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Mad Cool 2022: los viejos conocidos no defraudan; los nuevos por conocer, deslumbran

La quinta edición del festival ha sido la más multitudinaria hasta ahora, una cita en la que la buena voluntad colectiva fue clave indispensable para su éxito

Mad Cool 2022: los viejos conocidos no defraudan; los nuevos por conocer, deslumbran

«Desde la organización de Mad Cool queremos agradeceros la ilusión desmedida vivida en Mad Cool Festival 2022. Gracias a vuestro interés, amor, paciencia y ganas, la quinta edición del festival ha sido todo un éxito». No lo diría exactamente con esas palabras, pero definitivamente esas frases de agradecimiento de los organizadores del Mad Cool reflejan bien las ganas colectivas de que todo saliese bien, de que fuese «normal», de que quisiésemos mezclarnos con miles de extraños a distancias impensables apenas meses atrás mientras aplacamos los altos niveles de cortisol a fuerza de música, las que hicieron que desde los artistas a todo el personal que trabajó en esta edición, y por supuesto los asistentes, lográsemos salir de cinco días de festival agotados pero satisfechos.

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Atardece en el metaverso Mad Cool. | Foto: Davi T. Ruiz. | Mad Cool Festival.

En 2022 el Mad Cool no tenía todas las cartas ganadoras. El cartel sufrió bajas importantes que causaron cierto revuelo como es el caso de Queens of the Stone Age, o que discretamente hicieron mutis por el foro como Animal Collective; las numerosas fallas en la entrega de las pulseras auguraban colas eternas el primer día (las hubo, de 45 minutos en promedio); el calor; los Minis de 11€; los Ubers de 100€; la arbitrariedad de que existiera un único método de pago no prometía esa característica ‘frictionless’ que tanto le gusta a los diseñadores de apps y de experiencias… y sin embargo, al final el sistema fue menos aparatoso de lo que parecía, las breves desconexiones no tuvieron mayores consecuencias para el humor de los asistentes, las colas absurdas en el servicio de Taxi los primeros días no impidieron que los asistentes llegaran al día siguiente con si alguien les hubiese borrado ese momento de la memoria a lo Men in Black. La gente había decidido que iba a pasarla bien y así lo hizo. Por decreto.

Adivinen el día | Foto: Paco Poyato | Mad Cool Festival

Los viejos conocidos y confiables mainstreamers

Justo antes de comenzar la jornada del sábado una mujer de unos 50 años con la que esperaba el autobús, fan declarada de Pixies, me comentó que sus amigos le decían que el Mad Cool era un «botellón para viejos». A partir de ese instante no logro sacarme la imagen de la mente. Sí, los más grandes festivales tienen esa característica intergeneracional (Glastonbury, te estoy viendo a ti), y eso está muy bien, la pasión por la música y por los conciertos en gran medida se hace, y así como había «viejos» también había varias docenas de niños menores de 8 años con sus respectivos cascos canceladores de ruido y camisetas de Guns ’n Roses. Es parte de la magia… y sin embargo, esa frase me iluminó como si de pronto me apuntaran de frente todas las luces de Valdebebas. 

Los organizadores, sin embargo, parecen tenerlo clarísimo, tal vez no con esas palabras, porque en cada jornada del Mad Cool hubo una banda confiable que sabían que atraería a su legión de fans, muchos de ellos en el demográfico 45-60. La primera noche fue Metallica, sin lugar a dudas. Esa jornada de hecho fue más un «concierto de Metallica con cosas», entre ellas un Placebo que reunió a su buena colección de nostálgicos. 

Dan Reynolds de Imagine Dragons | Foto: Andrés Iglesias. | Mad Cool Festival.

El jueves, con muchas menos menos camisetas negras y más hawaianas, tal vez fue la jornada en la que menos se notó el efecto «botellón para viejos», porque los tres grandes bandas de la noche fueron formadas en años que empiezan por el número «dos»: una de ellas en Oxford, Foals, en 2005, y dos de ellas en Las Vegas: Imagine Dragons en el 2008 y The Killers, en 2001 (libraron por poco, y sus fans también). 

