Andreu Carulla, diseñador en la España vacía
El artista expone ‘Diseñando la repoblación’, una instalación que pone en valor la riqueza del patrimonio rural
Andreu Carulla está al frente de Diseñando la repoblación, una instalación que pone en valor la riqueza del patrimonio rural, demostrando que es posible y necesario superar la dicotomía vida urbana-vida rural. La muestra junto a otras instalaciones, podrá visitarse hasta el próximo 25 de febrero en la Institución Libre de Enseñanza, dentro de las actividades de Madrid Design Festival.
La vida en el campo está desapareciendo. Dentro de 30 años, menos del 25% de la población de la Unión Europea residirá en un entorno rural, y la mayoría se concentrará en grandes urbes donde la calidad de vida es altamente cuestionable. De los 8.125 pueblos que existen en España, 4.955 tienen menos de 1.000 habitantes. Estos datos fueron el punto de partida para impulsar el proyecto Diseñando la repoblación, por el que el diseñador Andreu Carulla se trasladó a Chistén, una aldea en el Alto Aragón de menos de 100 habitantes. Desde allí y, tras acondicionar como estudio un antiguo refugio de pastores, trabajó en el diseño y creación de una serie de piezas de madera y cuero.
PREGUNTA.- Ha trabajado con grandes figuras del diseño catalán, como Ramón Benedito, Rafael Marquina y para el grupo Celler de Can Roca…
RESPUESTA.- Con ambos diseñadores aprendí mucho, sobre todo la parte funcionalista y racionalista del diseño. Cataluña tiene mucha tradición en el oficio, porque existe una industria que exige de diseñadores. Con el Celler de Can Roca trabajo desde 2009, empecé haciendo platos, cubiertos, copas y después los carros, también hemos hecho interiorismo. Con ellos se trabaja de forma muy fluida e intuitivamente. El cliente que va te demanda la estetización porque van a degustar, pero también con el móvil a hacer fotos. Actualmente tengo dos estudios, el primero es ACID Studio, bastante más técnico y de diseño industrial. Y bajo mi nombre, está el estudio de diseño más artístico, donde hacemos diseño de interiores y productos de autor.
P.- ¿Cómo parte la idea de Diseñando la repoblación?
R.- Madrid Design Festival nos contactó para hacer el proyecto, buscamos un concepto que nos gustara y encajara con la empresa patrocinadora. El Alto Aragón es pleno Pirineo, muy agreste, alpino, un paisaje hermoso. La aldea de Chistén en los años treinta llegó a tener ochocientos habitantes, hoy tiene noventa. La decisión de migrar a la ciudad, tiene que ver sobre todo con las nuevas generaciones que se ven atraídas por citadinos modelos de vida, que demandan requerimientos económicos determinados. La mayoría de habitantes hoy en día en la aldea son jubilados, pero también hay cuatro niñas. El sistema de educación rural es particular, los profesores alternan por distintos colegios rurales impartiendo las materias que corresponden. Pese a la poca población del lugar, los fines de semana llegan muchos turistas a visitar el paraje que es bellísimo.
P.- ¿Cómo decidió qué piezas diseñar?
R.- Llegué a un antiguo refugio de pastores, un espacio deshabitado donde debía montar mi estudio y me instalé ahí por diez días. Lo primero que pensé fue que necesitaba amueblar el lugar, y fue entonces cuando me di cuenta que ese mobiliario, sería el motivo y cuerpo de la exposición. En el refugio anteriormente también había vacas, así que limpiamos y despejamos el espacio para ponerlo a punto. Luego hablamos con el alcalde, David Bielsa, para determinar con qué materiales podíamos trabajar. Por el entorno, lo más práctico era utilizar madera, así que fuimos a cortar un gran pino, que fue el material de trabajo del proyecto.
«La mayoría son conocimientos que heredaron de sus antepasados. La pena es que ya no hay a quién trasmitir estas tradiciones»
P.- En la instalación también vemos piezas artesanales…
R.- Chistén también me interesaba como lugar por la relación que ha tenido con la artesanía, sabía que podía aprender nuevas técnicas para aplicar al diseño. El primero contacto que tuve al llegar a la aldea fue con un artesano, quien intervino en el proyecto trabajando madera de boj y con cuero. Al ser tierra de pastores, se desarrollaron varias prácticas artesanales, sobre todo de utensilios o herramientas que utilizaban en su vida cotidiana. La mayoría son conocimientos que heredaron de sus antepasados, la pena es que ya no hay a quién trasmitir estas tradiciones, de ahí la alarma y preocupación. Nosotros intentamos probar desde Diseñando la repoblación que, con los recursos locales y el comercio electrónico, se puede producir mobiliario al igual que desde el estudio en Girona. Con los 18 metros de madera que sacamos del pino, hicimos una gran mesa, bancos, taburetes y otras piezas que recogen la esencia de un trabajo ancestral.
P.- El proyecto da visibilidad a unos datos alarmantes de despoblación, pero a su vez es esperanzador al mostrar la viabilidad de una vida en el ámbito rural…
R.- La exposición es también el intento por hacer una denuncia o algo que intenta generar debate y cuestionarnos lo que ha pasado. Ocurre algo similar entre la despoblación y la pérdida de los oficios artesanos. Es como un pez que se muerde la cola, porque si no hay trabajo te tienes que ir a un lugar donde lo haya y si no hay a quién trasmitir el conocimiento artesanal, este se pierde. Pienso que cuando uno tiene hijos el replanteamiento de los vínculos con la ciudad se vuelve más radical, pero creo deberíamos conocer más las posibilidades de lo que ofrece habitar lugares que consideramos remotos. Si existe la posibilidad de tener los productos de consumo diarios y acceso a internet, que es el caso de Chistén, están cubiertas la mayoría de necesidades. Además, los alquileres son más bajos, la vida es más saludable, la comida es maravilla y el entorno inigualable.
P.- La exposición también muestra todos los componentes que han sido necesarios para realizar el proyecto…
R.- Todas las herramientas que utilizamos para la producción también están siendo expuestas. No han sido más de cinco y todas son eléctricas, no hemos utilizado combustible fósil, si hubiésemos estado sin electricidad, hubiéramos podido cargar en una placa solar. Con pocas cosas se puede hacer mucho. En la exposición también se puede ver el video dirigido por Pau Carulla, que registra todo el proceso de producción en Chistén. La gráfica ha sido hecha por Xavier Roca de Run Design, diseñada expresamente con un plotter transformado para pintar con carbón, no hay vinilos, únicamente se ha utilizado papel y carbón. El diseño expositivo ha estado a cargo de Jordi Queralt, del estudio Querald Suau, quien también se trasladó a la aldea para hacerlo.