'Metal: Hellsinger', batallas en el Infierno a ritmo de guitarra eléctrica
El éxito de esta ópera prima llega a PlayStation 4 y Xbox One tras conseguir más de un millón de usuarios en todo el mundo
El videojuego Metal: Hellsinger posee toda la esencia y el sabor de aquellos títulos con los que muchos crecimos junto a las recurrentes preguntas de nuestros amiguetes: «¿Hasta dónde has llegado?». Me refiero a la satisfacción de ir mejorando con la práctica según se avanza en el juego, hasta dar con la perfección que te permite superar todo tipo de pruebas que se pusiesen por delante. El objetivo, conseguir una alta puntuación y ver nuestro nombre en los primeros puestos del ranking.
Pero en este juego que aterriza ahora en Xbox One y PlayStation 4 aún hay más, muchísimo más. Porque este FPS (shooter en primera persona) nos traslada al Infierno acompañados de un diablo encarcelado allí, al que la reencarnación de Satanás en el juego recluyó quitándole la voz. Le llamaron La extraña, un diablo alado con tres ojos que vamos a manejar a lo largo de ocho niveles y sus correspondientes infiernos.
Empezamos con una misión tutorial para aprender una mecánica nada complicada. Un botón para saltar y acceder a lugares elevados, gatillo izquierdo para golpear, derecho para disparar, gatillo superior para cambiar de arma y otro botón para recargarla. En cuanto a las armas, siempre dispondremos de una espada denominada Terminus y de Paz, el cráneo de un alma amiga, capaz de disparar ráfagas que dejan momentáneamente paralizados a los enemigos para poder rematarlos posteriormente.
A medida que vayamos avanzando en los diferentes infiernos, iremos consiguiendo nuevas armas de las que podremos equipar solamente dos como armas secundarias. Las elegiremos antes de empezar cada cacería. Su uso es sencillo y apuntar no tiene mayor complicación. Cada una tiene un tempo de cadencia por lo que deberemos elegir la más adecuada para conseguir más bajas a ritmo musical. Con el fin de sufrir el menor daño posible y alcanzar una buena puntuación en el cómputo final de cada infierno, podremos combinar los ataques con movimientos laterales de escape. Ese cómputo final se divide en: ritmos mantenidos, asesinatos rítmicos, combos rítmicos, bonificación de velocidad, disparos a la cabeza, masacres, asesinatos múltiples y daño recibido.
La variedad de enemigos no es muy extensa sobre todo en cuanto a jefes finales, pero en ocasiones son varios los que nos atacan a la vez y es necesario conocer todos sus trucos para detener sus envites. Unos nos disparan bolas de fuego, otros desaparecen de repente para volver a aparecer a nuestro lado, enemigos con escudo a los que hay que atacar por detrás y los hay que vuelan mientras lanzan rayos. Todos exquisitamente detallados con un acabado siniestro y terrorífico.
Un ‘quiz’ musical en el Infierno
En los escenarios, montañas nevadas, ruinas castillos góticos, catacumbas y minas llenas de túneles, encontraremos cristales para aumentar nuestra barra de salud y reliquias que nos ayudarán a aumentar el nivel de furia. Y aquí empieza el quiz musical. El objetivo para poder obtener grandes puntuaciones pasa por disparar y ejecutar combos al ritmo de la música. Así, a medida que sigamos el ritmo, irá aumentando el multiplicador de furia para desbloquear las distintas pistas de la canción. Al principio de cada nivel, solo escuchamos la base rítmica del tema y aumentando la furia podremos escucharla con todas las pistas sonando, incluida la voz. Un consejo para no perder el ritmo es disparar o golpear siguiendo la cadencia del bombo.
Two Feathers ha sido el estudio encargado de componer las músicas del juego, como ya hicieron en otros títulos (Warhammer o Aragami). Pero esta vez con metal del duro, nada de heavy a secas. Una pareja de músicos que ha ido seleccionando sus creaciones para cada uno de los niveles y eligiendo cantante para cada pieza. Nueve artistas de la talla de Alissa White-Gluz de Arch Enemy o Serj Tankian cantante de System of a Down. El resultado es verdaderamente sorprendente.
Si bien no es un juego largo, la rejugabilidad se multiplica gracias a los denominados «tormentos» que iremos desbloqueando a medida que pasemos niveles. Los tormentos son diversas misiones contrarreloj como: matar 40 demonios al ritmo, eliminar 10 behemoths [demonios gigantes con un brazo en forma de azadón], o ejecutar 20 ultimates [combos que acaban con la vida de un emigo]. Así, también desbloquearemos los llamados «sigilos», que son ciertas habilidades que podremos equipar al principio de cada nivel. Amén de volvernos a pasar el juego aumentando el nivel de dificultad.
Metal: Hellsinger se lanzó para las consolas de última generación además de PC. En un par de meses ha obtenido gran repercusión ganado el premio al mejor audio en los Golden Joystick Awards y la nominación a la mejor banda sonora en The Game Awards.
Acaba de conseguir pasar del millón de usuarios y lo que fue imposible antes de su lanzamiento, desarrollar versiones para PlayStation 4 y Xbox One, se ha conseguido. Ya está disponible también para esas consolas.