Los síntomas desconocidos de la crisis de los 40 y cómo superarla
Aunque a veces tiene la calificación de mito, lo cierto es que sí hay una base fisiológica detrás de esta etapa
La conocida como crisis de los 40 es un momento vital también conocido como «crisis de la mitad de la vida» y que, en realidad, puede ocurrir entre los 35 y los 42 años. «Cada septenio de la vida representa una fase de desarrollo en la que atravesamos diferentes desafíos y oportunidades de evolución y crecimiento», explica la psicóloga y terapeuta holística Maribel Jiménez, más conocida como Aguamarina.
Según la psicóloga, durante los seis primeros septenios las personas suelen estar enfocadas en establecer la «identidad y en adquirir habilidades y conocimientos para crear» la vida deseada, así como «sobrevivir y tener éxito en el mundo». «Pero llega un momento, en la cúspide de la vida adulta, en el que muchas personas comienzan a sentir una llamada interior que les pide encontrar más significado o dar más sentido a su realidad», añade la terapaeuta.
Según explica Jiménez, esto supone «una crisis de despertar de la consciencia para muchas personas, de buscar una comprensión profunda y también de reorientación interna, en la que revisan sus valores, sus metas y sus relaciones personales». Además, y como consecuencia de esto, es común también tomar decisiones en esta etapa que supongan «cambios significativos en la carrera, el estilo de vida, las relaciones y otros aspectos que pueden no estar alineados con el propósito y el sentido de la vida».
La crisis de los 40: mito o base real
Aunque a veces se dice que «la crisis de los 40» no tiene una base fisiológica o científica real, lo cierto es que sí. «Hay procesos fisiológicos y psicológicos que están relacionados con la crisis de los 40», como que las células y los tejidos del cuerpo empiezan a perder su capacidad para repararse y regenerarse. En general, esto suele ocurrir a partir de los 35 años.
«Además, comenzamos a producir menos cantidad de hormonas, como la testosterona y la progesterona, lo que afecta al estado de ánimo y al nivel de energía», añade la terapeuta. Esto, de forma inevitable, tiene repercusión a nivel psicológico: «Provoca una sensación de pérdida de juventud y de que la vida es finita, lo que hace que nos cuestionemos más y sintamos la necesidad de valorar la dirección de nuestra vida».
Este tipo de crisis afectan tanto a hombres como a mujeres. Sin embargo, según la terapeuta, hay estudios estadounidenses que sugieren que «las mujeres son más vulnerables a esta crisis». «Esto puede deberse a que las mujeres tienden a dedicar más tiempo y energía a atender responsabilidades familiares y profesionales, y llegada la segunda mitad de la vida, pueden sentir que han sacrificado sus propias necesidades y deseos y que han desaprovechado el tiempo», explica.
Tiempo que suele durar esta «crisis existencial»
Como ocurre con todo, el tiempo que dure esta fase depende de la persona. Algunas «pueden sentir una crisis breve o pasajera, otras pueden estar lidiando con un proceso de meses o incluso años». Además, «la duración y la intensidad va a depender de los recursos internos que tenga la persona para evaluar, afrontar y redirigir todo aquello que la está separando de la vida que anhela y desea» y hay algunos factores que incluso la pueden empeorar:
- La falta de apoyo emocional y social de amigos y familiares.
- Vivir con un alto nivel de estrés o ansiedad en el trabajo o en las relaciones personales.
- Sentir insatisfacción en la vida laboral o personal.
- Problemas de salud (como enfermedades).
- La falta de conexión con uno mismo.
- No desarrollar intereses o actividades que proporcionen un sentido de propósito.
- Hábitos de vida negativos, como falta de ejercicio físico o dieta no saludable.
- Aislamiento social.