¿Cuál será el futuro de la red Ethereum tras el esperado Merge?
Desde este jueves comienza The Merge, el proceso de mutación de la ‘blockchain’ de Ethereum hacia una red llamada a ser más sostenible, segura y escalable
Logo de Ethereum. | Zuma Press
En las próximas horas se iniciará la esperadísima Fusión o Merge de Ethereum, tras la cual la red dejará atrás el modelo de consenso por Proof of Work (prueba de trabajo) para dar paso al Proof of Stake (prueba de participación). El acontecimiento, previsto para ejecutarse en torno a las 8.00 horas de este jueves, está considerado uno de los mayores hitos en la breve historia de las criptomonedas. Este implica una compleja migración técnica entre dos sistemas distintos, y sobre los cuales se sustenta un enorme ecosistema de plataformas y herramientas proveedoras de servicios financieros y de gestión de activos digitales. ¿Pero en qué consiste exactamente The Merge?, y aún más importante: ¿qué puede esperarse durante el proceso y después de la ejecución del mismo?
Sobre el Merge y la revolución que supone han corrido ríos de tinta, algo que se ha acelerado en las últimas jornadas. El acontecimiento implica fusionar la actual cadena Proof of Work y la Beacon Chain, para dar paso a una nueva cadena basada en Proof of Stake. En palabras llanas, esto significa un giro de 360º en cómo los ordenadores que apoyan la red se ponen de acuerdo y llegan al consenso en la validación de transacciones que se graban en la red. Mientras que el actual sistema Proof of Work, utilizado también por Bitcoin, se basa en la utilización de potencia computacional por parte de los mineros, el Proof of Stake se centra en dar peso a los miembros validadores de la red que posean más monedas, en este caso Ethereum. De este modo, el consenso se obtiene no en base a fuerza bruta de cálculo de los equipos informáticos conectados, sino a la participación de los nodos que componen la red. Sea mediante una u otra técnica, tanto los mineros como los validadores que confirman las transacciones reciben una recompensa en forma de nuevas monedas por el trabajo realizado, y de este modo se aumenta progresivamente la base monetaria del proyecto. Como resultado de esta evolución de Proof of Work a Proof of Stake, el Merge está llamado a reducir en un 99,95% el consumo energético de cada transacción.
Además, la nueva red de Ethereum será menos vulnerable ante amenazas externas. Según cálculos de su joven creador, Vitalik Butterin, se necesitan entre cinco y 20 veces más de capital para atacar una red bajo el sistema Proof of Stake, lo cual significa que ofrece mayor seguridad al mismo coste. Incluso se espera que el nuevo Ethereum sea mucho más escalable, una de las principales limitaciones de muchas redes blockchain. Mientras que el actual modelo de Ethereum es capaz de validar en torno a 30 transacciones por segundo, el nuevo sistema, una vez haya aplicado y ejecutado diversos procesos que se extenderán durante semanas, está llamado a validar 100.000 transacciones por segundo.
Más allá del aspecto tecnológico, los mercados han estado expectantes posicionándose a favor de Ethereum. Durante varias semanas, la criptomoneda, que ocupa la segunda posición en capitalización de mercado tras Bitcoin, se ha desmarcado de este con una revalorización muy superior a la del resto del mercado, incluso durante el presente mercado bajista. De este modo, en los últimos tres meses, mientras que Bitcoin se ha depreciado un 9,3%, Ethereum se ha revalorizado un 30%. Además, el movimiento ha empujado a otras monedas llamadas a atraer a los mineros que tras The Merge deberán apoyar con sus equipos informáticos a otras blockchains, como ha sucedido con Ethereum Classic, Ravecoin o Flux, que en los últimos tres meses se han apreciado un 134, 199,3 y 150,4% respectivamente. De hecho, en este contexto Ethereum ha llegado a superar por primera vez en la historia el volumen de negociación del propio Bitcoin.
Aunque los beneficios de The Merge parecen evidentes, también hay que apuntar algunas incertidumbres existentes en torno a este. Actualmente más de medio millar de aplicaciones descentralizadas dependen directamente de la red de Ethereum, sobre la cual hay depositada la friolera de 32.000 millones de dólares de fondos. En primer lugar, en el momento exacto de la migración se congelarán las transacciones de una cadena para iniciarse su validación en la nueva, y este proceso de desconexión y posterior reconexión podría dar pie a una parálisis de la actividad de la red. Por otro lado, puede aprovecharse el contexto para dar pie a ataques de replicación maliciosos. Básicamente, esto significa que alguien intente duplicar la red de Ethereum y utilizar ese limbo ficticio para engañar al sistema y validar transacciones fraudulentas.
Un fallo en esta migración podría tumbar tanto la actividad de la propia red de Ethereum como de una o varias de las citadas aplicaciones descentralizadas desarrolladas sobre esta, y con ello producir un efecto en cadena sobre el mercado criptográfico. En cualquier caso, cabe destacar que The Merge ha sido un proceso aplazado en numerosas ocasiones para garantizar su éxito, y ejecutado en diversos entornos de pruebas antes de su transición en la red principal.
En cualquier caso, si algo ha demostrado Ethereum con la Fusión, incluso antes de que esta se haya producido, es su enorme peso en el mercado. Tanto a nivel mediático, tecnológico como inversor, todos los ojos están puestos en Ethereum. Veremos lo que tiene que decir, y aquí estaremos para contarlo.
