de placas amiloides». Sin embargo, sí «que existe una relación y seguir las dietas MIND y Mediterránea puede ser una forma de cuidar la salud cerebral y proteger la cognición a medida que envejecemos», aclara.
En el estudio participaron 581 personas con una edad promedio de 84 años. Todas ellas, en el momento de la evaluación de la dieta, aceptaron donar sus cerebros tras su fallecimiento. Tras esto, los participantes completaron cuestionarios anuales sobre su ingesta de alimentos en función de varias categorías.
Desarrollo de la investigación
El 39% de los participantes tenían diagnosticada demencia justo antes de su muerte. Al examinar los cerebros después del fallecimiento, el 66% cumplía con los criterios para la enfermedad de Alzheimer. En la autopsia, los investigadores examinaron los cerebros de los participantes para determinar la cantidad de placas amiloides y ovillos de tau. Aunque ambos son indicios de esta enfermedad, también es posible encontrarlos en los cerebros de las personas mayores con cognición normal.
Después de este análisis, revisaron también los cuestionarios sobre sus dietas y clasificaron la calidad de cada una:
- En el caso de la dieta mediterránea, había 11 categorías de alimentos. Los participantes tenían una puntuación de 0 a 55 y las más altas eran para aquellas que se adhirieron a la dieta en estas categorías: cereales integrales, frutas, verduras, legumbres, aceite de oliva, pescado y patatas. Por el contrario, las notas más bajas fueron para quienes comían carnes rojas, aves y productos lácteos enteros.
- En cuanto a la dieta MID, establecieron 15 categorías. La puntuación en este caso iba de 0 a 15, dando un punto a cada uno de los 10 grupos de alimentos saludables para el cerebro. Estos incluían las verduras de hojas verdes, otro tipo de verduras, nueces, bayas, frijoles, granos integrales, pescado, aves, aceite de oliva y vino. Por el contrario, perdían un punto si comían alimentos más de lo recomendado de cinco grupos poco saludables. En este caso eran las carnes rojas, mantequilla y margarina, queso, bollería y dulces, frituras y comida rápida.
Conclusiones del estudio
Al observar concretamente los componentes individuales de cada dieta, los investigadores descubrieron que quienes comían más cantidad de verduras de hoja verde, entre siete o más porciones por semana, tenían cantidades de placa en el cerebro correspondientes a personas casi 19 años más jóvenes.
«Nuestro hallazgo de que comer más verduras de hoja verde está asociado en sí mismo con menos signos de la enfermedad de Alzheimer en el cerebro es lo suficientemente intrigante como para que las personas consideren agregar más de estos alimentos a su dieta», destaca Agarwal.
Sin embargo, algo a tener en cuenta es que los participantes del estudio eran en su mayoría blancos, no hispanos y mayores, por lo que los resultados no pueden generalizarse a otras poblaciones.