Kiko Hernández: «Lo de 'hijo de fruta' me lo inventé yo»
El tertuliano, que se ha colado en los hogares de millones de españoles, confiesa que prefiere dar asco antes que pena
Le pido a Kiko Hernández (Madrid, 1976) que se deje las gafas negras durante la grabación de El purgatorio. Algo de misterio, le explico. Si Risto Mejide ha hecho símbolo de eso, le ejemplifico, cuando él sale al paso, «bueno, es que Risto todo lo que sea que le tape la cara, mejor». Hernández da hostias verbales cada poco tiempo, hace ya años que adoptó en Sálvame el papel de villano televisivo. Un killer que prefiere dar asco antes que pena. Un maligno que hace gracia con sus cabreos, aunque se confiesa después una persona normal. Tras el fin de Sálvame en Telecinco, Kiko regresa con los colaboradores históricos del formato, en el nuevo desembarco del universo salvemaníaco en Netflix. Sálvese quien pueda, y quien quiera, claro.
PREGUNTA.- Casi lo primero que me ha salido al verle es decirte «pues es de verdad, de carne y hueso». Esto pasa con las personas de fama catódica, de fama televisiva.
RESPUESTA.- Eso me lo dice mucha gente. Me dice «joder, no eres como en la tele». Estoy comprando en el supermercado y me lo dicen, digo, «señora, en la tele estoy gritando todo el día. Si usted quiere que diga ¡que me des las lentejas, que me des esto o lo otro!». Soy una persona normal y luego en la tele pues haces tu papel. Mover el avispero.
P.- ¿Kiko Hernández en la televisión tenía el papel de villano?
R.- No es que tuviera el papel, sino que lo adopté. Me quedé con ese papel, me gustó, empecé repartiendo hostias y me quedé así.
P.- ¿Pero le gustaba?
R.- Me gustaba. Me gusta mucho más dar asco que dar pena.
P.- También tenía un buen cabrear.
R.- Me cabreo muy fácil. Pero no soy yo, fíjate, haciendo memoria en 25 años de televisión no soy yo el que, a veces sí, pero la mayoría siempre me han buscado. Eso sí, si me buscas, ya me has encontrado. Soy muy fácil de encontrar. No es como Wally, que tiene que estar una hora buscando. A mí me buscas y enseguida me has encontrado.
P.- ¿Y Kiko Hernández es rencoroso?, ¿es de guardar el cabreo televisivo?
R.- Sí, muy seguido. Soy como Mila Ximénez cuando cogía un hueso, no lo soltaba. Vamos, cogí a Lydia Lozano hace 14 años y no la he soltado.
P.- ¿A qué se quería dedicar Kiko Hernández de mayor?
R.- Pues no te creas que tenía un oficio. Empecé con la tontería de que quería ser veterinario, luego quería ser otra cosa, estudiar tampoco es que se me diera muy bien. Y entonces me acuerdo que me apuntaron a artes gráficas y no había sitio en un colegio de curas, que menos mal que no entré. Estudié auxiliar de clínica como Paz Padilla, compartimos oficio, somos auxiliares de clínica, estudié luego ATS.
Y entre estudiar ATS, empecé a hacer un curso de actor de doblaje y en ese curso de actor de doblaje conocí el mundo del actor, del doblaje, del de la televisión, de la radio. Tenía un programa de radio también y esto era con 17 años. Y a partir de ahí empecé mi incursión un poco en lo que era la televisión. Ahí por primera vez fui a Telecinco. Fui a un plató, por primera vez me ponen un micro, por primera vez voy a ver el rodaje de Farmacia de Guardia. Y la verdad es que era un mundo que decía hostia, aparte se acababan de abrir las privadas y era muy chulo.
«Estoy en televisión gracias ‘a tu puta madre’»
P.- Pero su gran boom fue Gran Hermano.
