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Los hijos de padres divorciados tienen menos probabilidades de llegar a la universidad

También tienen peores empleos, mayor tasa de suicidio y más embarazos en la adolescencia

Los hijos de padres divorciados tienen menos probabilidades de llegar a la universidad

El divorcio de los padres afecta negativamente al rendimiento académico. | Ilustración: Alejandra Svriz

Cuando se discute sobre la mejora del sistema educativo, la mayor parte de la conversación se centra en lo que ocurre en el aula. Es algo natural, dada la eficacia demostrada de ciertas políticas públicas, como el aumento de la inversión, la reducción de las ratios profesores-alumnos y la puesta en marcha de programas de refuerzo en ciertas asignaturas.

Sin embargo, los expertos también recuerdan la importancia del contexto vital de los estudiantes, que influye decisivamente en su rendimiento académico. Por ejemplo, para ayudar a los alumnos es fundamental conocer —y, en la medida de lo posible, mejorar— la capacidad socioeconómica de su familia, el nivel cultural de sus padres o si proceden de un hogar en el que la lectura está presente.

En este contexto, un reciente estudio apunta a la gran relevancia de que los jóvenes crezcan al calor de una familia unida. En él se ponen de manifiesto los riesgos del divorcio parental para el futuro académico y laboral de los hijos. La investigación ha sido realizada por profesores de la Universidad Johannes Kepler de Linz (Austria), la Vienna University of Economics and Business, el Instituto de Estudios Avanzados de Viena, el Instituto de Estudio del Trabajo de Bonn (Alemania) y el Centre for Economic Policy Research de Londres.

El artículo analiza los datos de todos los niños nacidos de madres casadas entre 1976 y 1987 en Austria. Estos hijos se consideran parte de la muestra si sus padres se divorciaron antes de que cumplieran 18 años. Por tanto, en total se contabilizan los divorcios que tuvieron lugar durante casi treinta años, entre 1976 y 2005. Se excluyeron del estudio aquellos niños nacidos de parejas no casadas. La conclusión, a la vista de los datos, es que los jóvenes que experimentan el divorcio de sus padres se enfrentan a mayores dificultades a lo largo de su vida adulta y no sólo de su periodo escolar.

Menor tasa de universitarios

El estudio señala que uno de los efectos más visibles de la separación matrimonial es una caída en el rendimiento académico de los hijos. Tanto los chicos como las chicas tienen menos probabilidades de llegar a la universidad si provienen de hogares divorciados. Sin embargo, el impacto es más pronunciado en los varones, quienes experimentan una disminución del 9,7% en la probabilidad de alcanzar este nivel educativo, mientras que para las mujeres esta reducción es del 8,1%. Esta tendencia se traslada a la frecuencia con la que obtienen un título universitario, que disminuye en 6,2 puntos porcentuales en los chicos y en 5,4 puntos en las chicas.

El mercado laboral es otro de los ámbitos en el que se observan consecuencias negativas, sobre todo para los varones. A los 25 años, los hombres que vivieron el divorcio de sus padres tienen un 5% más de probabilidades de estar desempleados. También de tener trabajos de menor calidad, es decir, con pocas horas y bajos salarios. Las mujeres, por otro lado, muestran resultados laborales más estables. Esta diferencia podría deberse a que algunas se convierten en madres a edad más temprana, lo que las impulsa a ingresar antes al mercado laboral.

Más madres adolescentes y más suicidios

Precisamente este es otro uno de los hallazgos más llamativos de la investigación. En el caso de ellas, el divorcio de los progenitores aumenta en 2,5 puntos las probabilidades de convertirse en madres en la adolescencia. En esta línea, la posibilidad de tener un hijo antes de los 25 años se incrementa en 5,4 puntos porcentuales.

Respecto a los varones, los que provienen de hogares ‘rotos’ también tienen una mayor probabilidad de ser padres adolescentes. Además, en el caso de ellos también aumenta el riesgo de sufrir una mortalidad temprana, especialmente relacionada con comportamientos de riesgo o suicidios. El estudio sugiere que, en ausencia de un modelo masculino fuerte, los varones son más vulnerables a los efectos negativos del divorcio.

A la luz de estos datos, los autores subrayan la importancia de promover políticas públicas destinadas a mitigar los efectos negativos del divorcio. Proponen invertir en apoyo de las familias monoparentales y organizar programas para ayudar a los hijos de divorciados a superar los obstáculos de su vida adulta.

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