Los celebradísimos Imagine Dragons volvían después de cuatro años para presentar su último trabajo Mercury – Act 1, y para, en sus palabras «celebrar la música y la vida, desde la diversidad de culturas, de idiomas, de sexos». Justo después, el escenario principal se iluminó con un gran David, confeti y el sonido inconfundible de The Killers, que por lo menos durante las tres canciones que vi sonaron muy bien (sí, alerta spoiler: me fui a ver a St. Vincent). Finalmente, la característica voz de Yannis Philippakis, vocalista de Foals, cerraría la larga e intensa jornada del jueves con una actuación que no defraudó con temazos como Wake Me Up, 2am, Spanish Sharp y Two Steps, Twice, que les sirvió como cierre. 

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Imagen de Foals | Foto: Andrés Iglesias | Mad Cool Festival

Para los nostálgicos pre-2000, hay que mencionar a unos Deftones que ofrecieron con un performance contundente, con clásicos como My Own Summer, Change o Headup que cantaron a dúo con el músico también californiano Jason Aalon Butler. Con esta actuación daban por concluida su gira de tres meses: «Por más que los quiero motherf*ckers, ya quiero irme a mi casa», confesó el Chino Moreno.

El viernes, volverían a escena las camisetas negras, esta vez vestidas con orgullo por los fans de Muse, la épica banda británica liderada por Matt Bellamy, y en menor medida por los de Incubus, a quienes no se les esperaba ya que el conjunto californiano apareció milagrosamente al cartel del Mad Cool hace apenas un mes, sustituyendo a Queens Of The Stone Age. 

Pixies, grandes | Foto: Andrés Iglesias | Mad Cool Festival.

El sábado, Pixies, no defraudó, pero tampoco se desvivieron, como es su estilo (y probablemente porque ya tenemos todos una edad). El set, sólido, seguro, comenzó con Gouge Away y le siguieron temas como I’ve Been Tired, Where’s My Mind y Here Comes Your Man.

A los Pixies los sucedieron otro de los platos fuertes de la noche: Kings of Leon, quienes afimaron que era intimidante tocar justo después de la banda de Boston porque «ellos fueron los que nos enseñaron a gritar». El performance de Kings of Leon, fue espectacular, energizante y a pesar de haberles tocado «el escenario malo» sus canciones populares fueron impulsadas por los coros de sus fans hasta más allá de Valdebebas, desde los primeros acordes de When You See Yourself, Are you Far Way, hasta los últimos de Sex on Fire, el himno con el que cerraron.

La del sábado sería la última jornada con todos los escenarios activos y con otro lleno total de 70.000 espectadores.

Ya el domingo, eran apuestas seguras tanto Jack White y su grupo etario de fans, como Nathy Peluso y su interesante, fresca, latinosa, potente y novedosa -sobre todo en Mad Cool- propuesta musical, que incluyó los temas que sus fans estaban esperando como Puro veneno, Calambre y la perfecta para cerrar Vivir así es morir de amor.

Esta jornada extra que no estaba incluida en ningún abono y que, sin embargo, contó con la nada despreciable asistencia de 25.000 espectadores, cerrando por fade out la edición más multitudinaria de la historia del principal festival madrileño, al que esta vez, como todos los años no faltó una importante delegación de extranjeros.

Los nuevos deslumbrantes: St. Vincent, Florence + The Machine y The War on Drugs

No hablamos por supuesto de bandas que surgieron antiayer sino de artistas que, por lo que sea, son menos populares en España o es su primera actuación en nuestro país, aquí entran London Grammar, aunque entre risas olvidara las letras de sus hits, la espacial Phoebe Bridgers, un Yungblud estridente e incansable, Flume, Mura Masa, Creeper, The Struts,… y hacemos hincapié en tres actuaciones que destacaron y sorprendieron, una para cada jornada.

Pocos artistas con más estilo que Leon Bridges. | Foto: Andrés Iglesias | Mad Cool Festival.

