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Todas las efemérides que celebraremos en 2024

El año 2024 trae una extraordinaria cosecha de centenarios de grandes figuras de todos los ámbitos

Todas las efemérides que celebraremos en 2024

El mercader veneciano Marco Polo. | Wikimedia Commons

El primer centenario del año 2024 está dedicado a un personaje con un pie en la Historia y otro en la leyenda, Marco Polo. Este mercader veneciano falleció el 9 de enero de 1324, hace 700 años, y dejó a la posteridad el Libro de las Maravillas del Mundo, un relato realmente maravilloso que inspiraría a Colón, quien tenía un ejemplar lleno de anotaciones. 

Marco Polo cuenta cómo con 18 años acompañó a su padre por la Ruta de la Seda hasta China, donde se ganó la confianza del emperador Kublai Kan, se convirtió en su consejero y permaneció 29 años, visitando otras partes de Asia. El problema es que no se sabe si los viajes y peripecias que relata son verdad o una invención urdida mientras estaba preso en una cárcel genovesa.

Curiosamente el último centenario de 2024 conmemora la muerte, el 24 de diciembre de 1524, de otro gran viajero, el portugués Vasco de Gama, que en cierto modo es la antítesis de Marco Polo. Si Marco Polo abrió caminos a la imaginación, Vasco de Gama abrió la ruta comercial de las especias, una de las grandes hazañas económicas de la Edad Moderna.

Al frente de una pequeña flota de cuatro barcos, Vasco de Gama bordeó Africa hasta su punta austral, dobló el Cabo de las Tormentas y los transformó en Cabo de Buena Esperanza, porque se atrevió a seguir más allá, hacia el Este, alcanzando lo que ningún europeo había logrado, llegar a la India por mar. El 20 de mayo de 1498, tras casi once meses de navegación, arribó a Calicut, en la costa sur de la India, llamada desde entonces «la Ciudad de las Especias», porque Vasco de Gama regresó con las bodegas cargadas de canela y pimienta, la mercancía más valiosa de la época. 

La hazaña de Vasco de Gama, ocurrida seis años después del descubrimiento de América por Colón, fue en cierto modo complementaria de ello, pues supuso que todo el mundo quedara al alcance de Europa. Además aseguró el monopolio portugués sobre la ruta de las especias por mucho tiempo y llevó una extraordinaria prosperidad al reino vecino.

Dando un enorme salto en el tiempo, también hay que conmemorar a otro esforzado viajero que abrió nuevas rutas, Charles Lindbergh, el primer hombre que en 1927 voló en solitario y sin escalas de un lado a otro del Atlántico. Lindbergh falleció hace medio siglo, el 26 de agosto de 1974, y después de haberse convertido en la encarnación del «héroe americano», alcanzó notoriedad por dos circunstancias desgraciadas. Primero por el secuestro y asesinato de su hijo pequeño, que conmovió al mundo, y luego por su apoyo al nazismo.

Colosos del pensamiento

Frente a los que abrían caminos para conocer las tierras y los mares están los que abrían los caminos del conocimiento del espíritu. Dos colosos del pensamiento, uno teológico y otro filosófico, van a ser celebrados en 2024. En primer lugar el fallecimiento hace 750 años (7 de marzo de 1274) de Santo Tomás de Aquino, la figura más importante del pensamiento cristiano.

Tomás de Aquino interpretó a Aristóteles, haciéndolo asimilable para el cristianismo, y es el máximo representante de la escolástica, que compatibiliza fe y razón. Rescató la metafísica griega y desarrolló una teoría del derecho vigente durante siglos. La Iglesia le proclamaría «Doctor Angélico».

Muchos siglos después, en la Edad de la Razón, aparece la figura del filósofo por excelencia, Inmanuel Kant, de cuyo nacimiento va a cumplirse el tercer centenario. Vino al mundo un 22 de abril de 1724 en la ciudad prusiana de Könisberg, cuyos habitantes ajustaban la hora de sus relojes cuando le veían salir a pasear, tal era el orden que regía su existencia. Solamente se retrasó una vez en su vida, cuando se ensimismó leyendo en un periódico la noticia de la Revolución Francesa. Sin embargo es posible que su ciudad natal no celebre mucho el centenario, pues desde la II Guerra Mundial se anexionó a Rusia y actualmente se llama Kaliningrado.

