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Mefedrona: qué es y qué relación tiene con el ejercicio físico

Esta sustancia es una droga muy utilizada en los gimnasios que mejora el rendimiento físico

Mefedrona: qué es y qué relación tiene con el ejercicio físico

Bolsa de droga que contiene mefedrona. | EddWestmacott Unsplash

La mefedrona, también conocida como 4-MMC o mefedrona, es una sustancia psicoactiva sintética que se ha popularizado en ciertos contextos, especialmente entre jóvenes y deportistas. Se presenta como un polvo cristalino blanco y pertenece a la familia de las catinonas, una clase de drogas estimulantes que se derivan de la catina, el alcaloide activo presente en la planta de khat.

En los últimos años, la mefredona ha ganado notoriedad no solo en escenarios recreativos como fiestas, sino también en entornos deportivos, especialmente en gimnasios vinculados al culturismo y el fitness.

Si bien puede ofrecer efectos a corto plazo que aumenten el rendimiento, los riesgos a los que se exponen quienes la consumen superan con creces los beneficios percibidos. Las personas que buscan mejorar su condición física deben ser conscientes de que no existen atajos seguros y que el uso de sustancias psicoactivas como la mefredona pone en peligro su salud.

Mefedrona para el consumo oral. Thought Catalog Unsplash
Mefedrona para el consumo oral. Thought Catalog Unsplash

Efectos de la mefedrona

La mefedrona es una droga con efectos estimulantes. Esto significa que, al consumirla, las personas suelen experimentar una mayor euforia, energía y sociabilidad, combinados con un sentido aumentado de empatía y conexión con los demás. Este tipo de efectos la hace similar a drogas como el éxtasis (MDMA).

Los efectos inmediatos de la mefedrona incluyen un aumento en la frecuencia cardíaca, elevación de la presión arterial, sensación de alerta y reducción de la fatiga. Debido a estos efectos, muchas personas la utilizan como una herramienta para mantener niveles altos de energía, lo que puede ser percibido como útil para los jóvenes que han comenzado a ir de empalmada al gimnasio para entrenar después de haber salido de fiesta.

Reportaje sobre la mefedrona. Drogopedia YouTube

Mefedrona y ejercicio físico

La promesa de un aumento temporal en la energía y la resistencia puede parecer atractiva para aquellos que desean rendir más en sus entrenamiento, puesto que la mefedrona provoca un aumento en los niveles de dopamina y serotonina, claves en la regulación del estado de ánimo y la sensación de recompensa.

Sin embargo, el uso de la mefedrona en el contexto del ejercicio físico es extremadamente peligroso. Uno de los principales riesgos es que, al igual que otros estimulantes, puede generar una percepción falsa de resistencia física. Las personas bajo los efectos de la droga pueden sobrepasar los límites normales de su cuerpo, lo que conlleva un mayor riesgo de lesiones musculares, articulares o incluso fatiga extrema.

Además, el aumento en la frecuencia cardíaca y la presión arterial, combinado con un esfuerzo físico intenso, puede derivar en serios problemas cardiovasculares, como arritmias, infartos o derrames cerebrales.

Otro aspecto problemático es la deshidratación. La mefedrona tiende a aumentar la sudoración y disminuir la sensación de sed, lo que puede provocar una deshidratación severa, especialmente durante actividades físicas prolongadas o en ambientes calurosos como los gimnasios. La deshidratación no solo afecta al rendimiento físico, sino que también pone en peligro la salud renal y cardiovascular.

Efectos secundarios y consecuencias a largo plazo

El uso continuado de mefedrona puede tener efectos devastadores para la salud. A nivel psicológico, el consumo de esta droga está relacionado con episodios de ansiedad, paranoia, psicosis y depresión. Estos síntomas se deben principalmente a la alteración en los niveles de serotonina y dopamina en el cerebro.

El consumo de mefedrona aumenta el rendimiento al hacer deporte en el gimnasio. 
Europa Press
El consumo de mefedrona aumenta el rendimiento al hacer deporte en el gimnasio. Europa Press

A nivel físico, los riesgos incluyen el desarrollo de tolerancia, lo que lleva a necesitar dosis cada vez mayores para experimentar los mismos efectos. El abuso de mefedrona también está relacionado con daños permanentes al corazón, el hígado y los riñones.

Un problema creciente en los gimnasios

En los últimos años, algunos gimnasios han reportado un aumento en el consumo de mefedrona y otras sustancias similares entre los usuarios. En particular, su consumo ha sido notado entre personas jóvenes que buscan ganar masa muscular rápidamente o mejorar su rendimiento en rutinas intensas de entrenamiento. Si bien en el pasado las sustancias más comunes en estos entornos eran los esteroides anabólicos.

Es preocupante que, al tratarse de una droga relativamente accesible y barata en comparación con otras sustancias dopantes, esté alcanzando a un público más amplio, no solo limitado a culturistas de competición, sino a personas que simplemente desean mejorar su físico. La falta de información y la percepción errónea de que es una «droga recreativa» más segura que otras contribuyen a su creciente popularidad.

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