'El gabinete de curiosidades', el elegante y efectivo legado de Guillermo del Toro
Se estrenó la producción creada por el director mexicano, ganador del Oscar, y el resultado es una joya que cualquier seriéfilo debe ver, sea o no fanático del terror
Parece que fue hace mucho tiempo. Pero no. El furor por las producciones de terror es nuevo. Hasta finales de los años 90, decir que ibas al cine para ver una nueva entrega de Freddy Krueger o repasar la antología de Historias de la cripta, tenía como respuesta una risa burlona o, mínimo, una ceja levantada. Hoy, en cambio, pareciera que no existes si no tuiteas sobre la última temporada de Stranger Things o no opinas de la última peli de Jordan Peele (Nope).
Ha sido un largo camino para los raritos que suspiraban por más y mejores adaptaciones de Stephen King. Es indudable que la explosión de los servicios de streaming y, por lo tanto, la necesidad de mucho contenido, derivaron en la democratización del género. Más gente está dispuesta a consumir series y películas de terror. Y Netflix ha sido el que mejor ha comprendido a las audiencias en este sentido, no solo con productos de consumo masivo como el desarrollado por los hermanos Duffer. El triunfo de Dark, por ejemplo, un híbrido del misterio y la ciencia ficción, es su mejor ejemplo.
En este contexto, El gabinete de curiosidades de Guillermo del Toro podría ser el Santo Grial para los fanáticos nuevos y viejos; la demostración fehaciente de que las obras de horror puras y duras, y los híbridos o derivados, pueden ser estéticamente impecables y ricos en argumentos, además de convivir en un mismo espacio. Los primeros seis capítulos, que ya están disponibles en Netflix, evidencian que los directores invitados se han tomado muy en serio la tarea de sorprendernos con grandes dosis de alienígenas, animales malintencionados, locura, exorcismos, brujas y mucha sangre.
Desde Maestros del Terror (2005/2007), la antología estadounidense/canadiense creada por Mick Garris para Showtime, que reunía a nombres pesados del género como Takashii Mike, Dario Argento o Tobe Hooper, los fanáticos no habían tenido la oportunidad de disfrutar de una selección tan seria y digna, que cumpliera con los requisitos que deben tener las buenas historias de terror: fondo (guion) y forma (presupuesto bien invertido).
De The Twilight Zone a Hitchcock
Todos disfrutamos cuando nos cuentan historias. Sin embargo, no todos nacen con ese encanto. Rod Serling, con The Twilight Zone (La dimensión desconocida o En los Límites de la realidad), lo comprendió rápidamente y también lo explotó Robert Stack en Unsolved Mysteries (Misterios Sin Resolver). Pero realmente fue el maestro Alfred Hitchcock quien le dio el toque final con su cinismo.
En Alfred Hitchcock presenta, el inconfundible Buenas noches del director era el preámbulo a un gran relato. La manera irónica de comentar los episodios y las parábolas sobre el final fueron la marca de marca de un producto que impulso a directores que hoy forman parte de la historia de Hollywood, como Robert Altman o Sydney Pollack, sin olvidar las realizadas por el propio presentador. Del Toro, ganador del Oscar por La forma del Agua, como fanático del terror, conoce esta herencia y la aplica perfectamente en su serie.
No es que fuera necesaria cada introducción. En este «Gabinete» hay nombres que inspiran mucho respeto: Ana Lily Amirpour (‘Amor Carnal’), Panos Cosmatos (‘Mandy’), Catherine Hardwicke (‘Don’t Look Deeper’), Vincenzo Natali (‘En la hierba alta’), Guillermo Navarro (‘Luke Cage’), David Prior (‘The Empty Man’), Keith Thomas (‘Ojos de fuego’) y Jennifer Kent (‘Babadook’). Aún así, es la presencia del director mexicano la que nos hace frotarnos las manos en cada inicio; además la propia presentación y la manera en que se abre el mueble para advertirnos de un detalle en específico, completan un cuadro precioso.
Los capítulos
Al momento de escribir este artículo, estaban disponibles los siguientes episodios: El lote 36, Ratas de cementerio, La apariencia, La autopsia, Modelo y Los sueños en la casa de la bruja. Paradójicamente el episodio de inicio es el más flojo. Se trata de una historia que escribió el propio Guillermo del Toro y que dirige Guillermo Navarro, ganador del Oscar por la fotografía de El laberinto del fauno.
No se trata de un mal episodio, pero si lo comparamos con la densidad de los otros trabajos, queda corto. Es probable que los productores apostaran por un producto fresco y juvenil antes que adentrarse en el espíritu lovecraftiano de las siguientes entregas, presentes en Modelo y Los sueños…, por ejemplo.
Así que la verdadera revelación de estos primeros capítulos es La apariencia. Para comprenderlo mejor debemos llamarlo por su nombre original: The outside. La talentosísima Ana Lily Amirpour, quien nos sorprendería en 2014 con Una chica vuelve a casa sola de noche, presenta un corrosivo retrato de aquello que nos incomoda y que deseamos cambiar, pero al mismo tiempo, y de allí la clave en el título, es la historia de cómo emerge la sociopatía en una persona aparentemente inofensiva.
Del Toro, al presentar The outside nos muestra un control de televisión. Y aquí está la ironía del asunto. Mientras creemos que tenemos el poder para controlar nuestro entorno, o el programa que deseamos ver, nuestra mente divaga y se va perdiendo entre los miles de mensajes que nos prometen un mundo mejor; un cambio milagroso si consultamos a una tarotista, probamos un jugo medicinal o nos untamos una crema antiarrugas.
Amirpour, de manera muy inteligente, no apunta al lugar común, que en estos tiempos es el hombre, como la gasolina que exige e impulsa un cambio físico de la inconforme Stacey (enorme actuación de Kate Micucci). Todo lo contrario, la figura masculina que encarna Keith (Martin Starr) es empática y sorora, por usar dos términos de moda. Paradójicamente, entre más apoya a la esposa, aumenta la disociación de la pareja. De esta forma, The Outside pone el foco afuera: el tóxico ambiente laboral, y la batalla sicológica de la protagonista.
Al momento de leer esta nota, ya se deben haber estrenado los dos capítulos restantes de la serie. Independientemente de su calidad, no queda dudas de que Guillermo del Toro ha dejado una obra que trascenderá generaciones, ya sea que seas fanático o no del terror. Pero como gran fanático del terror, ya me estoy preguntando si habrán más entregas.