De vez en cuando ciertas alineaciones de horario en los conciertos, permiten pequeños milagros como ocurrió en 2019 cuando un pequeño grupo de fans pudimos ver a Perry Farrell dando casi un concierto en el jardín de la casa. Este año, ocurrió con St. Vincent cuando su performance quedó completamente solapado por el de The Killers y quienes nos acercamos a verla al escenario Región de Madrid pudimos realmente ver de cerca el talento y la simpatía de Anne Clarke, que junto a su banda tocó éxitos como New York o Los Ageless y sobre todo los temas de su nuevo album Daddy’s Home, como The Melting of the Sun, con el que cerraron tan felices y emocionados como si hubieran tocado con un lleno total. 

Anne Clarke de St. Vincent, diosa absoluta. | Foto: Paco Poyato | Mad Cool Festival.

En la jornada del viernes fue The War on Drugs quien sorprendió y convenció a un público compuesto de un 80% de fans de Muse y un 20% de distraídos. Ayudados por el atardecer de un pesado día de calor, los de Philadelphia lograron crear un ambiente distendido con su mezcla de indie, blues y rock muy americano. Under the Pressure de su álbum de 2014 Lost In The Dream fue tal vez su mejor tema de la noche. También resultó bonito que Adam Granduciel presentara y agradeciera a la banda… eso como que ya no se lleva, ¿no?

The War on Drugs | Foto: Andrés Iglesias | Mad Cool Festival.

El sábado, llegó el turno de convertirse a lo que sea que estuviera predicando Florence Welsh, su máquina y su luna llena (portátil). Su performance, mitad concierto, mitad ritual catártico bajo la luna llena fue literalmente electrificante convenciendo incluso a quienes «solo pasaban por ahí». Corriendo descalza de un lado al otro del escenario con una túnica roja que era tanto vestuario como efectos especiales, Welch tocó sus temas icónicos como Dog Days are Over (sí que se han acabado, Florence), What Kind of Man, Kiss With a Fist o Spectrum y singles recientes como Free.

Florence, la mujer que viaja con su luna llena. | Foto: Andrés Iglesias | Mad Cool Festival.

Orfandad electrónica, el product placement menos sutil del universo y un par de recomendaciones

Sin desmerecer a los artistas que hicieron de The Loop una alternativa sóloda para quienes disfrutan a la electrónica, unos super dignos Floating Points con ecos de Moroder, Daft Punk, hip hop y algo de soweto, la intensa Nina Kravitz, y otros interesantes performances como Octo Octa, Flume. Muchos de los asistentes echaron de menos un GRAN performance como los que hemos visto otros años: The Chemical Brothers, Justice, Underworld. 

Como mencionamos en la crónica de apertura de este Festival, además de las colas para abandonar Valdebebas, y de las letras pequeñas que indican que para pedir reembolsos del dinero que haya quedado en laspulseras había que pagar 1,5€ de comisión, que los dos primeros días fueron realmente lamentables, la sensación de estar en una versión comercial del metatarso en donde las marcas y los logos no regalan ni descanso, ni centímetros sin brandear y aspiran que trabajemos para ellas y cobremos con fotos en columpios o maquillaje de purpurina, cosa que muchos hicieron gustosos, llegado cierto punto era ya un poco abrumador.

¡Hasta pronto, Mad Cool! Foto: Davi T. Ruiz. | Mad Cool Festival

Finalmente, como es costumbre, hicimos un pequeño sondeo entre los asistentes para saber a quienes desearían ver en próximas ediciones del festival. Muchos estaban demasiado satisfechos de haber visto a bandas como Metallica, Muse y Kings of Leon y no podían pensar en nadie más, otros siguen insistiendo en Red Hot Chilli Peppers (siempre hay alguien), Foo Fighters, Billie Eilish, The Kooks, Mumford and Sons, QOTSA, Alanis, LCD Soundsystem, más artistas nacionales como cabezas de cartel, y que vuelva St. Vincent a un escenario grande. ¿Se imaginan?

Por lo pronto, solo sabemos que la edición del 2023 tendrá una nueva localización: unos terrenos cercanos en el distrito de Villaverde, ojalá con más sombras. ¡Nos vemos en 2023!

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