ContexTO: educación digital, claves para una enseñanza y aprendizaje de alta calidad

La educación digital en España ha experimentado un crecimiento significativo en los últimos años, convirtiéndose en una piedra angular del sistema educativo. La creciente importancia de las tecnologías de la información y la comunicación ha llevado a la integración de herramientas digitales en las aulas, desde la enseñanza primaria hasta la universidad. Además, la pandemia aceleró aún más este proceso al impulsar la adopción de la educación en línea y el uso de plataformas virtuales para la enseñanza a distancia.

Para analizar esta cuestión, THE OBJECTIVE organiza la mesa redonda Educación digital: claves para una enseñanza y aprendizaje de alta calidad, un debate patrocinado por Huawei. En ella se abordan distintos temas. Los principales son la importancia de la tecnología en el proceso de enseñanza y aprendizaje, el papel de las administraciones públicas y editoriales, y la involucración de las familias en el proceso, así como qué conclusiones podemos extraer –ventajas e inconvenientes– de la pandemia.

Participan Carlos Carús, embajador de Amazon Web Services en Europa, Oriente Medio y África, Emiliano Blasco, vicerrector de Cultura digital de la Universidad San Pablo CEU, María Pilar Ponce, presidenta del Consejo Escolar de la Comunidad de Madrid, y Juan Bru, Senior Human Resources Manager de Huawei. Modera la mesa el periodista de THE OBJECTIVE Marcos Ondarra.

Una herramienta de desarrollo

«Desde un punto de vista macroeconómico, yo creo que la tecnología es fundamental para el desarrollo de este país. Para que sigamos siendo un país de primera línea», advierte Carlos Carús, embajador de Amazon Web Services en Europa, Oriente Medio y África.

«Para ello necesitamos ese talento, ese talento que tenga esas competencias digitales, que también tenga esos soft skills, esos conocimientos en humanidades. Porque si eres un experto en tecnología y no tienes skills sociales no va a ser fácil para esa persona, porque lo que nos estamos jugando es el futuro del impacto económico», añade. Destaca, además, que la tecnología «es una herramienta, no es un objetivo». «Sin personas, la tecnología no vale para nada, pero si las personas saben utilizar la tecnología, entonces es cuando ocurre la magia y es cuando conseguimos que todo funcione como debe y tengamos esa capacidad de competencia internacional y la fuerza que lleva a que este país vaya hacia adelante».

La urgencia de la libertad

Para Emiliano Blasco, vicerrector de Cultura digital de la Universidad San Pablo CEU, «tenemos que concienciarnos como sociedad de que la tecnología es fundamental. A nivel empleabilidad, a nivel estudios… La tecnología, por dar un ejemplo un poco simple, se ha convertido en el inglés para todo. El futuro se va a dividir entre aquellos que manejen la tecnología y los que no. Entonces, la tecnología tiene que ser algo dado». «Más allá de la concienciación social y de estas acciones que estamos llevando a cabo con todos los actores que estamos implicados», añade, «yo creo que uno de los grandes retos es la cuestión de la protección de la libertad de las personas, salvaguardándolas y ayudándolas a entender cómo funciona la tecnología».

Pone de ejemplo «uno de los grandes retos» que existe ahora mismo: la inteligencia artificial. «Tenemos que conseguir que esta inteligencia artificial se regule, que no haya sesgos. Hablábamos antes de la brecha entre hombres y mujeres, pero esa no es la única brecha. Están las edades, están las cuestiones económicas, de clase, de nacionalidad. Entonces, en el momento que eso se profundice o no se proteja, vamos a estar creando desigualdades que van en contra de la libertad de la persona. Entonces, yo creo que eso es lo fundamental y es lo más urgente. De cara a estas tecnologías emergentes y ahí todos –las administraciones públicas, evidentemente–, pero todos tenemos un rol fundamental».

Tecnología y acoso

La cuestión de la confianza y la seguridad es clave para María Pilar Ponce, presidenta del Consejo Escolar de la Comunidad de Madrid. «Tú no coges en el cuarto de a tu hijo y dices: ‘Pues mira, ahí está la puerta para que entres y salgas cuando quieras’. En el móvil tienen esa puerta al infinito y tienen esa puerta al infinito que tú no controlas como padre, que te gustaría controlar, pero es que además, en el ámbito del bullying, del ciberacoso… Tenemos otro problema, que es que hoy el acoso escolar traspasa el sacrosanto espacio del hogar del niño. Llega hasta su cuarto, llega hasta la casa a través de los dispositivos, de las redes sociales… Y eso, para mí, es algo esencial en lo que tenemos que trabajar. No podemos permitir que los niños no tengan espacios seguros en los que puedan estar», advierte.

La colaboración de todos los actores implicados es vital: «No se entiende sin una colaboración de todos, poder trabajar esas cuestiones y explicarles también los peligros. Sobre todo, que es muy importante, para ayudar a tu hijo cuando él no es la víctima, sino que es el victimario. O cuando es el palmero que aplaude al chulo de la clase en lugar de coger y denunciarlo. Eso es muy difícil también para los padres, pensar ‘¿cómo que mi hijo es el culpable?’, pues a lo mejor es que tu hijo es el culpable, entonces les tenemos que formar y tenemos que ayudar a acompañar a los hijos, tengan el rol que tengan, también en una situación compleja».

Educación para no dejar a nadie atrás

«Desde Huawei, básicamente, nuestra estrategia respecto al desarrollo de talento y educación para la sociedad española gira en torno a tres pilares: uno, el desarrollo de capacidades técnicas, dos, el desarrollo de talento dentro del sector tecnológico –ahí cubre desde vocaciones a gente que está ya trabajando o estudiando en el sector tecnológico–, y un tercer punto muy importante que es la digitalización del sector educativo. Es decir, nosotros como fabricantes queremos contribuir para que el sector educativo, en todas sus diferentes modalidades, esté digitalizado», explica Juan Bru, Senior Human Resources Manager de Huawei.

Para ello, insiste también en la colaboración entre las partes implicadas: centros educativos, empresas privadas y públicas, y asociaciones. Un reto mayúsculo que en el que no se puede dejar a nadie atrás: «Para intentar llegar a todo el espectro de la sociedad, desde niños, mujeres, desempleados, ingenieros que quieran seguir formándose, gente que tenga un trabajo pero que quiera hacer un reskilling… Y también los mayores, porque también es absolutamente necesario».