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Cultura

Sonia Navarro o la fibra del arte

El esparto, el hilo y el fieltro son algunos de los materiales de la artista, galardonada con el Premio BMW de Pintura

Sonia Navarro o la fibra del arte

Alfombras de esparto. | Cortesía de Sonia Navarro

Sonia Navarro ha recibido el Premio BMW de Pintura. Su obra interdisciplinaria se asienta en el arte textil, para revisar temas sobre el universo femenino y la lucha constante de las mujeres contra las convenciones sociales establecidas. El esparto, el hilo o el fieltro son algunas de las fibras que utiliza como herramientas de trabajo.

THE OBJECTIVE se reúne con Sonia Navarro en la Nave Oporto, un complejo habitado por estudios de artistas, que en tiempos pasados fue un espacio dedicado a la actividad textil. La historia de Navarro con el mundo de la costura se remonta a su niñez. «Mi familia vivió una situación muy complicada cuando era niña, por un accidente que tuvo mi hermano siendo muy pequeño. Mis padres pasaban mucho tiempo en Toledo, en el hospital, y mientras no estaban, yo me quedaba a cargo de mis abuelas y tías. La costura formaba parte del día a día y ellas al ver que me entretenía cociendo, me formaron en el oficio. Vivíamos en Puerto Lumbreras. Para comprar las telas y los hilos nos íbamos a Lorca».

Sonia Navarro. | María García Vega

PREGUNTA.- En Lorca hay una gran tradición de bordadoras, sobre todo por su Semana Santa…

RESPUESTA.- Los bordados que visten los cortejos de la Semana Santa son una verdadera maravilla. Las hermandades que protagonizan la celebración, la del Paso Blanco y el Paso Azul, tienen sus propios museos (el muBBla y el MASS), donde se puede ver el nivel de expertise que tienen. Yo he trabajado varias de mis obras con bordadoras lorquinas, su oficio es impresionante. Las piezas muchas veces requieren más de cien horas de costura.

P.- Su obra mantiene una estrecha relación con labores asociadas al tradicional universo femenino…

R.- Y casi siempre asociadas a labores del hogar. La imposibilidad de movimiento en determinados entornos y sobre todo en el ámbito rural, siempre ha sido un tema que me ha interesado. También tiene que ver con la tradición, con nuestro pasado y con mujeres que de pronto, no tuvieron la oportunidad de estudiar, pero que su sabiduría y ese buen hacer, lo supieron trasmitir por generaciones. La costura y el bordado son un ejemplo de ello. Pienso en generaciones que vivieron la guerra: las mujeres tuvieron que hacerle frente desde muchos ámbitos porque hasta traer el agua del aljibe, debió de ser una hazaña.

P.- Estudió Bellas Artes cuando el arte textil aún no era muy aclamado…

R.- Sí, en la Universidad de Granada, antes había estado en la Escuela de Artes y Oficios de Murcia. Mis padres vieron que desde pequeña tenía cualidades para el arte y siempre me apoyaron. En Granada tuve la suerte de tener profesores muy libres de pensamiento. Todavía no teníamos internet, así que me mandaban a la biblioteca a investigar. Estaba Soledad Sevilla, Rosa Brun, Emilio Zurita, todos artistas, recuerdo que me decían que me fuera a leer, que no me preocupara por pintar, que eso ya lo aprendería luego. Se dieron cuenta que lo que me interesaba era trabajar con el textil como lenguaje y me aportaron las herramientas para conocerlo como arte.

«Por tradición se ha visto el tejido como un arte menor, pero no lo es»

P.- ¿Cuáles fueron sus primeros referentes? Hasta la Bauhaus todavía se consideraba el textil como un arte aplicado…

R.- Previamente a la Bauhaus estuvo Sonia de Delaunay, aunque es verdad que se le reconocía más por ser la esposa de Robert, pero en aquella época, en París, ya se le estaba dando el reconocimiento que el arte textil merecía. En los talleres de la Bauhaus fue muy importante la presencia de Anni Albers, pero pasaba un poco lo mismo. La fama de Josef, su pareja, la opacó por mucho tiempo. Por tradición se ha visto el tejido como un arte menor, pero no lo es. Es como las cerámicas de Picasso, pese a que a él nunca se le cuestionó si era arte mayor o menor. Luego, en la década de los sesenta y setenta, hubo una etapa de reivindicación, con grandes artistas como Louise Bourgeois, Rosemarie Trockel, Elena del Rivero o Teresa Lanceta, que hicieron grandes obras de arte textil.

