Agora, la galería de arte digital que ha revolucionado el mercado NFT
En cinco años Agora ha conseguido más de tres millones de usuarios. En ella autores de todo el mundo pueden dar a conocer su talento gracias a la tecnología
Foto de Khánh Phan | IG @ptkhanhhvnh | Cedida por Agora
Cuando en agosto de 2016 Michael Aboya, natural de Ghana, perdió a su padre víctima fulminante de un cáncer, se hizo a sí mismo una pregunta: ¿quería pasar el resto su vida haciendo algo que no le gustara o quería luchar por cumplir su sueño? La pérdida de su progenitor le hizo ser consciente de que él también algún día moriría, y eso le decidió a dedicar su tiempo y todo su empeño a lograr la que siempre había sido su máxima aspiración: convertirse en fotógrafo profesional. Por ello, con los pocos ahorros familiares de los que disponía, se compró una cámara y aprendió fotografía siguiendo con celo tutoriales en Youtube. Después, decidió presentarse a los Agora Awards, en la categoría de fotografía, y resultó el ganador con la instantánea tituladas Songs of Freedom (Canciones de Libertad), en la que muestra a un grupo de niños de su país aprendiendo a tocar el violín, y con la que quiso dar una imagen de alegría y esperanza de su comunidad, en contraste con la tristeza que siempre se le atribuye.
«La historia de Michael Aboya, por ejemplo, es de caerse la lágrima. Después de ganar, se convirtió en embajador de Adobe Photoshop y es una celebridad en África, y eso sin venir del mundo del fútbol. Es todo un ejemplo y habla muy bien de lo que queremos hacer en la plataforma: empoderar el talento global», me cuenta cuando le entrevisto Octavi Royo, el CEO de Agora. Él, junto a su socia Elisabeth Sort, concibieron la idea de este proyecto mundial cuando ambos dirigían un documental en Colombia en 2016.
«Nosotros teníamos una productora de cine y hacíamos documentales. Rodando uno de ellos nos dimos cuenta de que siempre hay gente en lugares interesantes grabando cosas interesantes, pero no siempre es fácil captarlas cuando acudes al lugar después. Por eso pensamos en crear un sistema de participación de imágenes», empieza contando. Ahora, aclara, la plataforma no es eso, «pero la esencia es la misma». Agora, cuyo nombre viene de las plazas griegas donde los ciudadanos se congregaban para debatir y compartir la vida, es «un sistema de participación y votación universal» que trata de aprovechar el momento presente, en el que «todos estamos unidos a través de la tecnología».
Lanzada al mundo hace cinco años, ahora Agora tiene ya tres millones y medio de usuarios procedentes de 193 países. ¿Cómo lograron darse a conocer para que su expansión fuera tan rápida? «Fue a través del premio de Fotografía, con el que quisimos demostrar que el sistema funciona. Lanzamos hashtags y participaron decenas de miles de personas. La gente finalista y ganadora salía en los medios de sus países y así se fue publicitando», explica Royo. «Los finalistas de cualquier Agora Award son muy buenos, pues de entre miles de fotografías se selecciona a 50 finalistas.
A raíz de la experiencia, Elizabeth y él decidieron lanzar cuatro categorías más, que son las que ahora conforman los premios y apartados de esta galería de arte digital. En total son fotografía, vídeo (que incluye apartado de cortometraje y documental), música y arte digital. «También vamos a abrir special awards, como el de Naciones Unidas, que se llama #MyClimateAction y es un concurso en apoyo de la campaña de las Naciones Unidas #ActNow contra el cambio climático que se expondrá durante la COP27 en Egipto».
Un gran impulso al mercado NFT
Las obras de arte resultantes de estos premios se muestran en la página web de Agora, pero están también a la venta: la plataforma es un gran mercado de NFT con obras de absolutamente todo el mundo, «desde Sudáfrica a Nueva York». ¿Y qué es el NFT? Le pido a Octavi que me lo explique para no iniciados, y lo hace con mucha pedagogía: «Sus siglas equivalen a Token No Fungible, y se trata de un contrato que permite que cualquier producto digital pueda tener un propietario de forma infranqueable, que no se puede piratear. Hasta ahora cuando alguien subía algo al mundo digital no se podía ganar dinero vendiendo las obras. Ahora con los NFT’s en el mundo digital sucede igual que en el mundo físico del arte. El NFT nos dice cuál es el propietario de esta obra digital, y así la gente puede coleccionar obra digital».
Esto supone un «beneficio muy importante para los creadores», continúa diciendo, puesto que ahora pueden ofrecer su talento en la red de redes y vivir de ello. «Los artistas en el pasado, en el Renacimiento, en Grecia, en Roma… siempre han tenido dinero, pero en el mundo digital esto se había perdido». Los mejores trabajos de Agora van a parar a ese mercado: «Lo que estamos creando es un sistema de NFT’s con mucho valor, porque el ganador del mundo de cualquier disciplina tiene mucho valor: todo el mundo puede participar, así que es muy difícil ganar». Su premisa: que sea la meritocracia la que se imponga. Los trabajos que se imponen son elegidos por cualquiera que quiera votar tras la selección previa de un jurado que, aclara Octavi, está formado por «miles de profesionales especializados en cada materia».
Y eso no es todo, porque Octavi y su socio Elizabeth sueñan con ir a más: «Yo quiero que los Agora Awards sean los premios Nobel de la creatividad y del talento, pero, a diferencia de aquellos, que estén abiertos a todo el mundo, que cualquier persona del mundo se pueda presentar. Esta tiene que ser la nueva era del voto no político», concluye, insistiendo en que la tecnología ahora hace posible que cualquier persona luche por su sueño y consiga que su talento le lleve al lugar que merece. Michael Aboya lo logró, y gracias a su lucha ahora vive de su amor por la fotografía, y saca adelante así a sus hermanos pequeños.
