El Consejo de Europa advierte de la amenaza de la inteligencia artificial a la intimidad
La comisaria de Derechos Humanos del Consejo de Europa, Dunja Mijatovic, ha alertado este martes de la amenaza que pueden suponer los dispositivos de inteligencia artificial para la privacidad y otros derechos fundamentales, informa Efe. El análisis de datos utilizados por la inteligencia artificial hace «particularmente evidente» la tensión entre las ventajas y los riesgos para los derechos humanos, ha señalado en un artículo publicado en su página web.
«La intimidad es un derecho humano fundamental, esencial para vivir con dignidad y seguridad. Pero en el ecosistema digital, incluyendo las veces que utilizamos aplicaciones y plataformas de redes sociales, se obtienen grandes cantidades de datos -con o sin nuestro conocimiento– y se pueden usar para hacer perfiles sobre nosotros y predicciones de nuestros comportamientos. Proporcionamos datos sobre nuestra salud, ideas políticas y vida familiar sin saber quién va a usar nuestros datos, para qué propósitos y cómo». Esta es la alerta que ha lanzado este martes la comisaria de Derechos Humanos del Consejo de Europa, Dunja Mijatovic, sobre la inteligencia artificial.
«La inteligencia artificial y, en particular, las ramas del machine learning y deep learning, solo son neutrales en apariencia, si es que lo son en algún sentido», advierte en un artículo publicado por la página web del Consejo de Europa. Mijatovic justifica su inquietud diciendo que la forma en que los humanos crean una inteligencia artificial puede contener prejuicios. «Las máquinas funcionan en función de lo que les dicen los humanos. Si un sistema está alimentado con sesgos (conscientes o inconscientes), el resultado estará inevitablemente sesgado. La falta de diversidad e inclusión en el diseño de sistemas de inteligencia artificial es, por lo tanto, una preocupación clave: en lugar de hacer nuestras decisiones más objetivas, podrían reforzar la discriminación y los prejuicios dando una apariencia de objetividad», ahonda.
The way I see it, AI in fact touches on many aspects of my mandate, as its use can negatively affect a wide range of our human rights. https://t.co/iechwlV1zm
— Dunja Mijatovic (@Dunja_Mijatovic) 3 de julio de 2018
Mijatovic pone ejemplos concretos para sustentar su tesis: «Hay pruebas crecientes de que las mujeres, las minorías étnicas, las personas con discapacidades y el colectivo LGTBI sufren particularmente por la discriminación de algoritmos sesgados».
Este problema de la relación entre la inteligencia artificial y las personas «también se manifiesta en el reconocimiento facial«, considera la comisaria. «Si bien esto puede ser una herramienta poderosa para que las fuerzas de seguridad encuentren a sospechosos de terrorismo, también puede convertirse en un arma para controlar a la gente«. Y, de nuevo, ilustra el caso con un ejemplo: «Hoy es demasiado fácil para los gobiernos vigilarte permanentemente y restringir los derechos de intimidad, de reunión, de movimiento y la libertad de prensa.
Mijatovic entiende que es necesario, para evitar un mal uso de estas tecnologías, la cooperación con el Estado. La inteligencia artificial puede mejorar en gran medida nuestras capacidades para vivir la vida que deseamos. Pero también puede destruirlas». Por lo tanto, concluye, «requiere estrictas regulaciones para evitar que se convierta en un Frankeinstein moderno».