THE OBJECTIVE
ENTREVISTA

Enrique Krauze: "Los progresistas confunden la reivindicación palestina con la guerra santa"

El historiador mexicano conversa con THE OBJECTIVE sobre antisemitismo, populismo y el futuro de México

Enrique Krauze: «Los progresistas confunden la reivindicación palestina con la guerra santa»

El escritor Enrique Krauze. | Víctor Ubiña

Escritor, ensayista y sobre todo historiador, Enrique Krauze (Ciudad de México, 1947) es desde hace mucho tiempo una de las voces más rotundas e valientes en defensa de la democracia liberal en América Latina y un tenaz crítico de todos los caudillos y mesías populistas que pretenden interpretar en exclusiva la voluntad del pueblo destruyendo sus instituciones. A ellos ha dedicado algunos de sus libros como Redentores o El pueblo soy yo, los dos publicados por Debate. Discípulo de Octavio Paz y fundador y director de la revista Letras Libres, es autor de la trilogía Biografía del poder (Tusquets), imprescindible para comprender la historia del México independiente y, más recientemente, en la misma editorial, de Spinoza en Parque México, una suerte de autobiografía intelectual donde habla de sus orígenes familiares judíos.

La entrevista con THE OBJECTIVE tiene lugar en la Real Academia de Ciencias Morales y Políticas, en Madrid, donde Krauze, vestido para la ocasión, va a pronunciar en unos minutos su discurso de ingreso dedicado al sociólogo alemán Max Weber. «Me centro en el contexto histórico y la vigencia de la famosa conferencia que Weber pronunció en enero de 1919 a un grupo de estudiantes revolucionarios. Les dijo: ‘La política es algo muy serio que colinda siempre con la violencia y la muerte y por eso tienen ustedes que normar sus actos con la ética de la responsabilidad y no con el arrebato de la convicción’». Un consejo de máxima actualidad que nos lleva inevitablemente a comenzar la conversación con la guerra entre Israel y Hamás.

Enrique Krauze. | Víctor Ubiña

PREGUNTA.- Israel se enfrenta a una nueva crisis existencial tras el ataque terrorista de Hamás del 7 de octubre. ¿Cómo lo está viviendo?

RESPUESTA.- En lo personal con muchísimo dolor porque abre heridas que en el fondo nunca cicatrizaron. En la memoria de mi familia, que no solamente parte de ella quedó allá en Polonia en los campos de concentración y de exterminio de Auschwitz y de Treblinka, sino también en la memoria viva de mi abuelo materno, que me trasmitió lo que significó el pogromo de Bialystok, ciudad vecina de donde él vivía en 1906. La palabra pogromo en la escuela donde yo estudié era una palabra terrible hasta que advino el pogromo total que fue el Holocausto. Y creo que esto que ha ocurrido es de una dimensión muchísimo mayor que las de los pogromos del siglo XX, es similar a los de la época medieval, aunque nada comparable al Holocausto. No obstante, en términos cualitativos es de un impacto brutal. A los 75 años de Israel es la toma de conciencia terrible de que esta pueda ser una nueva guerra de los cien años sin solución. El problema es el terrorismo fundamentalista de Hamás y un sector de Occidente se engaña al pensar que esto es un tema de reivindicación nacional, que lo es en parte para el pueblo palestino, pero para sus líderes fundamentalistas esto es una guerra santa y de exterminio. Israel, EE UU, los países de Occidente, el propio Egipto y algunos países de Oriente Medio tendrán que poner en juego toda su imaginación política y diplomática para que se consiga el doble objetivo de neutralizar a Hamás y dar pie paulatinamente a un comienzo de negociación que lleve a una posible normalidad.

P.¿Qué opina de las tomas de partido a favor de la causa palestina y de Hamás que ha habido en Occidente?

R.– Se confunden. Proyectan sobre el tema palestino las reivindicaciones del nacionalismo de la mentalidad de izquierdas, pensando en Israel como una punta de lanza de Estados Unidos y de Occidente, y ellos que viven en Occidente, protestan en Occidente y viven cómodamente en Occidente y gozan de las libertades de Occidente reclaman al Medio Oriente que no se haya creado ya el Estado palestino. Siempre he sido crítico con los asentamientos, con los gobiernos de la derecha israelí, con el mesianismo y de las tendencias teocráticas de la derecha israelí, pero cómo negar que no solo han sido ellos sino que sobre todo han sido Hamás y la Yihad islámica los que han planteado la situación aparentemente irresoluble que vivimos ahora. Occidente y esos sectores progresistas entre comillas, no me gusta manchar la palabra progreso, están engañados. Lo que está detrás del Hamás no es solo la voluntad del exterminio del Estado israelí y de todos los judíos sino también de los cristianos.

«Quizá el sustrato fundamental de cierto progresismo, de la buena conciencia en algunos sectores de Occidente, es el antisemitismo»

P.Parece que uno de los ingredientes básicos del populismo es el antisemitismo.

