Alerta alimentaria: se retira del mercado este tipo de pescado y estos son los motivos
El mercurio afecta al desarrollo del cerebro del feto y niños pequeños causando retraso en su desarrollo
Un reciente control oficial en Italia ha desvelado una preocupante situación: un lote de lomos de atún aleta amarilla procedentes de España contiene niveles de mercurio muy superiores a los establecidos por la normativa europea. El Sistema de Alerta Rápida para Alimentos y Piensos (RASFF) ha emitido una alerta grave tras confirmar que la concentración de mercurio en este producto es de 1,7 ± 0,4 mg/kg, mientras que el límite máximo permitido es de 1 mg/kg.
Esta contaminación por mercurio plantea un serio riesgo para la salud, especialmente para grupos vulnerables como mujeres embarazadas, niños y consumidores habituales de pescado. Ante esta situación, las autoridades italianas han procedido a retirar el lote del mercado y han alertado a la población sobre los posibles efectos adversos para la salud.
Consumir pescado con altos niveles de mercurio
Consumir pescado con niveles elevados de mercurio puede tener graves consecuencias para la salud, especialmente en ciertos grupos poblacionales. El mercurio es un metal pesado que se acumula en el organismo y puede causar daños en el sistema nervioso central, especialmente en el cerebro.
Los efectos más comunes asociados al consumo de pescado contaminado con mercurio incluyen:
- Daños neurológicos: el mercurio puede afectar al desarrollo del cerebro en fetos y niños pequeños, causando problemas de aprendizaje, retraso en el desarrollo y trastornos del comportamiento. En adultos, puede provocar pérdida de memoria, temblores, problemas de visión y audición, y debilidad muscular.
- El mercurio puede dañar los riñones, lo que puede llevar a insuficiencia renal en casos graves.
- Problemas cardíacos: se han asociado niveles elevados de mercurio en sangre con un mayor riesgo de enfermedades cardiovasculares.
Normativa europea sobre el mercurio en pescado
Para proteger la salud de los consumidores, la Unión Europea ha establecido límites máximos de mercurio permitidos en los alimentos, incluidos los pescados y mariscos. Estos límites se basan en evaluaciones científicas de los riesgos para la salud y tienen como objetivo garantizar que los alimentos sean seguros para el consumo.
Pescados con baja concentración de mercurio
Al momento de elegir pescado para tu dieta, es importante considerar el contenido de mercurio. Este metal pesado puede acumularse en los tejidos de los peces, especialmente en los más grandes y longevos. Para reducir el riesgo de exposición a niveles peligrosos de mercurio, es recomendable optar por pescados con bajo contenido de este metal.
Entre los pescados que destacan por sus bajos niveles de mercurio encontramos a los pescados blancos como el bacalao, la merluza, el lenguado y el rodaballo. Estos pescados suelen ser más pequeños y tienen una vida más corta, lo que los hace menos propensos a acumular mercurio.
Los pescados azules pequeños también son una excelente opción. Sardinas, boquerones, anchoas y caballa son ejemplos de pescados azules que, debido a su tamaño y dieta, tienen niveles de mercurio relativamente bajos. El salmón del Atlántico, especialmente el salvaje, también es una buena opción.
¿Por qué no se puede eliminar el mercurio del pescado?
- El mercurio es un metal pesado que se une fuertemente a las proteínas y otros componentes del tejido muscular del pescado.
- Ni cocinar a altas temperaturas, ni freír, ni hervir son capaces de descomponer o eliminar el mercurio del pescado.
¿Qué se puede hacer para reducir la exposición al mercurio?
Aunque no se pueda eliminar el mercurio del pescado una vez que está presente, hay varias medidas que puedes tomar para reducir tu exposición:
- Elegir pescados bajos en mercurio: como ya hemos mencionado, algunos pescados tienen naturalmente niveles más bajos de mercurio que otros. Opta por pescados pequeños y de vida corta, como las sardinas, boquerones, anchoas y bacalao.
- Variar la dieta: no consumas exclusivamente un tipo de pescado y varía las especies para reducir la exposición a cualquier contaminante específico.
- Consultar guías alimentarias: muchas organizaciones de salud pública ofrecen guías sobre el consumo seguro de pescado, indicando qué especies son más seguras y con qué frecuencia se pueden consumir.
- Preguntar a tu médico o nutricionista: si tienes dudas sobre el consumo de pescado, consulta a un profesional de la salud.