Kant, defensor de la ética pura y dura -«actúa de forma que tus actos puedan convertirse en norma universal»-, partidario del liberalismo y el pacifismo, ha sido uno de los pensadores más influyentes de la filosofía universal.

Notables de la ciencia

El naufragio del Titanic en 1912 conmovió al mundo, hubo 1.500 muertos, pero 712 personas consiguieron sobrevivir gracias a un invento, la telegrafía sin hilos o radiotelegrafía, que permitía a los barcos enviar mensajes en morse por las ondas. Esos supervivientes -y miles de gentes del mar posteriormente- le debían sus vidas a un ingeniero italiano llamado Guillermo Marconi, inventor de la radiotelegrafía, de quien se cumple el sesquicentenario, pues nació en Bolonia el 25 de abril de 1874. 

Con sólo 21 años, en 1896, Marconi estableció la primera comunicación «sin hilos» entre dos ciudades inglesas, lo que le valió una pensión del gobierno británico. Fue uno de los inventores de la radio y promotor de su comercialización, y en 1909, a los 35 años, recibió el Premio Nobel de Física.

Una ciencia muy distinta a la ciencia dura de Marconi, que en vez de llevarnos hacia el futuro nos permite volver al pasado, fue la que cultivaba el egiptólogo Howard Carter, de quien igualmente se cumple el 150 aniversario, ya que nació en Londres el 9 de mayo de 1874. Con pocos estudios académicos por su mala salud, había heredado de su padre, afamado pintor inglés, el arte para dibujar, pero desde la adolescencia se apasionó por el antiguo Egipto. A los 17 años ya estaba en el país del Nilo, colaborando con expediciones arqueológicas británicas, copiando los bajorrelieves y pinturas de templos y tumbas antiguas.

Aprendió la egiptología sobre el terreno, dirigió excavaciones, y cuando el Servicio de Antigüedades egipcio lo expulsó por problemas políticos se ganó la vida vendiendo acuarelas a los turistas que visitaban Egipto. En 1907 encontró a su mecenas, Lord Carnarvon, que pacientemente mantuvo económicamente sus trabajos durante 15 años, hasta que en 1922 Carter hizo el hallazgo más espectacular de la egiptología, la tumba de Tutankamón. 

Figuras políticas

Dos personajes de enorme calado político destacan entre los centenarios de 2024, y para contentar a todos uno es de izquierdas y otro de derechas: Lenin y Churchill. 

El 21 de enero hará justo un siglo que falleciera Vladimir Ilich Uliánov, universalmente conocido por su nombre de guerra Lenin. En él se daba la doble faceta de teórico del pensamiento marxista -dando origen al marxismo-leninismo- y de político en todas sus acepciones. Fue un agitador revolucionario, organizador y líder del Partido Bolchevique que daría origen al comunismo mundial, caudillo de la Revolución de Octubre que impuso el comunismo en Rusia, y gobernante de la nueva entidad creada por él, la Unión Soviética.

Cuando su obra fue barrida por la Historia, cuando cayó el comunismo y se desintegró la Unión Soviética, el nuevo régimen que apostaba por el capitalismo y renegaba del comunismo no se atrevió a retirar su momia del mausoleo que, al modo de los faraones, preside la Plaza Roja de Moscú. Habrá que ver cómo celebra su centenario la Rusia de Putin en plena guerra de Ucrania.

En las antípodas ideológicas de Lenin se encuentra el político inglés Winston Churchill, de quien se va a cumplir el sesquicentenario, pues nació el 30 de noviembre de 1874. Miembro de una familia de la alta nobleza, empezó su carrera como militar y periodista, compaginando sus arriesgadas experiencias como oficial en las guerras del Imperio Británico con interesantes crónicas para periódicos, un modus vivendi que mantendría toda su existencia para sostener su exagerado tren de vida.

