Estos son los trucos indispensables para mantener la vitrocerámica como nueva
La lavadora es otro de los electrodomésticos de la casa que hay que limpiar a fondo al menos una vez al mes para evitar infecciones
Una de las zonas del hogar que es más normal ensuciar, pero más importante tener limpia, es la vitrocerámica. En caso de cocinar, habrá que usarla, al menos, dos veces al día. Este es un elemento imprescindible en cualquier cocina y, para que no haya que dedicar demasiado tiempo a mantenerla bien, aquí hay algunos trucos para dejarla como nueva.
Lo primero importante que hay que tener claro es que nunca hay que usar un estropajo para hacerlo, incluso si hay restos de comida pegados. Usar el estropajo lo único que hará es rayar la superficie de la vitrocerámica, por lo que lo recomendable es limpiarla con una bayeta o con papel de cocina. Un elemento imprescindible también en este proceso es una rasqueta.
Los básicos de limpieza
En caso de que haya una mancha muy pegada al cristal de la vitrocerámica y no sea posible quitarla, el limón puede ser un gran aliado. Solo habría que echar unas pocas gotas y dejar que actúe entre dos y tres minutos, lo que ablandará la mancha y posibilitará eliminar todos los restos al pasar la rasqueta.
Otro truco que funciona muy bien para eliminar las manchas más difíciles es pasarle un cubito de hielo por encima durante aproximadamente un minuto. Esto ayudará a ablandar la mancha y hará que la rasqueta pueda acabar con los restos fácilmente.
Si la vitrocerámica tiene quemaduras, la mejor opción es usar bicarbonato. Solo será necesario hacer una solución con dos cucharadas de bicarbonato de sodio y 10 cl. de agua. Tras esto, hay que extender la mezcla por la superficie quemada y añadir un chorro de vinagre. Tras cinco minutos de actuación solo queda retirarlo con una bayeta y la suciedad habrá desaparecido.
Otros usos del vinagre es para conseguir que el cristal de la superficie quede mucho más brillante. Solo hace falta aplicarlo con una bayeta o un paño suave y el líquido hará el resto.
Por último, para eliminar los arañazos y que la vitrocerámica se vea mejor el recurso casero es la pasta de dientes. Solo hace falta colocar el dentífrico sobre un paño y pasarlo sobre la superficie rayada. Esto no solo ayudará a eliminar los arañazos, sino que también le dará más brillo a la superficie. Dos productos que también pueden ayudar a la hora de eliminar arañazos son el agua y el amoníaco. Solo hace falta mezclar 0,5 litros de agua con 20 ml de amoníaco y con un paño frotar haciendo círculos sobre la superficie a reparar.
La lavadora, otro electrodoméstico cuya limpieza es muy importante
Para que la lavadora deje la ropa impecable como al principio de su uso es necesario limpiarla a fondo de vez en cuando. Es decir, la creencia de algunas personas de que este aparato se limpia a sí misma durante cada lavado no es cierto. Necesita un mantenimiento extra.
Es más, la humedad que genera este electrodoméstico es un pasto de cultivo para virus, bacterias y microorganismos como el norovirus, el adenovirus o la salmonella, que pueden provocar diferentes síntomas como diarrea, fiebre, náuseas, vómitos, dolores o inflamación.
Tanto los virus como las bacterias pueden sobrevivir sin problemas a un lavado con agua fría, por lo que una buena sesión de limpieza en la lavadora es indispensable. Es más, lo recomendable es hacerlo una vez al mes. Igual que ocurre con otros electrodomésticos, hay productos específicos para hacerlo, pero también es posible usar algunos que suelen estar por casa.
Vinagre y bicarbonato, dos grandes aliados
Tanto el vinagre como el bicarbonato sódico son dos de los productos estrella en el mundo de la limpieza del hogar. Estos, además, permiten eliminar los posibles malos olores que pueda producir la humedad de la lavadora.
El primer paso de esta limpieza es poner en marcha la lavadora con un programa de agua caliente, sin ropa en el interior y tampoco ningún tipo de detergente o suavizante. Mientras la lavadora va llenándose hay que agregar un par de vasitos de vinagre blanco y un par de cucharadas de bicarbonato sódico y dejarla funcionar durante 10 minutos antes de pararla.
Tras esto hay que dejar que la lavadora repose con la puerta abierta durante más o menos dos horas. Después de este tiempo, el siguiente paso será coger un estropajo con la misma mezcla de antes (agua, vinagre y bicarbonato) y limpiar bien las paredes del tambor. Por último, solo queda enjuagarla con agua caliente para eliminar los restos que se hayan podido quedar.