R.- Sí, Gran Hermano se estrena en el 2000. Yo lo veo, me gusta el formato. En 2001 con amigos míos el cotilleo nuestro siempre era Gran Hermano, y entonces al año siguiente me apuntan, sin yo saberlo. Voy a los castings y recuerdo una anécdota muy divertida. Esto se hacía en la calle Leganitos, y entonces la redactora se ponía delante de ti y te decía «oye, huele mal». Después de preguntarte todo, «oye, huele mal, ¿te has tirado un pedo? y le digo, «el pedo se lo habrá tirado tu puta madre».
Y entonces querían ver cómo afrontaba una situación un poco peligrosa. A ver si a ver si eras agresivo, si no lo eras. Total, que le dije, «el pedo se lo ha tirado tu puta madre, mira que me voy». Pego un portazo y quién está detrás que le doy con el portazo es a Mercedes Milá, que estaba en la habitación de al lado viendo los castings. Y me cogen, pero quedo de reserva.
Empiezan a salir concursantes que si el Yoyas, que si no sé quién, no sé cuántos, a mí no me llaman, pero yo cobrando todos los meses por estar de reserva. Y al año siguiente, yo ya no me acordaba ni de Gran Hermano, me llaman una semana antes. Me llama el director y me dice «¿tú entrarías en la casa?». Le dije que «no, de una semana a otra para entrar y tal». Y al final me convenció. Entré y hasta el día de hoy.
P.- Es al contrario de las entrevistas de trabajo, si eres maleducado con la gente, si tienes un cabreo te fichan.
R.- Si le hubiera dicho «oye, no, a lo mejor ha sido el anterior o tal», pues estaría en mi casa, tú no estarías hablando conmigo.
P.- Es decir, gracias a un pedo falso está…
R.- (Interrumpe) No, gracias a tu puta madre. Por eso dije una vez en una entrevista que me contratan por los cabreos y a veces por la mala educación.
P.- Hace poco se ha hecho famoso el insulto que Isabel Díaz Ayuso le lanzó al presidente Sánchez…
R.- (se adelanta) «Hijo de fruta», ese era mío. Yo tengo «hijo de hospital, hijo de fruta», pero mucho del vocabulario de Sálvame es mío. «Agua con misterio» es mío. «La cadena triste», que ya no es tan triste, es mío. «El chuminero» se me ocurrió a mí porque le dije a Lydia Lozano, «hija es que siempre bailas igual, chumino para abajo solamente. Bailas desde el chumino», es que no mueve lo de arriba, como tiene chepa, y entonces solo mueve lo de abajo. Entonces le puse chuminero. Me encanta inventar.
P.- Se le da bien. ¿Entonces usted vio lo del insulto de Ayuso y pensó que se lo había robado?
R.- Totalmente, la que no ve Sálvame (risas), enganchadita. Cuánta gente que decía no ver Sálvame, y luego por la calle me pedía que no le hiciera llorar a Lydia. Mira, una vez que estoy con Las Troyanas, por cierto, estoy con gafas de sol porque el presentador ha dicho que haga la entrevista con gafas.
P.- Creo que da un toque de misterio, esto lo hace Risto Mejide y le queda bien.
R.- Totalmente. Pero Risto se las pone porque todo lo que le tape, le queda bien. Cuanto más le tape mejor, otro que decía «yo nunca voy a ir al plató de Sálvame», y en cuanto ha tenido oportunidad para presentar algo allí ha ido. Total, un día estoy haciendo Las Troyanas y en la obra hay un momento muy heavy, donde me estoy llevando a las Troyanas para sacrificarlas por el pasillo del teatro. Y de la señora con unas cadenas por el pasillo del teatro y una señora me agarra y me dice «no seas tan hijo de puta con Lydia Lozano». Y continúe, senté a la señora, pero es que la gente se cree todo lo que pasa en televisión.
