
6 regalos puñeteramente poco navideños que hacer a un Grinch
Qué queréis que os diga, odio estas fiestas: Comes en exceso, te acuerdas muchísimo de los ya no están y para colmo resultan carísimas. Sí, soy un Grinch. Un Grinch que nació en una familia que adora la Navidad hasta rozar el ‘frikismo’, con sus disfraces de elfo, sus diademas de reno y gorritos de abeto el último Fin de Año. Y jamás he podido robar ni siquiera la Nochebuena, menos con semejantes pintas.




































