Crimen de Muimenta: los investigadores acusan a la madre de asesinar a su hija Desirée Leal
«No era el escenario de una muerte accidental, sino el de un crimen violento», añade el sargento presente en la escena del crimen
Imagen de la Iglesia de Muimenta, Lugo.
Ana Sandamil se ha vuelto a sentar este miércoles en el banquillo de los acusados de la Audiencia Provincial de Lugo por el supuesto filicidio de Muimenta. El sargento de la Policía Judicial de la Guardia Civil de Lugo ha reconocido a la madre de la pequeña Desirée Leal, presuntamente asesinada el tres de mayo de 2019 como «la autora evidente del crimen».
Esto ha ocurrido durante la tercera sesión del nuevo proceso de investigación abierto para esclarecer los hechos ocurridos hace más de tres años atrás. De esta manera, es la segunda ocasión en la que se juzga a la madre de la pequeña asesinada Desirée Leal, como presunta autora del crimen.
A esta sesión han acudido agentes de la Policía Judicial de la Guardia Civil de Lugo, entre los que se destaca su sargento, autor de la acusación directa hacia Ana Sandamil; así como diferentes vecinos y gente del entorno de la familia de la menor fallecida.
Durante las dos primeras sesiones de este nuevo proceso de investigación, diferentes amigas de la acusada la defendieron como inocente ante todos estos hechos; sin embargo, varios testigos han declarado durante esta sesión que la madre no parecía preocuparse en exceso por los intentos de reanimación que se le aplicaron a su hija aquel fatídico tres de mayo del 2019.
Las declaraciones de los agentes
Aquellos que acudieron al lugar del supuesto homicidio han declarado que en la casa se hallaban diferentes personas, además del equipo sanitario, que fue el primero en llegar; los mismos eran: la madre de la pequeña, los abuelos de la niña, y una persona cercana a la abuela.
Así, han destacado también que la madre se encontraba en un estado para nada de alteración, tumbada en el sofá con una manta puesta hasta el cuello, y en una postura muy lejana a la abuela de la niña, de la que dijeron: «No quería ir con la madre de la niña».
De ambas progenitoras de la niña han diferenciado entre la abuela, que se encontraba muy alterada y destrozada anímicamente, y la madre, que se encontraba muy tranquila ante toda aquella situación. Todas las fuerzas de seguridad presentes en la casa han coincidido en que la madre se encontraba en muy buen estado.
Estas fueron las primeras declaraciones de Ana Sandamil, madre de la pequeña Desirée Leal, ante los policías durante las primeras horas después del presunto asesinato de la pequeña: «Nos relató que se había levantado a las siete horas de la mañana. Fumó un cigarro y comió una pieza de fruta. A su vuelta a la habitación, se encontró con su hija tirada en el suelo y la llevó a la cama, percatándose de que la niña no se encontraba bien. Avisó a su madre, abuela de la menor, quien trató de reanimarla, en vano. Más tarde se bebió una botella con pastillas de trazodona, una medicación que le habían recetado.»
Otros agentes han añadido que fue la propia abuela quien llamó al 061, no así su madre, quien había encontrado a la pequeña. Además, relatan que al tomar declaración a la abuela de la pequeña, ésta les habló del pijama de su hija, que en un primer momento no habían visto en la vivienda, y que tras volver a buscarlo encontraron aparentemente «escondido con intención» debajo de la cama, estando ensangrentado con restos de la niña.
En conclusión, el sargento ha declarado que bajo su opinión, y por la escena del crimen, allí se produjeron unos hechos violentos, así como que la menor presentó oposición ante algo, por restos de agua en las paredes de la habitación, productos de un forcejeo. Este «algo» lo identifica como Ana Sandamil, a quien acusa de ser «la autora evidente del crimen».
