Así es el tour del Prado sobre 'masculinidades': «Las mujeres buscan hombres más sensibles»
THE OBJECTIVE asiste a la visita guiada de la pinacoteca que, en cuatro años, solo ha recibido 758 asistentes

Imagen de una visita guiada en el Museo del Prado. | X (Museo Nacional del Prado)
«Vosotros, los hombres, ¿qué pensáis cuando oís hablar del término masculinidad?». Así comenzó la responsable del tour Nuevas masculinidades del Museo Nacional del Prado su interacción con los seis visitantes que participamos en la experiencia el pasado jueves. Curiosamente, una cifra ligeramente superior a la media de asistentes de esta actividad desde su inauguración en 2021, que, como reveló THE OBJECTIVE, apenas ha logrado congregar cinco personas por sesión, sumando un total de 758 visitantes en cuatro años. Este periódico ha intentado recabar la versión de la pinacoteca sobre estos datos, pero no ha obtenido respuesta.
Con la escultura Carlos V y el Furor (Leone Leoni, siglo XVI) como telón de fondo, la pregunta inicial de la guía —que llevaba una chapa del 8-M— marcaba la dirección de la visita: abrir una conversación sobre «el replanteamiento de la idea de masculinidad», según describe el propio museo en su página web. La respuesta de los asistentes no se hizo esperar: «poder» fue el término más mencionado (posiblemente influidos por la obra de detrás). No en vano la escultura de bronce, encargada en 1564 al escultor milanés, representa la grandeza imperial de Carlos V en todos los aspectos: un rostro envejecido y barbado que evoca sabiduría, junto a un cuerpo atlético y juvenil que simboliza sus triunfos en la batalla, al más puro estilo de las deidades griegas.

Para ilustrar la evolución del concepto de masculinidad, la guía recurrió a su tablet y mostró dos anuncios publicitarios que recientemente han generado debate en torno a los estereotipos de género. El primero, un spot de la colonia Old Spice, presenta a un hombre negro musculoso montado a caballo con un frasco de perfume en la mano y el eslogan: «Huele como un tío, tío». El segundo, una campaña de Gillette, retrata a distintos hombres, incluidos el cantante Dani Martín (que hizo pública su lucha contra problemas de salud mental), el actor Jesús Vidal (con discapacidad visual) y la drag queen Rubén Errebeene, entre otros, con el mensaje: «Hay que ser muy hombre». Ambas campañas fueron retiradas: la primera, pese a su tono humorístico y exagerado; la segunda, tras una caída en las ventas de Gillette que llevó a la empresa a reconsiderar su estrategia de marketing.

A partir de este planteamiento, la responsable del tour lamentó la reacción negativa de muchos hombres hacia el anuncio de Gillette, a pesar de que la marca apostó por una redefinición de la masculinidad. Acto seguido, citó datos de un estudio sobre la percepción masculina en la actualidad: «El 48% de los hombres asocia la masculinidad con la fuerza», «el 28% la vincula con la autosuficiencia» y «seis de cada diez creen que el estereotipo de masculinidad tradicional se imparte en la educación».
La siguiente parada en el recorrido fue La Sagrada Familia del pajarito, de Bartolomé Esteban Murillo (1650), un óleo del siglo XVII que representa a San José, la Virgen María y el Niño Jesús en una escena doméstica. En este punto, la guía quiso centrar la conversación en la figura paterna y cómo, a pesar de ser carpintero y padre terrenal de Jesús, San José ha sido representado en el arte de manera secundaria o incluso peyorativa. Como ejemplo, citó La adoración de los Magos de El Bosco (siglo XVI), donde el santo aparece en un segundo plano y prácticamente apartado de la escena principal.
Para profundizar en el tema de la paternidad, la guía estableció una comparativa con «todo aquello que no le han contado al hombre» sobre el cuidado infantil y los roles de género en la crianza. Nos mostró a los asistentes un fotolibro de un autor francés que documenta el esfuerzo y la dedicación que conlleva la atención a un bebé, una tarea que tradicionalmente ha recaído en las mujeres y que se conoce como «trabajos invisibles».
En este contexto, compartió datos del Instituto Nacional de Estadística (INE) para ilustrar la brecha de género en la distribución de estas responsabilidades: «El 26,5% de las mujeres asumen los trabajos invisibles frente al 12,5% de los hombres». Sin embargo, al convertirse en madres, esta cifra «se dispara al 92%». Según la guía, estos patrones provienen del patriarcado, aunque destacó que, en los últimos años, los hombres han empezado a asumir un mayor grado de implicación en estas tareas, rompiendo con roles que hasta hace poco les eran ajenos. ¿Quizá por los nuevos modelos de masculinidad?
Masculinidad «menos centrada» en la heterosexualidad
La última obra en la que nos detuvimos fue Marte, de Diego Velázquez (siglo XVII). En esta pintura, el maestro del Barroco ofrece una representación satírica del dios de la guerra, reflejando el descontento de la sociedad española con las constantes derrotas militares durante el reinado de Felipe IV. En lugar de un dios musculoso y poderoso, Velázquez lo muestra con una apariencia humana y abatida, simbolizando la decadencia y el desgaste. Según la guía, esta imagen representa a un Marte «cansado de su masculinidad», una visión que enlaza con los cambios en los modelos masculinos a lo largo de la historia.

De vuelta al siglo XXI, la guía resaltó cómo los ideales de masculinidad han evolucionado, mencionando que las mujeres de hoy en día muestran un creciente interés hacia una masculinidad «más sensible» y «menos centrada en su heterosexualidad», alejándose del estereotipo del hombre «musculoso, adinerado y obsesionado con proyectar poder».
Así, entre el arte clásico y el debate contemporáneo, el tour de Nuevas masculinidades del Museo del Prado intenta ofrecer una visión crítica sobre los modelos de género a lo largo de la historia. Sin embargo, su escasa convocatoria sugiere que el interés del público sigue siendo limitado.