
Música





Macroconciertos, esa cultura
Aunque se extrañen nuestros hijos y ya, en algunos casos, ¡ay!, nuestros nietos-, los que tenemos gustos musicales blueseros y rockeros pero una edad ya bastante provecta no pertenecemos a la cultura de los llamados festivales o conciertos masivos al aire libre.

Coñá o no cantamos
Pedro Pubill se llamaba, aunque con una guitarra en la mano, a la que solía marear de tantas vueltas que la daba, siempre fue Peret. Así a secas, sin más apellido que ser el rey de la rumba catalana.

El tai-chi de los viejos
Cervantes escribió el Quijote cuando ya no le quedaban ni dientes ni esperanzas, Reagan aspiraba a octogenario al caer el Muro y Miguel Ángel alzó sobre su edad provecta una cúpula en San Pedro.

Soplagaitas
Dicen los estudiosos que cuando escuchas una canción que te gusta, se desencadena una especie de efecto escalofrío que nos conecta con recuerdos, sensaciones y que no sólo te conectan con todo lo bueno, sino que además es beneficioso.

La música, las vacas y el frigorífico
Vivimos en un horror vacui sonoro. Decía Paul Virilio que en la sociedad contemporánea vivimos el miedo a la soledad como miedo al silencio. Y para no sentirnos solos nos vamos con la música a todas partes.






Nuestra Suiza es otra, Carlos
Sí, ese país con mala prensa, por ‘los gnomos de Zúrich’ y las fortunas escondidas por dictadores y narcotraficantes. Pero un país, en realidad, admirable y respetuoso de la dignidad de las personas. La verdadera Suiza es la de aquellos niños españoles de Ginebra y de Uzwil. Eso es Suiza.




A buenas horas, amigo
¿Qué sería de la radio si no pudiese emitir música? La publicidad, un chiringuito, nuestro propio hogar con los discos de nuestra vida. Si no, díganme por que los monstruitos pequeños se duermen con una nana.

Malditos estudios
Los estudios son como los tertulianos, nada hay de lo que no vendan certeza y se deben a quien pagan. Menos mal que aún hay cosas que no están científicamente comprobadas. Que se lo digan a Mariló.













Novecento
Un Mason&Hamlin ha aparecido por arte de magia en la arena del East River. Ya son muchos los que han ido a dejar un trozo de su historia entre sus teclas. Quizá Novecento se hartara del naufragio de los ideales y tirara su piano al mar.