Político nato -se presentó a sus primeras elecciones parlamentarias antes de cumplir 25 años-, no tuvo escrúpulos en cambiar varias veces de partido, aunque siempre fue fiel a su ideología, una especie de conservadurismo liberal, desde luego nada demócrata. Sin embargo fue capaz de salvar a la democracia cuando en 1940, sin haber ganado una elección, la catastrófica marcha de la guerra le hizo asumir de carambola el cargo de primer ministro del Reino Unido. Ahí demostró una talla de estadista titánico, capaz de resistir a Hitler en solitario y de levantar la moral del pueblo británico entre continuas derrotas. Nunca un político tan elitista ha conectado tan bien con las masas.

También cumple centenario otro importante estadista que, a diferencia de los anteriores, no era político: el presidente norteamericano Woodrow Wilson, fallecido el 3 de febrero de 1924. Wilson era un académico que alcanzó la cumbre de su carrera cuando llegó a rector de la Universidad de Princeton. Sin embargo lo echaron del cargo por oponerse a ciertos privilegios de los estudiantes ricos, y entonces aceptó una oferta del Partido Demócrata, que lo presentó como candidato presidencial.

Hombre de conciencia, se enfrentó a los monopolios y el gran capital y, pese a ser un pacifista, metió a Estados Unidos en la Primera Guerra Mundial, decidiendo la contienda a favor de los Aliados cuando la situación era de tablas. Fue un furibundo antiimperialista frente a los imperios europeos, y sin embargo con él se inicio el imperialismo norteamericano, pues sacó a Estados Unidos de sus fronteras y le hizo intervenir -y ganar- en Europa. Preocupado por la paz, porque no se repitiera la Guerra Mundial, fundó la Sociedad de Naciones, antecedente de la ONU, pero el Congreso americano rechazó incorporar a Estados Unidos en el organismo.

Otro antiguo presidente celebra su centenario en Estados Unidos, aunque en este caso se tratará -si Dios o el destino quieren- de un cumpleaños: Jimmy Carter, nacido el 1 de octubre de 1924. Carter no ha sido un presidente glorioso, algunos dirán que su mayor mérito es ser el presidente de Estados Unidos más longevo. Sin embargo tiene un nexo con el anteriormente citado Woodrow Wilson, es un hombre de conciencia.

Demócrata bien intencionado, el secuestro de los diplomáticos americanos por los revolucionarios iraníes le hundió políticamente y no fue capaz de ganar la reelección. Sin embargo desde que dejó la presidencia ha sido un entregado activista por la causa de la paz.

Ingenios literarios

«Descansa en paz, amigo mío; tu corazón y tu vida han sido grandes y hermosos», dijo Goethe al enterarse de la muerte de Lord Byron, de la que el 19 de abril se cumple el bicentenario. Fue algo más que un poeta laureado, fue el arquetipo del romántico, un joven trasgresor, con una vida amorosa que provocó escándalo, un corazón generoso, un espíritu aventurero y una conciencia política que le llevó a abrazar las causas revolucionarias.

Fue a Grecia en 1824 para luchar por la independencia de esta nación de la opresión turca, aportando su fortuna personal y su propia vida, puesto que a los 36 años fallecería allí, aunque no en glorioso combate, como le habría gustado, sino por enfermedad. Un amigo de su cuerda, Edward Trelawny, le procuró una última aventura más allá de la muerte, pues se lo llevó de Grecia a Inglaterra en un barril de coñac. La Abadía de Westminster rechazó enterrarlo en «rincón de los poetas» por su vida licenciosa, pero cuando un siglo después de su fallecimiento abrieron su tumba, el bello rostro de Byron se había conservado incorrupto gracias a los cuidados de Trelawny.

El mismo año que moría Byron, 1824, nació un 18 de octubre Juan Valera, que celebra por tanto su bicentenario. De familia noble, diplomático de carrera, político liberal moderado, políglota y gran viajero, se le consideró el español más culto de su época -había leído a Voltaire a los 12 años-. Dejó una larga obra literaria, pues incluso cuando se quedó casi ciego a los 70 años siguió «escribiendo», ya que dictaba sus obras a un secretario. Sin embargo casi todo se ha olvidado excepto una novela emblemática, Pepita Jiménez, arquetipo de la literatura epistolar.