P.- Con Kiko Hernández iba a decir que sobran las presentaciones porque lleva 25 años en televisión y en programas de mucho éxito en Crónicas Marcianas, en La Noria…
R.- Programas de éxito que luego, cuando dejan de contar conmigo desaparecen. Crónicas Marcianas, por ejemplo, me llamó Sardá, como yo estaba trabajando en A tu lado por las tardes con Emma García y luego por las noches estaba en Crónica. Yo no sabía dónde dormía porque era lunes, martes, miércoles, jueves, coge un avión para Madrid, coge un avión para Barcelona, coge un avión al día siguiente para Madrid y coge un avión para Barcelona.
Yo no sabía dónde me despertaba. Estuve así durante dos, tres años. Sardá me llama y me dice «Kiko, quiero la exclusividad, que solamente estés conmigo por las noches». Y digo «vale, pero ¿la exclusividad es exclusividad?» (haciendo el gesto de dinero), y me responde Sardá, «no, se cobra lo mismo». Pues me quedé con la tarde porque vivo en Madrid, mi familia está en Madrid, y para no cobrar la exclusividad, pues me quedé en Madrid y entonces luego al año cerró Crónica.
P.- ¿Cree que es un patrón?
R.- No lo sé, pero cerró.
P.- Lo que también cerró fue Sálvame, pero ahora tienen los históricos nuevo formato, Sálvese quien pueda está en Netflix, al menos los tres primeros capítulos.
R.- Los otros tres en enero, en México. Pero mira, estoy hasta los cojones de toda la gente que esté viendo esto de verdad, no me pregunten más. El otro día fui a una boda, me preguntaron ocho personas que si lo de Lydia Lozano es verdad, otras diez personas que si lo de Víctor Sandoval es verdad. Es que llevan toda la vida preguntándome lo mismo, que sí, que es verdad, es que es imposible estar 20 años fingiendo. Lo de Lydia es así, lo de Víctor es así, todo es así.
P.- ¿Tuvo Kiko Hernández alguna duda cuando le comentaron lo de Netflix?
R.- Sí, tuve dudas porque era el final de una época. Para mí Sálvame ha durado 14 años, he estado ahí todos los días, de hecho, lo empecé yo. El primer programa estaba yo ahí y yo he hecho todos los diarios. Iba cinco días a la semana, iba a todos los Deluxe. Recuerdo que los viernes entraba a las 11.00 porque también era redactor y terminaba a las 03.00 de la madrugada. O sea, yo vivía en Telecinco.
Y entonces, cuando se acaba una época tan dura de trabajo, te cuesta muchísimo decir sí a otra cosa ya, porque esto era que estábamos en emisión y nos sacan en un sobre y nos comunican que lo siguiente que tenemos es Netflix. Entonces dices «oye, que mañana tengo programa, tengo Sálvame», y te dicen que te quedan dos semanas, se acaba Sálvame y a la semana te tienes que ir para Netflix. Entonces fue complicado. Fue difícil decidirse porque yo además lo he dicho muchas veces, cuando acabe Sálvame parón, pero parón largo.
«Prefiero dar asco que dar pena»
P.- De televisión y de medios.
R.- Parón de tele, de lo otro no porque me gusta a mí producir teatro, hacer teatro. A mí eso me encanta, pero de tele parón, salvo cosas puntuales, ahora las campanadas de Melilla, una gala que se va a hacer, otra gala que me he comprometido, pero cosas muy puntuales. Pero un diario o una cosa así, no, parón. Parón porque si no, te vuelve loco, es que ya no sabes dónde estás. Me volví loco con A tu lado y con Crónicas que yo no sabía en qué programa estaba. Es verdad que incluía el viaje, pero especialmente es que en Crónicas podías decir «puta, cabrón o maricón» y en A tu lado no, y entonces hay muchas veces que se te iba.
P.- Son ocho personas: Belén Esteban, María Patiño, Kiko Matamoros, Terelu Campos, Lydia Lozano, Víctor Sandoval, Chelo García Cortés y Kiko Hernández, ¿usted cómo se ha visto?