P.- Y con el auge del arte conceptual, ¿qué lugar se le dio?

R.- Yo notaba mucho su ausencia, sobre todo en las ferias de arte. Había años por la década del 2000, que era casi nulo. Pese a que soy una artista interdisciplinaria, porque también hago trabajos escultóricos o fotográficos, siempre he sentido que el textil es el vehículo desde el cual puedo expresar mi verdad, con mayor libertad. Si me hubiese dejado llevar por las modas, no hubiera podido desarrollar mi obra.

Cortesía de Sonia Navarro

P.- ¿Con qué fibras le gusta trabajar?

R.- Ahora estoy trabajando el esparto con artesanas del pueblo de Blanca en Murcia. Es una fibra de absoluta belleza. La recogen en los campos de Murcia, Andalucía y el Levante. El esparto ha dado muchísimo a España, es una suerte tenerlo, se da por circunstancias meteorológicas muy particulares. Cartagena en la época romana se llamaba Carthago Spartaria, por la fibra que representaba el territorio y la estación de Atocha lleva su nombre, por el monte de atochas de esparto que había en el lugar.

P.- El proceso de trabajar la fibra y finalmente la obra debe ser especialmente largo…

R. En el caso del esparto, sobre todo porque hay que extraerlo del campo, lo primero es ponerlo a secar, luego de ser necesario se pica o tiñe, finalmente se vuelve a secar y se trenza. Las mujeres con las que trabajo tienen unas manos maravillosamente dotadas. La mayoría de las empresas dedicadas a esta fibra cerraron en los años sesenta por la aparición del plástico. Previamente a ello, todo menos los líquidos, que se transportaba en cerámica, se llevaban en cestos de esparto. Hubo una época en la que el oficio casi desaparece. Es algo que debemos de cuidar.

P.- ¿Ha trabajado en proyectos de desarrollo y protección de las fibras?

R.- En varios. Recuerdo la asociación Las Manuelas Project, que trabajan con mujeres alpaqueras de la región altoandina del sur del Perú, que hilan y tiñen de forma artesanal. Se logra preservar la tradición y dar independencia económica, que es lo que necesitan todas las mujeres del mundo. La Asociación Contemporánea de Artes y Oficios de España también está haciendo una gran labor junto a la Michelangelo Foundation, para promover y preservar la artesanía tradicional y contemporánea.

«Tiene que ver con la tradición de la pintura española. Cuando veo los tonos oscuros y claros, veo a Zurbarán o a Goya»

P.- Muchas de sus piezas son monumentales. ¿Cómo es el proceso de creación e instalación?

R.- También es un trabajo muy físico, porque muchas veces las piezas miden más de cuatro metros. Sobre todo, para el montaje y el transporte debemos hacer un gran trabajo en equipo. En cuanto a los colores que utilizo, siento que hay algo que tiene que ver con la tradición de la pintura española. Cuando veo los tonos oscuros y claros, también veo a Zurbarán o a Goya.

Cortesía de Sonia Navarro

P.- Este año ha sido la ganadora del Premio BMW de Pintura. Anteriormente ganó la Beca de Roma y el Premio de Artes Visuales y Fotografía, concedido por el Ministerio de Cultura…

R.- El Premio BMW de Pintura lo gané con la pieza Redes1, una obra hecha en PVC, un material reciclado que intervengo con máquina de coser, dibujando con el pespunte, como si fuera un lápiz. Me gusta ahondar en la idea de las redes que componen un tejido, el soporte que crean y representan. El premio es muy importante, también porque al premiar mi obra, se manifiesta un espíritu amplio hacia la disciplina del arte textil. En la residencia de Roma, me interesó trabajar los distintos estratos o «capas» históricas que tiene la ciudad. Utilicé fotografías de monumentos, que luego intervine bordándolas.

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