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Sociedad

Un joven sigue de baja dos meses después de que le estamparan un vaso en la cara en Zaragoza

El suceso tuvo lugar en una discoteca, sin motivo aparente. La víctima aún tiene secuelas físicas y psicológicas que le impiden reincorporarse a su trabajo

Un joven sigue de baja dos meses después de que le estamparan un vaso en la cara en Zaragoza

Imagen de una copa en un local nocturno. | Bar Tula

Un joven de 34 años de edad fue brutalmente agredido el pasado mes de marzo en una discoteca de Zaragoza. Sin motivo alguno, otro individuo le estampó un vaso en la cara, rompiéndose el mismo y desfigurando la cara de la víctima tras sufrir fuertes hemorragias, de las cuales se sigue recuperando, tal y como informa Heraldo de Aragón.

Todo comenzó tras un absurdo encontronazo en el local nocturno, cuando, tras un roce, el agresor le preguntó al joven «¿qué miras?», a lo que la víctima contestó perpleja que a qué se refería, recibiendo inmediatamente después un fuerte golpe con un vaso, estallándose el mismo en su rostro. De esta manera, el joven sufrió intensas hemorragias que le han desfigurado la cara, habiéndole afectado una sección de nervio facial.

Una vez producida la brutal agresión, la víctima tuvo que ser atendida por los servicios médicos, y trasladado al hospital, donde fue intervenido en quirófano de la sección del nervio facial que le resultó afectado, tras el golpe y los cortes producidos con el vaso. Todo esto se pudo realizar de manera muy rápida, con motivo de una veloz, a la par que eficaz, intervención del personal de seguridad de la discoteca.

De esta forma, retuvieron al agresor en el local hasta que llegó la Policía, que había sido informada inmediatamente, y que se llevó detenido al sujeto, que se acogió a su derecho de no declarar (art. 118 y art.520 de la Ley de Enjuiciamiento Criminal). Tras un rápido proceso, fue puesto en libertad, eso sí, con una orden de alejamiento del joven al que había agredido.

Secuelas y baja laboral

La víctima ha acudido al juzgado con el objetivo de ratificar la denuncia contra su agresor. Comenzaba así su intervención: «Hoy no he podido pegar ojo pensando que tenía que venir aquí. Recordar lo ocurrido es duro, sobre todo por lo incomprensible de la situación.»

Y es que, fruto de aquellos hechos, el joven, padre de un hijo, tuvo que coger una baja laboral que continúa hoy en día. Aquella inesperada agresión, además de sus consecuencias físicas, le ha producido secuelas psicológicas y psiquiátricas por la que está siendo tratado.

«Fue totalmente inesperado», alega la víctima, que narra como simplemente fue a saludar a un conocido dentro del local, y en el camino a ello se cruzó con su agresor, que tras preguntarle: «¿Qué miras?» le propinó el golpe certero con su vaso, que le produjo las profundas y visibles heridas al joven. Estas lesiones le tuvieron varios días sin apenas hablar, y con su rostro desfigurado e inflamado.

Por su parte, el agresor alegó, en un primer momento, no recordar nada de lo que había ocurrido aquella madrugada. Se escudó en que había realizado una gran ingesta de bebidas alcohólicas que le hicieron no poder visualizar apenas lo que sucedió en la discoteca. La víctima acudió a los juzgados acompañado por su abogada, y ya le ha sido tomada declaración.

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