R.- Yo bien, mi papel es el de hijo de puta, igual que el de Matamoros. Y lo que pasa es que veníamos de una cosa muy chunga, que es que te despidan, que te despidan de un programa de televisión y que te despidan como te despiden, y entonces es muy difícil rearmarse. Es muy difícil irte a un programa nuevo y empezar a seguir siendo ese hijo de puta cuando están todos tus compañeros destrozados, y lo último que te sale es eso. Lo intentábamos, Matamoros lo intentaba, yo también lo intentaba, pero no te sale ese punto de maldad cuando ves que acaba de suceder una tragedia, que se han quedado 20 compañeros que salen en televisión más luego 100 o 200 personas que trabajan fuera, todos en la puñetera calle.
P.- ¿Le faltó entonces maldad?
R.- Me faltó maldad. Por ejemplo, si se hiciera ahora, como ya ha pasado el drama, ¿sabes? Es que claro, fue tan seguido con la gente en el paro. Pero yo no hago prisioneros, yo mato, no conozco la piedad.
P.- Fue el diario El Mundo el que publicó, a mediados de junio del 2023, «Mediaset pone fin a la telebasura: Sálvame terminará el 16 de junio». ¿Le pareció grata o correcta la forma en que Mediaset los despidió, cesó de las emisiones de Sálvame?
R.- Creo que cada empresa puede hacer lo que le dé la gana como le dé la gana. Hemos disfrutado durante muchísimo tiempo del apoyo de Mediaset, todos los recursos que teníamos que tener. Y decidieron hacerlo así. Yo no soy nadie para decir me parece bien, me parece mal, creo que es una idea empresarial. No creo que sea correcto, más con unos trabajadores, con los que tienen ahí 14 años trabajando. No creo que sea la opción más correcta, pero si lo decidieron así, yo hago entretenimiento, yo hago diversión. Yo tengo cuatro horas donde me pongo el disfraz de mono de payaso y tengo que entretener a un montón de gente. Y luego ya en esos temas pues mira, cada uno en decisiones empresariales, yo ahí no me meto.
P.- Hubo quien vio en el final de Sálvame, motivaciones políticas, ¿opina parecido?
R.- Es que ni lo sé ni me voy a meter tampoco, porque te vuelvo a repetir, yo te puedo entretener, yo te puedo divertir, te puedo contar la noticia más gorda de tal persona, pero de política, como ni lo sé, pero que aunque lo supiera tampoco te lo iba a contar, y me importa una mierda. Es que me da igual. Cuando de pronto te dicen se acaba este programa, se acabó también A tu lado, se acabó Crónicas Marcianas, luego volvimos. No tardamos ni seis meses en volver.
Quiero decirte que estas decisiones se toman y de pronto hoy no estás, pero mañana estás y pasado no estás y al otro estás. Y creo que no se puede morder la mano que te ha dado de comer durante tantos años. Si ahora mismo han tomado una decisión editorial, una decisión de prescindir de ciertas personas, pues a lo mejor el día de mañana eso se revoca. Y si ven que las audiencias o lo que sea no les funciona, pues a lo mejor vuelven a llamar a los titiriteros que hemos entretenido tanto tiempo a tanta gente.
«Telecinco no fue correcta en el modo de acabar con Sálvame»
P.- Se hablaba del izquierdismo que podía representar Jorge Javier Vázquez, pero recuerdo leer a Kiko Matamoros en El País diciendo que la gente que sale en el plató, el 90% son muy de derechas. ¿Concuerda con el análisis?
R.- Nunca hablo de política en los con los compañeros, ni en las publicidades. Yo no sé a quién vota nadie, sé que Jorge dijo que era rojo y maricón, pero el resto no le he hablado de política. Además es un tema que me aburre. Me aburre hablar de política, y yo creo que en la televisión hay que dejar libertad. Que el que quiera ser rojo, que sea rojo, que el que quiera ser amarillo, que sea amarillo, que el que quiera ser verde, que sea verde y que el que quiera ser tal y de religión igual.
