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La carabela portuguesa: cómo diferenciarla y qué hacer si te pica

Las dinámicas de los vientos y el aumento de la temperatura del mar hacen que esta especie marina llegue a las costas españolas

La carabela portuguesa: cómo diferenciarla y qué hacer si te pica

Una carabela portuguesa en la orilla | Pxfuel

La aparición de dos ejemplares de carabelas portuguesas en el arenal de Rodiles, una playa de Asturias, han hecho saltar las alarmas de salvamento estos últimos días. Pero no han sido las únicas que han visto: también se han detectado en Cantabria y, a principio de mes, en las playas de Gipúzcoa. Las picaduras de medusa, además, son cada vez más comunes por la subida progresiva de la temperatura del mar.

Además de eso, hay que tener en cuenta el efecto que tiene la eliminación progresiva de sus depredadores, como son los atunes, bonitos o peces espada. También ha ocurrido lo mismo con animales marinos competidores por el alimento, por lo que todo esto ha contribuido al incremento de este animal marino en todas las aguas del mundo.

Las carabelas portuguesas están distribuidas por todas las aguas cálidas del planeta, sobre todo el áreas tropicales y subtropicales de los océanos Pacífico e Índico. Además, también está presente en la corriente del Golfo Atlántico e incluso se pueden adentrar hasta el Mediterráneo. En esta ocasión, los expertos justifican su llegada a las costas españolas por las dinámicas de los vientos.

Apariencia y nombre de la carabela portuguesa

Es verdad que, aunque la apariencia es similar a la medusa y suele nombrarse como tal, la carabela portuguesa no lo es. Es más, ni si quiera es considerada como ser vivo, aunque sí es una de las especies más urticantes. Tiene una forma característica de globo o vejiga llena de gas y puede llegar a medir hasta 30 centímetros de diámetro. Además, tiene unos tentáculos muy largos, de hasta 50 metros. De igual forma es fácil reconocerla por su color: azul o púrpura.

Pero, ¿por qué no es un ser vivo? La carabela portuguesa es un conglomerado de organismos que se asocian como una colonia para poder sobrevivir. Así, juntos, forman un hidrozoo de plancton gelatinoso, porque de forma independiente no tendrían posibilidad de sobrevivir. El nombre científico de este conglomerado es Physalia physalis, pero el nombre por el que es conocida es el de carabela portuguesa, fragata portuguesa o falsa medusa.

En la práctica, puede parecer una especie de embarcación o submarino sobresaliendo del agua. Y esta es su principal diferencia con las medusas. Estas vejigas flotan en la superficie del agua, aunque los tentáculos permanecen por debajo. Esto es lo que permite identificar su presencia en el agua.

¿Qué pasa si pica una carabela portuguesa?

La picadura de la carabela es un mecanismo de defensa automático que activa al sentirse amenazada. En cada centímetro cuadrado de sus tentáculos hay más de un millón de elementos urticantes, es decir, que provocan en el bañista una reacción alérgica. Tienen tentáculos repletos de veneno que pueden llegar a alcanzar los 50 metros de longitud.

Estos tentáculos pasan a ser armas paralizadoras de otras especies a las que inoculan el veneno. Pero so son sólo peligrosas para los habitantes del medio marino; también lo son para los humanos. La picadura de una carabela portuguesa puede resultar mortal para un niño e incluso para un adulto que tenga la salud débil. Para una persona de peso y salud normal no debería resultar excesivamente dañina y sus efectos pasarían en unas cuantas horas.

Lo más habitual tras la picadura es el escozor y el picor en la zona donde haya inoculado el veneno, de ahí el nombre de falsa medusa. No obstante, esta es la sintomatología más leve. La picadura también puede provocar dolores más fuertes y dolencias como vómitos y fiebre, náuseas e, incluso, provocar la muerte. Su veneno es muy peligroso y permanece activo incluso tras haber retirado el ejemplar de la arena. Por ello, es fundamental no tocarlo nunca.

Un banco de medusas. Foto: Pixabay

¿Qué hacer ante una picadura?

Lo primero que hay que hacer es actuar para neutralizar el veneno, quitando todos los restos de los tentáculos de la piel. Según el lugar donde esté y la distancia a un puesto de socorro o farmacia, se puede intentar lavar la zona con alcohol o con agua salada. Pero nunca hay que usar agua dulce porque intensifica los efectos. Tampoco está recomendado usar vinagre, lo que sí funciona con la medusa común. Por último, tampoco conviene aplicar agua fría; es mejor usarla caliente y después de haber aplicado una crema con cortisona.

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