Hay una posición para dormir la siesta y que no te duela el estómago
Esta práctica es algo que forma parte de la cultura española pero que, si se abusa de ella, puede ser perjudicial para el estómago
La siesta es un acto que prácticamente forma parte de la cultura española. A todo el mundo le entra un poco de somnolencia después de la comida, pero hay dos grupos de personas en cuanto a cómo enfrentar ese sueño. Algunas personas prefieren echar solo «una cabezadita», es decir, cerrar los ojos un rato corto sentados en el sillón. Sin embargo, también hay quienes están más a favor de acostarse, en la cama o en el sofá, y dormir más tiempo.
El problema con este segundo grupo es que pueden aparecen más molestias abdominales y síntomas «como el reflujo gastroesofágico, con acidez e incluso sensación de náusea». Según el director médico y fundador de IDI-Instituto Digestivo, Diego Sánchez Muñoz, «esto es debido a que se adopta la posición de decúbito (acostado) poco tiempo después de haber ingerido alimentos (y además, el almuerzo suele ser la comida más abundante)».
Esto provoca que el proceso de la digestión no sea el adecuado, por lo que el vaciamiento gástrico es más lento. Esto mismo ocurre si la hora de la cena es muy próxima a la de ir a dormir; de ahí las recomendaciones de dejar un tiempo más o menos largo entre el haber comido y meterse en la cama.
La posición más adecuada para dormir la siesta
El doctor destaca la postura fetal como una «postura eminentemente antiálgica, es decir, es un mecanismo de defensa» que se suele adoptar de forma inconsciente cuando aparece dolor abdominal. Esto es porque aumenta la presión abdominal, lo que favorece el reflujo gastroesofágico. Este es uno de los motivos por los que las personas con obesidad o las mujeres embarazadas, por ejemplo, suelen tener más episodios de reflujo gastroesofágico, explica Sánchez Muñoz.
Aunque esta postura es la más recomendada cuando haya dolor de barriga, el doctor afirma que no es la mejor para dormir la siesta. Esto es porque «el estar acostados hace que se enlentezca el proceso de la digestión, y que la comida, en vez de ir en dirección hacia el intestino delgado, se quede ‘estancada’ en estómago y favorezca que no se digiera adecuadamente». Es por ello que, en realidad, lo más adecuado es dormir en una postura.
Conveniencia o no de dormir la siesta
Desde el punto de vista fisiológico, continúa el doctor, «el hacer una parada en la actividad conceptualmente es correcto»: «Hace descansar tanto al cuerpo como a la mente, por lo que el descanso de la siesta casi debería ser necesario». No obstante, hay que tener en cuenta que alargarla más de lo debido puede convertirla en perjudicial.
A pesar de esto, «tampoco es recomendable reiniciar la actividad, tanto física como laboral, justo después de haber hecho una ingesta potente». Es decir, sí que son aconsejables unos minutos de descanso que, además, permitirán ser más productivo a la hora de volver a trabajar o estudiar. Por tanto, en conclusión, la siesta puede ser algo muy beneficioso siempre y cuando, como en todo, no se abuse de ella.
Consejos ergonómicos para una buena salud estomacal
Al hablar de la salud del aparato digestivo, lo primero que suele venir a la mente es la necesidad de llevar una dieta equilibrada y un estilo de vida saludable. Esto implica tener moderación en las cantidades de comidas y respetar los horarios. Pero eso no es lo único; la postura también puede afectar a las patologías digestivas.
«El mantener una postura adecuada, erguida, respetando tiempos antes de irse a la cama después de comer y moderando la ingesta previa a ir a dormir hará que el sueño sea más reparador y evitemos síntomas digestivos», concluye el doctor.