Muere en Barcelona Yoyo, la elefanta africana más longeva del mundo
El emblemático mamífero llegó a la capital catalana procedente de un circo donde sufrió lesiones físicas y psíquicas
La elefanta africana Yoyo, la más longeva de su especie del mundo, ha fallecido en el Zoo de Barcelona a una edad aproximada de 54 años, muy por encima de la esperanza de vida de estos animales cuando están al cuidado de humanos, que es de 39. El Zoo de Barcelona informa este sábado de que, con este fallecimiento, el centro pierde «uno de sus integrantes más queridos», al que acogió en 2009 fruto del programa internacional en el que participa de la mano del Gobierno central para la preservación de especies.
La salud de la elefanta Yoyo había empeorado en las últimas semanas, indica el Zoo, debido a problemas vinculados a su edad y aunque ha sido tratada por el equipo veterinario y los técnicos del centro, finalmente ha fallecido. Tras la muerte, el equipo técnico del Zoo y personal del Servicio de Diagnóstico de Patología Veterinaria de la Universidad Autónoma de Barcelona aplicarán el correspondiente protocolo, por el que se compartirá toda la información del caso con el programa de conservación de la Asociación Europea de Zoos y Acuarios (EAZA), del que forma parte el centro barcelonés.
El comunicado del centro indica que sus técnicos ofrecen ahora atención especial a Susi y Bully, las otras dos elefantas que convivían con Yoyo. Las tres habían formado un grupo cohesionado de elefantes y su convivencia era muy buena, según el Zoológico. Las tres, que llegaron al recinto en circunstancias similares, formaron ‘un grupo inseparable de elefantas’.
Yoyo llegó al centro en el marco del programa que desarrolla desde hace tres décadas, ahora de la mano del Ministerio de Transición Ecológica, como miembro adherido al Convenio sobre el Comercio Internacional de Especies Amenazadas de Fauna y Flora Silvestres (CITES). Las instalaciones del Zoo barcelonés acogen animales decomisados por las administraciones, tanto si proceden del comercio ilegal como de otras situaciones sobrevenidas, como fue el caso de la Yoyo.
Esta emblemática elefanta llegó a Barcelona en 2009 tras una intervención de la Generalitat aquel año en las instalaciones del antiguo complejo RioLeón Safari, al que había sido trasladada desde un circo, cuya actividad le provocó lesiones físicas y psíquicas que demandaron un trato especializado por parte del personal del centro. Con los años, cuenta el Zoo, las lesiones de la elefanta mejoraron y su actitud, también.
En 2013, el Zoo de Barcelona trasladó a las elefantas a un nuevo espacio, que reproduce las condiciones de la sabana del Sahel. Esta zona, según cuenta el centro, dispone de comedores situados a ocho metros de altura para permitir que los elefantes hagan ejercicio de búsqueda de alimentos, como harían en la naturaleza.
Tiene también sustratos naturales, un lodazal, ramas e instalaciones climatizadas, con luz natural y acceso libre. En el comunicado del Zoo, la primera teniente de alcalde de Barcelona y presidenta de la entidad que gestiona el centro, Laia Bonet, lamenta la muerte de Yoyo y destaca el papel del complejo barcelonés «como referente internacional para el cuidado y el bienestar de los elefantes de edad avanzada, así como para la conservación de esta especie tan amenazada».
Por su parte, el director del parque, Antoni Alarcon, indica que en el centro siempre recordarán a Yoyo como «una elefanta entrañable, con un carácter propio, pero también cuidadora y referente para sus compañeras, Susi y Bully». «Siempre ha sido muy querida por los visitantes y por nosotros», subraya.