Saturno Labs, la voz de Alexa en España (y mucho más)
La ‘startup’ recurre a la IA para aportar soluciones de seguimiento físico y psicológico en hospitales o aseguradoras
Natalia Rodríguez es otro valor emergente del panorama tecnológico español. CEO y fundadora de Saturno Labs, la suya es una apuesta algo contracultural, ya que se basa en convertir a la startup en una suerte de grupo de investigación privado de deep tech. Rodríguez jugó profesionalmente al baloncesto. Era escolta-alero y su ídolo fue Arvydas Macijauskas, ex del Baskonia. La semana pasada el Ministerio de Ciencia le entregó el premio de Innovación y Diseño 2023. Antes, durante el fatídico año de la pandemia, Amazon reconocería a su empresa como una de las nueve más interesantes en el panorama de la inteligencia artificial a través de los premios Alexa.
Ingeniera de Telecomunicaciones, emprendedora, mujer, con apenas 33 años y especializada en IA, Natijauskas, como algunos amigos la llaman cariñosamente, reúne todos los elementos para convertirse en una estrella. Además de transferir conocimiento a productos y soluciones complejas, Saturno Labs cultiva el impacto «en la sociedad y las personas». Este planteamiento implica que sus algoritmos se pongan al servicio de hospitales, aseguradoras, residencias de ancianos, clubes deportivos e incluso equipos de gaming.
Entre sus clientes están o han estado Adecco, Fundación ONCE, Fundación FAD (antes fundación de ayuda contra la drogadicción) y Saski Baskonia. La aproximación se adapta como un guante a cada caso con una mezcla de voz, gestos táctiles y escritura. Gran parte del trabajo lo desempeñan unos chatbots que permiten determinar el estado físico y anímico de los usuarios y, en el caso de los deportistas, su rendimiento.
Una gran alianza
Aquella introducción en el ecosistema Amazon permite a Saturno Labs ser su gran proveedor en España para proyectos de voz. «No sólo diseñamos chatbots», apunta Rodríguez. «Para Amazon hemos preparado diferentes modelos de conversación y tenemos abiertos varios proyectos de investigación con sensores y pulseras inteligentes, sobre todo pensando en aplicaciones de medicina predictiva».
Alexa permite, por ejemplo, que el seguimiento de personas mayores que viven solas en casa sea mucho más efectivo si esa persona carece de medios para contar con un cuidador/a. La IA se encarga de replicar la conversación que el anciano tendría con un doctor o psicólogo y, gracias a Saturno Labs, se implementa un protocolo clínico de intervención con ejercicios y consejos.
Actualmente, la startup ubicada en Madrid cuenta con un equipo de 32 profesionales, comercializa cinco productos que se acoplan a diferentes casos de uso y suma alrededor de 20 clientes. Natijauskas se ufana de que hasta el momento Saturno Labs no haya requerido del venture capital para crecer y ganarse un hueco en el mercado.
Un estándar como ideal
Las soluciones de la compañía se ofertan a través de sus clientes, pero el objetivo a medio plazo es que cualquier familiar pueda comprar la app para monitorizar a esos mayores sin auxilio o que cualquier hospital del servicio público de salud disponga de herramientas para seguir las evoluciones de sus pacientes.
«En torno a la IA se mezclan muchas cosas. Es un medio que no entiende por sí mismo de bondades o maldades, pero el poder que confiere conlleva una enorme responsabilidad. Sería muy razonable que nos anticipásemos a los efectos secundarios de esta revolución y que admitamos que habrá gente que se quede atrás y no quiera o pueda usar esta tecnología. Tal vez estamos corriendo mucho. En cualquier caso, creo firmemente en las ventajas de la inteligencia artificial, que no está aquí para birlarnos el trabajo o matar alegremente a la gente», reflexiona Rodríguez.