Hollywood se queda sin ideas: 'Gladiator II' o la enésima secuela para reventar la taquilla
Las 11 películas más taquilleras de este 2024 son continuaciones de sagas o ‘remakes’
Este viernes, Gladiator II llega a los cines de todo el mundo. Casi un cuarto de siglo después de una de sus películas más reverenciadas, el director Ridley Scott estrena una secuela de la que llevaba mucho tiempo hablándose en Hollywood. Los críticos y los espectadores todavía tienen que juzgar la calidad del filme, pero una cosa es casi segura: el dinero que ha puesto la Paramount en su producción (entre 240 y 310 millones, según distintas fuentes) tiene muchas posibilidades de ser una buena inversión.
La razón para ello es que la nueva película del veterano realizador británico comparte la fórmula del éxito casi asegurado en la que Hollywood lleva insistiendo los últimos años: la de explotar la nostalgia de los espectadores con una incesante concatenación de secuelas y franquicias interminables. Y eso que la continuación del universo del gladiador Máximo Décimo Meridio no está ni de lejos entre los casos más sangrantes. A fin de cuentas, se trata solo de la segunda parte. En cambio, este año han llegado a los cines la cuarta entrega de Gru: mi villano favorito, la cuarta de El planeta de los simios (sin contar la original de 1968), también la cuarta de Kung fu Panda o la séptima de Alien. A ellas pueden añadirse, sólo en 2024, las secuelas de Del revés, Dune, Un lugar tranquilo, Beetlejuice o Joker, entre otras.
La industria del cine estadounidense tiene motivos para continuar esta tendencia. Según datos del portal especializado Box Office Mojo, los once primeros puestos de la nómina de películas más taquilleras de 2024 están copados por secuelas o remakes. Ni que decir tiene que Gladiator II aspira a colarse en esa lista. Y no es un fenómeno exclusivo de este año. Ni mucho menos. En la última década, el filme más visto del año ha sido una continuación en ocho ocasiones de diez. Las excepciones fueron Frozen, en 2013 (que ya tuvo su secuela en 2019 y para la que hay anunciada una tercera parte en 2027), y Barbie (2023), el gran fenómeno cinematográfico —al menos en términos de taquilla— del año pasado.
Una apuesta segura
Crear una película desde cero puede suponer una empresa arriesgada, tanto creativa como financieramente. Una producción cinematográfica típica requiere una inversión considerable en términos de guion, casting, producción y marketing, lo cual implica un riesgo inherente para los estudios, que no saben cómo responderán los espectadores en taquilla. A Disney, sin ir más lejos, le ocurrió hace un par de años con Un mundo extraño, un filme que recibió buenas críticas, pero que perdió más de 100 millones por su baja recaudación (costó 180 millones e ingresó 73).
En cambio, las secuelas representan una gran ventaja desde el punto de vista de los estudios: son una apuesta segura en lo económico. El motivo es que estas continuaciones capitalizan el éxito y la familiaridad de una película anterior. La audiencia ya conoce a los personajes y el universo narrativo y, en muchos casos, ya tiene un vínculo emocional con la historia, lo que incrementa las probabilidades de éxito en taquilla.
A nivel económico, las secuelas también ofrecen la posibilidad de maximizar las ganancias de forma más predecible. Al continuar una franquicia existente, los estudios pueden reducir los costes asociados con la creación de una marca nueva y, en cambio, concentrarse en refinar y expandir un producto conocido. Las series de películas —como la saga de Star Wars, de Jurassic Park o el universo Marvel— son capaces de generar miles de millones en taquilla a nivel mundial, a los que se añaden ingresos adicionales en merchandising.
Otro factor que alimenta esta tendencia es la presión de los inversores y accionistas en una industria donde cada vez es más importante demostrar resultados consistentes. En este contexto, los estudios de cine operan bajo la presión constante de maximizar los ingresos. Esta dinámica reduce el margen para proyectos más originales o independientes, los cuales se perciben como arriesgados en comparación con las secuelas de franquicias ya consolidadas.
Muchas más secuelas por llegar
Por todo esto, no sorprende que los estudios basen su estrategia futura en explotar franquicias ya conocidas. Sin salir del ejemplo de Disney, la compañía del ratón Mickey estrenará este mismo año una precuela de El rey león y la segunda parte de Vaiana. Ya para el año que viene, afrontará un remake en persona de Blancanieves, dos spin-offs del universo Marvel (una sobre el Capitán América y otra llamada Thunderbolts) y una secuela de Zootrópolis, entre otras.
Pero Disney no es la única que alimenta esta querencia. De la mano de otras majors, veremos llegar próximamente a las salas de cine un spin-off animado de El Señor de los Anillos (La guerra de los rohirrim, un proyecto en el que ha participado Philippa Boyens, guionitsta de la trilogía de Peter Jackson), la tercera entrega de Sonic, la séptima de Jurassic World o la octava de Misión imposible.
Críticas
En medio de esta lluvia de millones, sin embargo, hay un puñado de voces que en los últimos años ha denunciado la falta de creatividad y la aversión al riesgo en Hollywood. Una de las más autorizadas ha sido la de Martin Scorsese, uno de los directores vivos más reverenciados del cine estadounidense. Hace unos pocos años, el realizador de Taxi driver hablaba así de las películas de Marvel (aunque sus palabras pueden aplicarse a muchas sagas): «Muchos de los elementos que definen el cine tal como lo conozco están en las películas de Marvel. Lo que no hay es revelación, misterio o genuino peligro emocional. Nada está en riesgo».
A esta crítica se suma el impacto negativo de la secuelitis en los cineastas emergentes o en aquellos que buscan llevar proyectos originales a la pantalla. Las sagas y franquicias de alto presupuesto ocupan la mayor parte de los recursos y el espacio en el mercado, dificultando que las producciones independientes encuentren distribución y visibilidad. Aunque algunos estudios están invirtiendo en plataformas de transmisión para diversificar su oferta y dar lugar a producciones más arriesgadas, las grandes salas de cine siguen dominadas por títulos de franquicia, lo cual limita las oportunidades para las películas originales.
Mientras, este mismo jueves el portal especializado Deadline publicó que Lucasfilm (filial de Disney) ya trabaja en una nueva trilogía —sí, otra más— del universo Star Wars.