El vino apareció hace 8.000 años en el Cáucaso
La combinación de datos arqueológicos, químicos, botánicos, climáticos y de datación muestra que la variedad de vid Vitis vinifera era abundante en los dos sitios de excavación en Georgia.
Los orígenes de la viticultura se remontan a más de 8.000 años, casi diez siglos antes de lo que se había estimado hasta ahora, según han revelado residuos hallados en cerámicas neolíticas encontradas en Georgia, en el sur del Cáucaso, informa AFP.
Los indicios químicos más antiguos de la producción de vino databan hasta ahora de 5.400 a 5.000 años antes de la era cristiana en las montañas de Zagros en Irán, han dicho los científicos, cuyo hallazgo se ha publicado el lunes en la revista estadounidense Proceedings of the National Academy of Sciences (PNAS).
Las excavaciones se han centrado en dos yacimientos ricos en cerámicas de principios del Neolítico que datan de entre 8.100 y 6.600 años, Gadachrili Gora y Shulaveris Gora, ubicados a unos 50 kilómetros de Tbilisi.
El análisis de los residuos encontrados en ocho jarras con varios milenios de antigüedad ha revelado la presencia de ácido tartárico, la firma química de las uvas y del vino. También se detectaron otros tres ácidos -málico, succínico y cítrico- relacionados con la viticultura.
«Esto sugiere que Georgia probablemente era el corazón de la domesticación de las vides y la viticultura», ha resumido a AFP Patrice This, director de investigación del Instituto Nacional de Investigación Agrícola (INRA) de Francia.
«Creemos que estamos en presencia de los vestigios de la más antigua domesticación de vides silvestres en Eurasia con el único propósito de producir vino», ha sostenido Stephen Batiuk, del Centro de Arqueología de la Universidad de Toronto.
«La versión domesticada de uvas para la producción de vino de mesa actualmente tiene más de 10.000 variedades en todo el mundo», ha agregadp, de las cuales 500 solo en Georgia. Según los científicos, esto sugiere que las uvas han sido objeto de cruces para crear diferentes cepas desde hace mucho tiempo en esa región de Eurasia.
La combinación de datos arqueológicos, químicos, botánicos, climáticos y de datación muestra que la variedad de vid Vitis vinifera era abundante en los dos sitios de excavación en Georgia.
El hallazgo cambia la historia del vino. | Foto: Iroz Gaizka / AFP
En el Neolítico, el clima era bastante similar al de las regiones vitícolas actuales en Italia y en el sur de Francia.
La mayoría de las uvas clásicas pertenecen a esta especie, como la cabernet sauvignon, la chardonnay, la syrah, la merlot, la garnacha, la mourvèdre o la riesling.
«Nuestro estudio sugiere que la viticultura fue el principal elemento del modo de vida neolítico, que vio nacer la agricultura, que se extendió en el Cáucaso» y más allá hacia el sur en Irak, Siria y Turquía, ha señalado el profesor Batiuk.
«La cerámica, ideal para fabricar, servir y conservar bebidas fermentadas, se inventó en ese período junto a muchos otros avances en tecnología, la cocina y el arte», ha precisado.
Los investigadores han explicado que en estas sociedades antiguas, beber y ofrecer vino formaba parte de casi todos los aspectos de la vida.
Batiuk añadió que la viticultura en el Neolítico es un ejemplo perfecto del ingenio humano para desarrollar la horticultura e inventar usos de sus productos derivados.