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¿Qué consume menos, la cocina de vitrocerámica, de gas o de inducción?

Elegir un tipo u otro puede suponer un gran ahorro en la factura de la luz a final de mes

¿Qué consume menos, la cocina de vitrocerámica, de gas o de inducción?

Una cocina vitrocerámica | Pixabay

A la hora de renovar la casa, cada vez son más las personas que deciden optar por las cocinas de inducción; no obstante, sigue habiendo quienes apuestan por el gas. Es una decisión compleja, ya que de la elección dependerá también un mayor o menor consumo de energía a la hora de cocinar.

Los expertos de finanzas personales de Bankinter explican que la cocina de gas, en su momento, supuso una gran revolución por el ahorro de tiempo y la eficiencia que suponía. Después aparecieron las placas vitrocerámicas, que daban mayor seguridad y comodidad a la hora de cocinar. Ahora, sin embargo, la novedad son las placas de inducción, que forman un campo magnético para calentar los fogones.

Ventajas y desventajas de cada tipo

En el caso de las cocinas de gas, son más económicas que el resto y se calientan muy rápido. Además, muchos chefs profesionales prefieren este tipo de cocina ya que es la única que permite cocinar con fuego para conseguir el sabor deseado en la receta. Sin embargo, es una opción menos segura que las otras dos debido a las posibles fugas de gas. Además, es más compleja de limpiar y mancha las ollas y las sartenes.

En cuanto a la vitrocerámica, la más común en las cocinas de las casas, tiene la gran ventaja de poder usar cualquier recipiente. Además, su instalación es muy sencilla, son fáciles de limpiar y conservan el calor residual una vez apagadas. Sin embargo, tardan más en calentarse que las de gas o inducción, por lo que consumen más electricidad. Además, se rallan con facilidad y es habitual quemarse, precisamente porque las placas conservan la alta temperatura bastante tiempo después de apagarlas.

Por último, las más novedosas son las cocinas de inducción, que llegan a consumir hasta un 20% menos de electricidad que las placas de las vitrocerámicas. Por tanto, lo más destacable de esta opción es su eficiencia, ya que además solo calienta lo que entra directamente en contacto con la placa superior. Pueden calentarse rápidamente y aportan una mayor seguridad, ya que la inducción no quema ni tocándola. No obstante, uno de los principales inconvenientes es que solo funciona con unos recipientes especiales. Además, la inversión inicial es mucho mayor que la que habría que hacer en los dos casos anteriores.

Una cocina de gas.
Una cocina de gas. Foto: Pixabay

La mejor opción para ahorrar

Desde Endesa destacan que las cocinas de inducción son las más eficientes y las que permiten ahorrar más en electricidad. Por el contrario, la cocina con vitrocerámica es probablemente la que consume más energía, ya que necesita más tiempo para calentar las placas y que preparar los platos. Sin embargo, son las más económicas a la hora de adquirirlas.

Por último, las cocinas de gas calientan muy rápido y, además, el coste de gas natural es actualmente menor que el de la electricidad. En conclusión, la inducción es la que tiene el coste energético más bajo, aunque supondrá una inversión mayor al principio ya que son los equipos más caros.

Trucos para ahorrar con los electrodomésticos en casa

  • Buscar la máxima eficiencia de los electrodomésticos

Lo primero es seleccionar los modelos con alta eficiencia y evitar los de la ‘G’. Esta letra es la correspondiente a la etiqueta que designa el rendimiento de los aparatos. Actualmente, la escala va desde las etiquetas ‘A’ (de color verde) hasta las ‘G’ (de color rojo).

  • Seleccionar bien los electrodomésticos para cocinar

Aunque sean más costosos, es mejor invertir en un horno de convección, ya que son más eficientes que los electrodomésticos convencionales. Esto es porque distribuyen el calor de forma homogénea alrededor de todo el plato de comida, lo que hace que los resultados culinarios sean mejores al cocinar todos los alimentos de forma uniforme y al mismo ritmo. Además, usar el microondas en vez del horno supone un ahorro de entre un 60 y 70% de energía y mucho tiempo.

  • Consejos para usar el horno

Al usar el horno es conveniente hacerlo usando por completo su capacidad. Incluso es mejor cocinar varios alimentos a la vez o de manera consecutiva, porque permite aprovechar mejor la energía.

Es también importante precalentarlo a la temperatura adecuada, no a una superior. Y es igual de importante no abrir la puerta hasta el fin de la cocción, ya que cada vez que se hace supone perder al menos un 20% del calor acumulado. Es más, incluso es mejor apagarlo unos minutos antes de que esté lista la comida, ya que así será posible aprovechar el calor residual.

Un horno
Un horno. Foto: Stefan C. Asafti (Unsplash)
  • Emplear los utensilios adecuados

Más allá de elegir un tipo de cocina u otro, también es importante seleccionar los utensilios más adecuados para ahorrar energía al cocinar. Lo más conveniente es usar ollas rápidas, que van a presión, consumen menos energía y ahorran mucho tiempo. Si las placas son eléctricas, habrá que usar menaje con el fondo difusro, para que haya una temperatura homogénea en el recipiente.

Otra recomendación es utilizar tapas, ya que permitirán reducir el tiempo de cocinado. Esto supondrá un ahorro de hasta un 25% de energía. Además, ajustar el tamaño del fuego para que solo cubra la zona del recipiente ayuda a ahorrar energía, ya que si es mayor la zona caliente que el recipiente supone desaprovechar energía.

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