R.- Conocí en Polonia a uno de los últimos supervivientes del gueto de Varsovia. Se llamaba Marek Edelman y lo entrevisté. Me habló de sus días aciagos en el gueto antes de la insurrección en la que murieron la mayoría de sus amigos, y me dijo: «El día que no exista un solo judío sobre la tierra, ese día seguirá habiendo antisemitismo». No lo quería creer y, aunque de hecho es un prejuicio histórico muy arraigado, jamás he vivido obsesionado con ello. Pero señalo que en efecto el sustrato, quizá el sustrato fundamental de ese progresismo, de la buena conciencia en algunos sectores de Occidente, es el antisemitismo. Dicho lo cual también hay una indignación genuina en el mundo ante el horror que presenciamos el 7 octubre y personalmente he hecho votos públicos porque Israel tenga un sentido de contención responsable. Parece imposible pero está obligado a ello.

P.- En 2018 le entrevisté en México durante la campaña presidencial de la que salió triunfador Andrés Manuel López Obrador. Entonces me dijo que no quería un «México de un solo hombre». ¿Qué balance hace de su mandato ahora que entra en su último año?

R.- Ha sido el México de un solo hombre con las consecuencias previstas. La más importante ha sido la devastación de la institucionalidad mexicana en aspectos fundamentales como la salud, la educación, la seguridad pública, el ejército y si no ha podido destruirla en el Poder Judicial, en Instituto Electoral o el Banco Central es porque no ha podido pero el intento estuvo allí. Preveo que la regla de oro de la política mexicana por 90 años que es la sucesión sexenal, el arribo de un nuevo presidente, en esta caso probablemente presidenta, ocurra, y con esto haya una nueva oportunidad para poder corregir asignaturas pendientes como la seguridad, que es fundamental. Con decenas de miles de muertos, México es un país violentísimo, como no lo era desde la Revolución. También deberá aprovechar las oportunidades económicas que abre la tensión entre China y EE UU son tan claras que México tiene que reaccionar modificando su legislación energética. Ante el triunfo probable, aunque no seguro de Claudia Sheinbaum, de Morena, se enfrentará a todos esos problemas, pero también probablemente no tendrá la mayoría en el Congreso, y esta tensión democrática también va a ser buena. Ha sido el país de un solo hombre pero tengo la impresión de que a partir del 1 de octubre de 2024 dejará de serlo.

Enrique Krauze | Víctor Ubiña

P.- ¿Teme que AMLO quiera sucederse a sí mismo, que intente gobernar por persona interpuesta?

R.- Probablemente, porque está en su naturaleza, va a querer influir, decir que por encima de las personas está el programa, la 4 Transformación, etcétera, pero la realidad es la realidad y va a pesar más allá que la retórica. Hay otra cosa que espero que cambie y es la polarización, el envenenamiento de la atmósfera pública, que ha representado cada mañana el mensaje de AMLO.

«Es un país con el machismo criminal de México, que gane cualquiera de las dos candidatas es una buena noticia. Será una mujer»

P.- ¿Qué le parece la candidata de la oposición Xóchitl Gálvez?

R.- Xóchitl Gálvez que es una candidata que surgió de golpe, una mujer de origen muy humilde, indígena, empresaria, una mujer hecha a sí misma, que tiene un discurso y un carisma. Va ser una competencia electoral interesante e importante Es un país con el machismo criminal de México, que gane cualquiera de las dos es una buena noticia. Será una mujer.

P.- Una característica común de los líderes populistas es su preocupación por pasar a la historia, qué va a decir la historia de ellos.

R.- Todos ellos, López Obrador en particular, sienten que la historia es como un escenario donde ellos están con sus héroes, y ahí están con los Castro, Che Guevara y sus héroes nacionales, dialogando con los grandes personajes, diciéndoles, «créame usted, no solo lo voy a emular sino que lo voy a superar». Bueno, la historia va a ser cruel con varios de ellos. La historia no olvida y las consecuencias de los actos cuentan. Te aseguro que los grandes dictadores del siglo XX momentos antes de morir estaban probablemente seguros de que pasarían a la historia en letras de oro para el recuerdo imborrable. No creo que haya uno solo de los grandes dictadores genocidas del siglo XX que haya pasado a la historia como ellos querían. Por más rehabilitaciones históricas que se busquen, mientras haya amor por el saber y por el conocimiento, que es una pasión humana tan profunda como el poder, el veredicto de la historia será negativo.

«La Transición para Iberoamérica en 1978 significó la muestra histórica de que si España podía, nosotros podíamos también»

P.Vayamos a otras elecciones. En Argentina se celebra este domingo la primera vuelta de las presidenciales con un candidato estrafalario como Javier Milei, definido como ultraliberal, libertario, populista… ¿qué opinión le merece?

R.– Le contesto con una frase de George Bernard Shaw: «No me gustan los volcanes humanos».

P.- Como intelectual mexicano y persona próxima a España, ¿cómo vería la separación de Cataluña?

R.- Me dolería como me duele todo lo que tiene que ver con España. Significaría dejar a un lado los verdaderos valores de la democracia, la libertad y aun del socialismo que no tienen que ver con la identidad, sino que tienen que ver con la condición social, económica y política, con la vida concreta material y espiritual de las personas. Y de pronto viene esta gran ola identitaria, nacionalista, etc. La veo con preocupación porque supondría sobre todo olvidar lo que significó la Transición española para Iberoamérica en 1978, nada menos que la muestra histórica de que si España podía, nosotros podíamos también, y para mí fue un despertar, una revelación, un impulso que nos dio España a mí y a muchos jóvenes para comenzar a luchar por la democracia. Es una decepción ver a España empantanada en problemas que se pueden resolver en la pluralidad y convivencia de las identidades.

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