Aloma Rodríguez construye en 'Puro glamour' su yo del futuro
La escritora zaragozana publica una novela de no ficción, mezcla de recuerdos y reflexiones, donde da cuenta de su regreso, tras la pandemia, a su ciudad natal
No es fácil aceptar la derrota. Y eso es justamente lo que hace Aloma Rodríguez en Puro glamour, un libro cuyo origen se halla en la serie de artículos semanales que comenzó a escribir la escritora zaragozana en Letras Libres. El libro comienza justo un año después de haberse mudado, desde Madrid, de vuelta a Zaragoza; así, escribe: «Vivimos tan cerca del Pilar que desde casa se oye el ángelus». Puro glamour, con ello, va y viene entre los últimos tres años, zigzagueando entre el presente y el recuerdo, lidiando con la memoria y la incertidumbre del futuro. Pero, sobre todo, confrontando símbolos.
Los de la cultura y los del sentimiento, pues aquí pivotan las reflexiones (y las confrontaciones) tanto desde el faro de la biblioteca paterna, sobre la que Aloma Rodríguez escribe que «Borges decía que, en realidad, no había salido de la biblioteca de su padre. O ni siquiera he terminado de franquear el umbral», como de la memoria de los amigos idos o muertos (Aloma Rodríguez se marchó de la ciudad tras la muerte de Sergio Algora, el cantante de El niño Gusano y La Costa Brava, que falleció en julio de 2008), ahora convertida en fantasmas. Pues no solo es Algora, sino que también queda la alargada sombra de Félix Romeo, que el 07 de octubre de 2011 moriría en la casa de Madrid de la escritora. O el cantante donostiarra Rafael Berrio, fallecido en San Sebastian en 2020, cuyo aliento levemente irónico aquí también se deja sentir.
Así las cosas, los textos que integran Puro glamour son una mezcolanza de fantasmas, renuncias e ideas para un yo futuro. Vemos, pues, la construcción del yo del mañana. Y no solo en tanto que mujer, esposa y madre de tres hijos, sino como escritora. Puro glamour está cimentado con la base de un patchwork compuesto por pequeñas escenas cotidianas, aparentemente desligadas, al modo casi de crónica diarística (aunque no vengan fechados; diríase que justo en su mezcolanza de fechas encuentra el libro su remolino para sobrevivirse y encontrar su sentido), provenientes algunas de aquellos textos de la revista Letras Libres, y de otros nuevos; despojados aquí de la epifanía instantánea y más centrados en propalarse hacia aquello venidero, que aquí no se sabe, pero se desea. Escribe Aloma Rodríguez en un instante: «¿Qué tengo que hacer para conseguir lo que quiero?». De esta forma, aceptando que hay un cierto vencimiento de los sueños, la escritora dirime, colige, (re)busca y trata de imaginar esa escritora que todavía no es, pero que (ambiciona) está por venir. Dicho en otras palabras, se podría afirmar que Puro glamour es un pasito atrás para darse impulso, contado con ese gracejo liviano de quien sabe que ante la pérdida es mejor jugar al humor, distender alegremente la utopía de los anhelos más codiciados.
Obstinación y desánimo
Aloma Rodríguez estaba deprimida cuando comenzó a pergeñar los primeros textos de lo que acabaría siendo este libro. «Todo viene por una cuestión de cabezonería. Pensé «tengo tres hijos, trabajo, tengo una vida muy acelerada», así que me impuse la rutina de escribir los capitulillos para Letras Libres, casi como un intento de quitarme la espinita por no escribir. Me hice trampas al solitario, básicamente», sentencia. Al tratarse de material que viene de la vida personal, la fina línea del pudor y la intimidad queda siempre en un terreno pantanoso. A este respecto, confiesa Aloma Rodríguez que para ella no es problema el recato, ya que «es lo que siempre he hecho», pero sí que a veces piensa en su hija mayor, porque igual se enfada, porque a veces no quiere que cuente sus cosas, «pero soy bastante respetuosa. Greta lo ha hojeado y no le ha parecido mal». Su límite es el de «no hacer daño a alguien. No me voy a burlar de alguien, por ejemplo. Y si cuento algo de más, que sea de mí, o sea que la primera que salga malparada sea yo. Y luego, todo, pues siempre queda amparado bajo el paraguas del humor».
Puro glamour es un libro muy especial, porque «estaba un poco atascada, como que podría haber seguido escribiendo cuentos o una novela más convencional, pero tenía la sensación de que necesitaba abrir esa búsqueda para saber la escritora que quiero ser». Confiesa Aloma Rodríguez que en el libro ha encontrado algo, aunque todavía no a un nivel demasiado consciente. No sabe si tiene que ver con este cambio geográfico en su vida, o «con una especie de conexión con las razones por las que yo empecé a escribir, con el impulso primitivo que a mí me hace escribir; esa necesidad de registro, de anotación. Unos libros que queden muy pegados a la vida».
Preguntada por la relación que pueda tener eso con el hecho de ser madre, nos cuenta Aloma Rodríguez que «supongo que sí, creo que tiene que ver con la idea del presente. Una vez una chica que tenía varios hijos me dijo que «los hijos son puro presente» y es como que el presente de ayer es pasado. Va muy rápido y creo también que hay como un impulso como de registrar eso, y luego también pasa esto que a mí me gusta mucho y es que los hijos te renuevan la mirada, porque miran de un modo que tú ya no miras; esa curiosidad, para mi trabajo de escritora me sirve muchísimo».
‘Better things’ a la zaragozana
La idea del título (y del contenido) del libro parte de la serie Better things. En ella, la protagonista es una mujer que tiene tres hijas y es actriz, y a lo largo de la serie cumple 50 años y habla sobre la vida cotidiana y sobre el difícil equilibrio entre la vida personal, la familiar y la laboral. «Esto me dio la idea de que yo podía tener mi propia Better things», nos dice Rodríguez. Atrás también está Life Among the Savages, de Shirley Jackson y en cuanto a la actitud de la narradora, Aloma Rodríguez tuvo en mente Caro diario, de Nanni Moretti. «A veces me digo que no he sido lo suficientemente macarra como para hacer algo estilo de Larry David, y eso me hubiera gustado. Aunque hay algún momentillo Larry David», afirma.
Preguntada sobre a dónde le va a llevar este libro como escritora, reconoce que no lo sabe, que no tiene ni idea, pero que «la cosa es que me inquieta menos de lo que me inquietaba. Hace dos años estaba mucho más perdida. Cuando saqué mi anterior libro de cuentos (Siempre quiero ser lo que no soy, Milenio, 2021) estaba muy perdida, pero hacerlo y sacarlo fue una manera como de obligarme. Ahora no es que sepa lo que voy a hacer, pero estoy más tranquila. Confío en el azar. Al final yo qué se, es una cuestión también como de estar en el mundo».