Madrid pone una calle a Fidel Pagés, el militar que inventó la anestesia epidural
Este homenaje tiene lugar después de que el Ayuntamiento de Madrid haya aprobado nuevas denominaciones de diferentes espacios públicos
Fidel Pagés. | Museo de Sanidad Militar
Este lunes 12 a las 13.00 horas se inaugura en Madrid la calle Fidel Pagés, en honor al médico militar que descubrió la anestesia epidural. El inventor español dará nombre a la vía de nueva creación que tiene su inicio en la avenida de la Aviación y finaliza en el paseo de Extremadura.
El homenaje tiene lugar después de que el Ayuntamiento de Madrid haya aprobado en Junta de Gobierno nuevas denominaciones de diferentes espacios públicos pertenecientes a los distritos de Arganzuela, Latina y Villa de Vallecas. Todo ello con la finalidad de recordar a distintas personalidades importantes en diversos ámbitos de la vida política y social de la ciudad.
Historia de Fidel Pagés
Pagés recibió su título en Medicina y Cirugía en 1908. En ese mismo año, ingresó en el cuerpo médico del ejército y, tras pasar por la Academia de Sanidad Militar, fue destinado a Melilla. En esta ciudad autónoma formó parte de los refuerzos médicos enviados para establecer varios hospitales militares de emergencia.
Durante su estancia en Madrid, el militar se doctoró en la Universidad Central. En 1915, logró el número uno para la oposición a un puesto en el Hospital Provincial de Madrid. En 1919 se convirtió en editor fundador de la Revista Española de Cirugía. En esta publicó el descubrimiento que le hizo pasar a la Historia: la anestesia epidural.
Según indica el escritor Javier Santamarta en ABC, a pesar de los artículos del médico español que confirmaban su éxito, en un principio, la comunidad médica internacional no hizo eco de su gran descubrimiento. Será en un congreso internacional de cirugía, que tuvo lugar en Madrid en 1932, donde un médico italiano, Achilles Dogliotti, «presentará un trabajo precisamente sobre anestesia epidural que era prácticamente un calco del procedimiento de Pagés».
Santamarta asegura que el italiano logró el mayor de los reconocimientos, mientras que Pagés «cayó en el más absoluto de los olvidos». En 1935, el propio Dogliotti reconoció que la técnica no le pertenecía a él. Los estudios de Pagés serán traducidos y publicados en el año 1961 en inglés, y al francés en 1975.
