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Así se deben limpiar los radiadores de tu casa para ahorrar energía en invierno

Mantenerlos en buen estado es fundamental para su correcto funcionamiento y no desperdiciar energía

Así se deben limpiar los radiadores de tu casa para ahorrar energía en invierno

Limpiar los radiadores es fundamental para su correcto funcionamiento | Pixabay

La llegada del invierno y el frío es sinónimo del encendido de los radiadores. Antes de hacerlo, no obstante, es necesario limpiar su interior para evitar que, además del calor, también esparza las pelusas y demás residuos que haya acumulado mientras estaba apagado.

Para poder hacerlo solo son necesarios unos pocos productos básicos: un barreño con agua limpia, una esponja, cuerda, jabón y una bayeta. Es importante que el radiador esté despejado de ropa o cualquier elemento, así como frío y desconectado.

La cuerda debe ser de al menos un metro y medio y, tras haber hecho un nudo en la misma en el centro de la esponja, hay que impregnarla con jabón. Después de esto, y tras sumergirla en el barreño con agua, la esponja se irá deslizando con ayuda de la cuerda y permitirá limpiar cada uno de los huecos del radiador, desde la parte superior hasta abajo. De esta forma, la esponja arrastrará la suciedad por completo.

En caso de no tener este tipo de cuerda no pasa nada. También existen alternativas que permiten limpiarlos de forma igualmente eficiente: un plumero flexible o atar un trapo viejo a un palo y usarlo como plumero. Además, es aconsejable cubrir el suelo con algún cartón o periódico para evitar mancharlo.

Tras haber retirado toda la suciedad, hay que frotar una bayeta limpia con agua para retirar el jabón que sobre y repasar la superficie visible para pulirla. Es también muy importante secar bien el interior para evitar la oxidación que pueda oxidarse por humedad.

Otro método para limpiar radiadores de hierro fundido

Los radiadores de agua de hierro fundido, a diferencia de los tubulares de metal o aluminio, necesitan tener una limpieza y mantenimiento frecuente. Una de las formas de hacerlo es eliminar el polvo de forma periódica para maximizar la producción de calor y ahorrar energía.

En caso de estar pintando la casa, es una buena oportunidad para hacerlo también con el radiador con un producto respirable. Una forma de eliminar todo el polvo es utilizar una aspiradora potente o un compresor. Antes de hacer, no obstante, es importante cubrir los muebles y el mobiliario que esté cerca para no ensuciarlo todo con el polvo que generará.

Es importante colocar también la aspiradora o el compresor debajo del radiador para poder succionar o soplar todo el polvo. Después, no hay que olvidar tampoco purgar el radiador. Para ello, hay que situar un recipiente debajo de la ventilación del radiador y abrir la válvula.

Al principio el agua saldrá sucia, incluso naranja; hay que dejarla salir toda hasta que esté limpia. Cuando el agua sea clara ya se puede cerrar la válvula. Por último, hay que tomar agua tibia con detergente o desengrasante para limpiar cualquier mancha del radiador. Por último, es importante secar toda la superficie con un paño suave.

Radiadores eléctricos de metal

Con los radiadores de hierro fundido no es necesario una aspiradora.
Con los radiadores de hierro fundido no es necesario una aspiradora. Foto: Pixabay

A la hora de limpiar estos radiadores el procedimiento es similar a los de hierro fundido. Sin embargo, en caso de que sean radiadores de diseño como los tubulares, no será necesario usar la aspiradora o el compresor. Bastará con pasar un paño antiestático por toda la estructura y el polvo quedará pegado en la tela. Es importante también ir eliminando el exceso de polvo del paño de forma frecuente.

Cómo purgar los radiadores

Purgar los radiadores de agua es algo que se puede olvidar pero que también es indispensable para su correcto funcionamiento. Para ello, lo primero es colocar un cubo bajo la válvula, que suele estar junto al termostato o bajo el tornillo del lateral del radiador. Solo hay que girar el tornillo o la válvula un cuarto de vuelta y dejar salir el aire hasta que empiece a brotar agua turbia. Una vez que esta ya sea clara habrá acabado el proceso.

En cuanto al orden, es mejor comenzar por los que están más próximos a la caldera. En caso de que la vivienda tenga dos plantas, además, es mejor empezar por la de abajo. Por último, es importante llevar a cabo un último paso: limpiar los radiadores por dentro para eliminar los restos de óxido y suciedad.

Para hacerlo, primero hay que cerrar las llaves de paso que permiten la entrada y salida de agua. Tras ello, descolgarlos de la pared y vaciar tanto agua como residuos. Después solo hay que volver a colgarlos y conectar los radiadores de agua, llenar de nuevo el circuito y asegurarse que la caldera tenga la presión de un bar.

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