China encarga cerca de un millón de drones kamikaze y todos sospechan lo mismo: Taiwán
El dominio de China en este campo no se limita solo a al poderío militar, sino que se extiende a su capacidad productiva
Nunca antes se había encargado semejante cantidad de drones. Sin cifra oficial, y solo basado en declaraciones de uno de los proveedores de referencia del ejército chino, cerca de un millón de drones kamikaze saldrán de su factoría. Nadie sabe a ciencia cierta para qué necesitan semejante cantidad, pero todos sospechan lo mismo: Taiwán.
China no es un país en especial belicoso, pero tiene entre ceja y ceja recuperar la isla de Taiwán, a la que llaman «la provincia rebelde». Un posible conflicto, con invasión de la isla que una vez fue portuguesa y se llamó Formosa, es uno de los escenarios más temidos por la comunidad internacional. Sus connotaciones son de orden geopolítico, militar, tecnológico, económico, y un choque de trenes entre equilibrios de poder en una zona sensible y emergente, Asia y el mar que circunda a la China continental.
Esta información, compartida durante una charla informal mantenida entre un representante de la compañía representante de Poly Technologies (conocida como Poly Tech a nivel comercial) y un redactor del medio Defence Blog, muestra el cambio de paradigma de los ejércitos tras la experiencia de Ucrania. Al mismo tiempo, debería inquietar a los implicados, en caso de no tener unas contramedidas o una fuerza equivalente en el sentido contrario.
El interlocutor de la compañía dejó claro que el encargo del gobierno chino, uno de los impulsores de esta empresa, era de tal calibre que sus líneas de montaje de otros productos habían tenido que abandonar su tarea para concentrarse en esta. Al parecer, se han visto obligados a desatender la demanda de otros clientes ante el calibre del pedido, cercano al millón de aparatos.
Los detalles sobre el modelo o las especificaciones técnicas de los drones no se han revelado, pero el ejército chino tiene dos como referentes que pueden ser usados con esta finalidad: CH-901 y el PD-2900. El primero fue desarrollado por la Corporación de Ciencia y Tecnología Aeroespacial de China (CASC). Tiene una autonomía de 60 minutos, desarrolla una velocidad de crucero de 100 km/h y tiene una capacidad de carga útil de 3,5 kg. Es versátil y puede desplegarse desde vehículos terrestres y plataformas aéreas, por lo que resulta ideal para aplicaciones flexibles en el campo de batalla.
El otro, el PD-2900, es más capaz. Se trata de un dron kamikaze de largo alcance con un radio de acción de hasta 2.500 km. Puede alcanzar velocidades de 250 km/h, lo que subraya su potencial para misiones de ataque en profundidad. Es bastante probable que estos drones desempeñen diversas funciones, como el reconocimiento, la guerra electrónica y los ataques de saturación, en los que varios drones abruman las defensas enemigas.
Cuando se preguntó al representante de Poly Tech sobre posibles exportaciones a otros países, como Rusia, el fabricante indicó que la principal prioridad es satisfacer la demanda interna. Esto acentúa la prioridad de las capacidades de defensa de la propia China sobre las ventas internacionales, a pesar del interés por la tecnología de aviones no tripulados. No está claro si otros fabricantes chinos han recibido pedidos similares.
Del valor de esta tecnología y con referencia a Rusia existe un dato: el Kremlin entregó a sus fuerzas en Ucrania 140.000 vehículos aéreos no tripulados. Desde entonces, y en cifras del titular de su Ministerio de Defensa, Andrei Belousov, la capacidad de producción de su industria se ha elevado hasta las 40.000 unidades al mes, así que es bastante posible que esta cifra casi triplique este 2024.
El interés de China por los drones kamikaze, también conocidos como munición merodeadora, se alinea con las lecciones extraídas de la experiencia en Ucrania. La devastadora eficacia de las tácticas militares ucranianas con drones kamikaze pequeños y los pilotados a distancia por un operador está influyendo en las doctrinas militares de diversos países, y es algo que no ha escapado a los chinos.
Nuevas herramientas, nuevas tácticas
El Ejército Popular de Liberación ya ha empezado a incorporar a sus programas de entrenamiento el uso de drones como elemento fundamental de su equipamiento básico. El calibre del pedido plantea interrogantes sobre su finalidad, y muchos analistas de defensa creen que podría ser una señal de los preparativos para un posible conflicto con Taiwán.
El despliegue de semejante cantidad de drones, diseñados específicamente para atacar unidades blindadas como los carros de combate, podría alterar fundamentalmente la dinámica de cualquier enfrentamiento militar. Estos drones, que pueden operar en enjambre, pueden desbordar las defensas aéreas tradicionales. La gran cantidad y coordinación de un ataque de este tipo podría neutralizar las divisiones blindadas de la OTAN en un corto período de tiempo.
Capacidad industrial sin competencia
El dominio de China en este campo no se limita solo a al poderío militar, sino que se extiende a su capacidad productiva. Alemania puede construir decenas de tanques Leopard, o Estados Unidos centenares de F-35, pero solo China puede crear cientos de miles, puede que millones de drones en un tiempo récord; únicamente ellos tienen factorías preparadas y son los amos mundiales de la producción de las necesarias baterías.
Las reglas de la guerra están cambiando muy rápidamente y ante una posibilidad como la que se está planteando, es necesario reforzar no ya los ejércitos sino sus líneas de suministro, logística y producción. En esto los chinos son imbatibles.