Apocalipsis
«El documental deja claro que la Primera Guerra Mundial fue una catástrofe global sin precedentes»
El documental Apocalipsis se acaba y proyecta en 2009. Ahora lo están reponiendo en la 2 y se puede visionar en RTVE. Su impactante actualidad retrotrae a la guerra de Ucrania contra el ogro ruso. Firman el documental de factura francesa los directores Isabelle Clarke y Daniel Costelle. Bucea en las perversiones, el horror palpable de la Primera y la Segunda Guerra Mundial. Destaca que siendo un trabajo francés no salva a Francia del terror inherente a cualquier guerra, de sus errores y sus víctimas.
Esta obra maestra del género documental sumerge en la terrible realidad del siglo XX europeo. Lo hace a través de imágenes en blanco y negro que han sido coloreadas y representan una realidad de tumbas de nieve y desgastados uniformes militares. Se desarrolla a lo largo de nueve horas y dos partes, una por contienda, con lo que se analiza la concatenación de acontecimientos que las hacen explotar en un tiempo histórico corto.
«El uso experto del color por parte de los realizadores resalta la terrible carnicería»
La primera parte, Apocalipsis: La Primera Guerra Mundial, transporta a los espectadores a las trincheras y los campos de batalla de la Gran Guerra. El documental muestra el optimismo inicial de 1914, cuando millones de jóvenes fueron al frente esperando una aventura gloriosa, un espejismo convertido en vísceras y excrementos esparcidos en el campo de batalla. El documental revela la dura impronta de la guerra de trincheras y el inimaginable derramamiento de sangre en lugares como Verdún y el Somme. Un soldado de la batalla de Verdún escribe a un pariente: Me estoy quedando sin tabaco, me fumo las sagradas escrituras. Dios ha escapado entonces del conflicto humano. Mientras tanto, el uso experto del color por parte de los realizadores resalta la terrible carnicería. Al final, con 10 millones de muertos, el documental deja claro que la Primera Guerra Mundial fue una catástrofe global sin precedentes, la primera de la modernidad.
La segunda parte, Apocalipsis: La Segunda Guerra Mundial, es igualmente devastadora en su representación de la guerra total más mortífera de la historia. Comienza con el ascenso de Hitler en la década de 1930 y narra cómo rápidamente construyó el poderío militar de la Alemania nazi. Luego, recrea la caída de Francia en 1940. El documental también da una idea visceral de la experiencia tanto de los civiles atrapados en ciudades bombardeadas como Stalingrado y Londres y del descuartizamiento de los soldados en el frente. Hitler quiere destruir Kiev y sustituirla por un lago artificial. Las tropas alemanas marchan sobre la capital ucraniana con una G blanca pintada en los tanques. Ahora los rusos pintan una Z blanca en los tanques que amenazan Kiev. ¿Casualidad?
Las imágenes enseñan las matanzas sistemáticas de judíos por parte de los nazis. Otras escenas incluyen la carnicería en las playas de Normandía durante el Día D y la destrucción apocalíptica causada por las bombas atómicas sobre Hiroshima y Nagasaki. Al final de la guerra, con hasta 50 millones de muertos, incluidos los 6 millones de judíos asesinados, el mundo yacía en ruinas.
Apocalipsis utiliza las filmaciones de archivo de una manera que permite a los espectadores experimentar los horrores de la guerra de una forma inmediata y visceral. Al restaurar digitalmente las grabaciones originales, los directores hacen que estas imágenes históricas cobren vida dentro de la muerte de la guerra. Las acompaña una narración rigurosa acentuada por los comentarios de los protagonistas, soldados o civiles que corren la misma suerte. Al otorgar rostros y voces humanas a la gigantesca carnicería, el documental rinde homenaje a las víctimas. No existe un documental más completo que Apocalipsis sobre la crueldad de la guerra, la visualización del primer fin de los tiempos. Merece más que la pena adentrase en la ágil explicación de la mayor debilidad, el ansia de conquista. La historia de la humanidad: la vida no vale nada.