Que cada uno sea libre y que cada uno vote a quien le dé la gana. Y que nosotros estamos aquí, que lo que hacíamos nosotros en Sálvame era un espacio divertido para entretener, no para divulgar política ni para convencer a nadie de que haga esto o haga lo otro, porque yo creo que eso es un error. Creo que la política y la religión, como en las cenas de Nochebuena y de Nochevieja, mejor no tocarlas porque acabas a hostias con el cuñado.
P.- Se hablaba en la información del diario El Mundo, de telebasura, ¿qué es para Kiko Hernández la telebasura?
R.- Creo que no hemos hecho telebasura, porque decir telebasura es que hay gente que consume basura. Y entonces si leo ese artículo y si yo soy de los dos millones de españoles que veo Sálvame, digo «qué hijos de puta me están diciendo que yo como basura, me está insultando». Entonces han insultado sin querer. El que lo haya escrito o el que haya filtrado esa información porque le haya interesado que se diga eso, ha insultado a dos millones de personas. A dos millones de personas que les dicen que comen basura, que comen mierda, que les gusta comer mierda. Entonces que se lo hagan mirar, porque yo jamás le diría a alguien come mierda.
P.- ¿Y qué ve ahora la televisión?
R.- No veo nada, solamente veo Netflix.
P.- ¿No le ha interesado ver a Ana Rosa Quintana, la persona que os sustituyó por las tardes de Telecinco?
R.- Te juro por Dios que no lo he visto. ¿Pero sabes por qué no? Porque mira, yo me he ido a grabar a Netflix, 15 días después me he casado, prepara una boda, después me he puesto a hacer una, dos, tres obras de teatro más luego la apertura del teatro de Las Vegas. No he tenido ni un minuto de tiempo, pero ni un minuto para ver a Ana Rosa. Ni un minuto para ver una peli en Netflix, es que no he tenido ese tiempo. Es que por la noche veo algo de vez en cuando, pero es que no he tenido tiempo físico, no he visto nada, pero sé que hay compañeros míos que ven algo. Yo no he visto nada.
P.- ¿Está completamente desconectado?
R.- Totalmente desconectado, pero haciéndome una desintoxicación brutal, porque creo que hemos estado mucho tiempo trabajando ahí y que necesitábamos también desconectar. Es que el que siga viendo ahora la tele de los que han estado en Sálvame es que está un poco tarado porque necesitas parar. Hemos estado tanto tiempo metidos ahí, metiéndonos tanta droga en vena, tanto chute de televisión, que el que no aproveche ahora que tenemos este tiempo para viajar, para hacer otras cosas que le apasionen, para desconectar…es que no lo entiendo.
P.- De la antigua dirección de Mediaset, me parece muy interesante el personaje, la persona de Paolo Vasile, creo que tenía una forma especial de entender la televisión…Entiendo que habrá tratado con usted alguna vez.
R.- A Vasile le he visto tres veces. Pero nos hemos encontrado, ni siquiera me he reunido. Especialmente lo veíamos en las fiestas de Telecinco, yo siempre estaba con Lydia Lozano, y ella empezaba a gritarle a Paolo, y nada, tres veces le he visto. Y luego el día que nos anunció lo de las campanadas, que vino a plató y dijo «quien gana la tarde gana al día. Así que vosotros vais a presentar las uvas porque hemos ganado muchas veces el día gracias a la tarde». Y es verdad, quien gana la tarde gana el día. Pero que yo haya tenido una conversación de más de un minuto con Pablo Vasile, ni una.