Otros escritores notables, aunque muy distintos entre sí, tienen centenario en 2024. En primer lugar, cronológicamente, viene el inglés Somerset Maugham, que nació el 25 de enero de 1874 y llegó a ser, en los años 30 del siglo XX, el novelista más popular y mejor pagado del mundo; es uno de los escritores que más veces se ha llevado al cine. 

En las antípodas del estilo elegante y humorístico de Maugham está el checo Franz Kafka, de cuyo fallecimiento (3 de junio de 1924) se cumple el centenario. Kafka creó un inquietante universo literario con novelas que se han convertido en emblemáticas del mundo contemporáneo, como La Metamorfosis y El Proceso, hasta el punto que la Real Academia Española admite el adjetivo «kafkiano» como sinónimo de angustioso y absurdo.  

El mismo año de 1924, pero el 3 de agosto, falleció Joseph Conrad, un escritor difícil de empadronar, pues había nacido en una familia y una ciudad polacas del Imperio ruso que actualmente pertenece a Ucrania, pero escribió su obra en inglés. Perdió a sus padres por culpa de la tiranía zarista y a los 17 años se embarcó, emprendiendo una vida de viajes y aventuras que recogió en una extensa producción literaria. Escritas en una lengua de adopción como el inglés, sus novelas elevaron la categoría del género de aventuras, y varias han sido llevadas al cine, como El corazón de las tinieblas, que dio origen a Apocalypse Now.

El arte, la música y el cine

El mundo de la música va a conmemorar en 2024 dos importantes centenarios, el de un compositor, Giacomo Puccini, y el de una composición con tanta fuerza que tiene personalidad propia, más allá de su genial autor. Se trata de la Novena Sinfonía de Beethoven, estrenada el 7 de mayo de 1824, en el Teatro de la Corte Imperial de Viena, capital mundial de la música en su tiempo. El propio Beethoven accedió a dirigir la orquesta, aunque llevaba diez años sin querer comparecer ante el público. El éxito de la última sinfonía que compuso Beethoven ha sobrepasado en mucho el universo de la música clásica, puede calificarse de éxito popular, que va desde las versiones de rockeros como Miguel Ríos hasta convertirse en himno oficial de Europa, según una versión arreglada por Von Karajan en 1985.

Del italiano Giacomo Puccini, uno de los más grandes creadores de óperas, se cumple el centenario de su fallecimiento, sucedido el 29 de noviembre de 1924. Considerado el sucesor de Verdi, capaz de incorporar elementos de la música alemana a la ópera italiana, visionario del concepto de música-espectáculo que recogería el cine, es autor de varias de esas obras que «le suenan» a todo el mundo, como Madama Buterfly o La Boheme.

La farándula cinematográfica tiene también dos gozosos centenarios que conmemorar. El 3 de abril de 1924 nació en la América profunda, en el estado de Nebraska, Marlon Brando, que se convertiría en el modelo del actor atormentado, dando una intensidad dramática a sus personajes inigualable. Formado en el Actor’s Studio de Nueva York capitaneó toda una saga de grandes intérpretes salidos de ese vivero. Ya al principio de su vida cinematográfica ganó un Oscar por su interpretación en La Ley del Silencio, de Elia Kazan (1954), y culminaría esa carrera veinte años después con otro Oscar por El Padrino, de Francis Ford Coppola. Después de esta película se cansó del cine y se entregó a su vida excéntrica, aunque seguiría dejándose tentar por el dinero que le ofrecían y apareciendo de forma nada notable en películas buenas y malas.

Diez días después que Marlon Brando, el 13 de abril de 1924, nacería otra gloria de Hollywood muy diferente, Stanley Donen, cuyo nombre equivale a decir comedia musical. Fascinado desde niño por la danza comenzó su carrera bailando como corista en un musical de Broadway cuya estrella era Gene Kelly. Ellos dos juntos revolucionarían el género. Donen pasaría pronto de bailarín a coreógrafo, y como tal cambió Broadway por Hollywood, interviniendo en algunos de los grandes musicales. Su siguiente paso fue convertirse en director, y enseguida dirigió Cantando bajo la lluvia, la obra cumbre del género musical. Tuvo una prolongada carrera en la que dirigió una treintena de películas, no sólo musicales, sino también divertidas comedias, como Charada, o melodramas perfectos como Dos en la carretera.

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