Cada cuánto debes lavar el comedero de tu mascota para que no enferme
Las bacterias presentes en estos recipientes son peligrosas para la salud del animal y también para la de sus dueños
La importancia de mantener la higiene en los comederos de las mascotas ha sido resaltada por expertos en salud animal debido a su impacto directo en la prevención de enfermedades.
El lavado regular de estos recipientes no solo es una práctica de higiene básica, sino también una medida crucial para evitar la proliferación de bacterias y garantizar la salud y bienestar de los animales.
¿Por qué se debe mantener limpio el comedero?
Mantener la higiene del plato donde come tu perro es fundamental por varias razones.
Un estudio publicado en la revista científica Plos One reveló que los recipientes destinados a las comidas de las mascotas albergan bacterias, lo que supone un riesgo para la salud de los animales pero también para la de sus dueños.
La boca de los animales contiene microorganismos, al comer, se pueden transferir al recipiente y si no se lava, se reproducen hasta contaminarlo todo.
Entre las bacterias que pueden aparecer están la Escherichia coli (E. coli) y la Salmonella, dos ejemplares realmente peligrosos. Las mascotas no siempre muestran síntomas de infección, y al mantener contacto directo con sus dueños pueden contagiarlas.
Es importante prestar atención a signos como fiebre, diarrea, vómitos, pérdida de apetito y disminución del nivel de actividad ya que podrían indicar una infección por bacterias.
¿Con cuánta frecuencia hay que limpiar el plato?
Cada dueño de mascota tiene sus propios hábitos de higiene y rutinas para alimentar a sus perros. Sin embargo, lavar el plato de comida de tu perro es una práctica indispensable que debe realizarse diariamente, justo después de que el animal haya comido.
Es recomendable seguir las pautas proporcionadas por la Administración de Alimentos y Medicamentos de Estados Unidos (FDA) para garantizar la seguridad alimentaria y prevenir enfermedades transmitidas por alimentos crudos.
La FDA aconseja limpiar a fondo el plato del perro con agua caliente y jabonosa, y luego desinfectarlo con una solución de lejía diluida en agua.
Es importante desechar cualquier resto de comida que quede en el plato, y si deseas guardar las sobras para la próxima comida, debes cubrirlas e incluso refrigerarlas en un recipiente hermético.
Para reducir el riesgo de infección humana por contacto con los alimentos del perro, la FDA recomienda lavarse las manos con agua y jabón durante al menos 20 segundos después de manipular alimentos crudos y tocar los platos o superficies que puedan estar contaminadas.
Consejos para limpiar el comedero de las mascotas
Aquí tienes algunas recomendaciones para mantener el comedero de tu animal limpio y prevenir la proliferación de bacterias:
- Asigna una cuchara o taza específica para servir las comidas en el plato de tu perro.
- Cambia las esponjas regularmente y asegúrate de usar una diferente a la que usas para lavar los platos de la familia.
- Asegúrate de desechar cualquier residuo de comida, incluso si tu mascota parece haber limpiado completamente el plato al lamerlo, ya que siempre quedan microorganismos.
- Evita usar el fregadero de la cocina para lavar el plato de tu perro, al menos en la primera limpieza, para prevenir la contaminación cruzada.
- Utiliza detergentes sin perfumes para lavar el plato, ya que los perfumes pueden exponer a tu mascota a alergias. Evita también los desinfectantes industriales.
- Asegúrate de que no queden restos de comida endurecida en el plato, en caso de que los haya, despréndelos con agua caliente. Además, enjuaga bien el plato para eliminar cualquier residuo de jabón.
¿Cuál es el mejor material para el comedero de tu mascota?
Los platos para mascotas se fabrican comúnmente con plástico, cerámica y acero inoxidable, cada uno con sus ventajas y desventajas.
Aunque los tres tipos cumplen su función, los platos de plástico pueden contener bisfenol A, un aditivo que podría afectar el sistema inmunológico de los animales. Además, estos platos son propensos a rayarse, lo que facilita la acumulación de bacterias en grietas y arañazos.
Por otro lado, los platos de cerámica podrían representar un riesgo para las mascotas si se rompen durante la alimentación o si tienen bordes afilados. Por eso, el acero inoxidable es la mejor opción: resistente, libre de bacterias, sin tóxicos y fácil de limpiar.