Y la forma que tiene hacer tele me mola porque juntaba la mañana, la tarde, con la noche. Había bronca por la mañana, que se juntaba con una bronca de la tarde y se juntaba con el programa de la noche y a veces con el del mediodía. Y entonces se veía a la mañana, la bronca, llegaba la respuesta. Luego por la tarde, porque Alessandro Lecquio le había dicho una cosa a Belén Esteban, y ella le iba a contestar. Luego Belén Esteban por la tarde y Rosa Benito había dicho una cosa al mediodía y luego le van a contestar por la noche en Gran Hermano. O sea, una trama que siempre está en movimiento. La tenías que ver desde el principio hasta el final.
«Decir que Sálvame es telebasura es decirles a nuestros espectadores que comían mierda»
P.- Me resultó curioso ver en Lecturas que Jorge Javier Vázquez en una carta decía: «Es muy duro aceptar que esa persona con la que has compartido tantas y tantas cosas no es más que un perfecto desconocido». ¿Kiko Hernández ha sido un perfecto desconocido para sus compañeros de trabajo?
R.- No, bueno eso me lo dijo ya dos veces en directo. No sé si he sido un perfecto desconocido, pero sí he llevado una vida que he querido llevar. He llevado la vida que he querido llevar, he contado lo que quería contar. Y si el día de mañana nos vuelven a juntar y nos vuelven a hacer partícipes de algo parecido a Sálvame, seguiré actuando igual. Yo de mi vida cuento lo que me da la gana cuando me da la gana, pero sobre todo cuando me sale de los cojones.
P.- ¿Pero es amigo Jorge Javier?
R.- Jorge Javier Vázquez ha sido un compañero mío durante 20 años.
P.- ¿Amigos en Sálvame a quién considera?
R.- Tengo muchos compañeros en Sálvame. Podría llegar a decir amistad, amistad, amistad con Matamoros. Ahora también con Lydia Lozano, que hemos tenido un pequeño conato de amistad, de reencuentro en Netflix. Lo que pasa es que la palabra amistad se habla muy a la ligera. ¿Tú a qué llamas amigo?
P.- Una persona de confianza.
R.- Vale, pero ese amigo de confianza, ¿Cuántas veces has ido a cenar con él o a comer?
P.- 30, 40, 50.
R.- Pues no he ido con nadie a comer o cenar más de seis veces, ni cinco.
P.- Por cerrar, ¿A Kiko Hernández de qué ha salvado Sálvame?
R.- Sálvame me ha salvado de muchas cosas. De caer en el olvido, porque cuando terminó A tu lado, Crónicas, La Noria, hicieron una limpieza igual, quitaron todos los programas. Y entonces de pronto me llaman un día y me dicen «Oye, ¿te gustaría hacer un programa de televisión? Sería un programa nocturno, y no sabemos el tiempo que iba a durar». Me ha ayudado a tener una economía, una buena economía.
Y por ejemplo, a mí me llegó también como a todos mis compañeros o a la mayoría, lo de Hacienda, que de pronto el Ministerio de Hacienda, dice que con carácter retroactivo hay que pagar. No se puede ser una empresa, sino que hay que ser autónomo cuando antes en la tele te obligaban a ser empresa porque si no, no te pagaban. Y entonces eso cambiaba y había que cambiar el tipo de impuesto que había que pagar, el tipo de IRPF, que había que cambiar. Se cuenta con carácter retroactivo de tres años.
P.- Que se lo digan a Máximo Huerta.
R.- Totalmente, pero a todos, pero si es que a todos nos metieron, porque si a ti te dicen a ti te dicen «bebe esta taza que está bien». Y luego viene un juez dentro de tres años y te dice «oye, estás bebiendo esta taza. No, esto está mal. Ahora me tienes que pagar una multa por hacer esto». Tres años después de que usted me dijera que estaba bien, pues ahora está mal. Y pagas una multa que de pronto te viene una multa de 500.000 € o 600.000 €. Y yo tuve dinero para pagarla.
P.- Sálvese quien pueda.
R.- Sálvese quien pueda en Netflix, número uno. Y en enero estamos en México, y solamente te voy a decir una cosa, casi me cargo a María Patiño.