La gesta del Casademont Zaragoza: una ciudad entera se vuelca con el baloncesto femenino

Zaragoza era una fiesta. La sección femenina del Casademont Zaragoza ha conseguido, en solo tres años de vida, su primera Copa de la Reina y, lo que parece más importante, ilusionar a una ciudad entera, volcada con unas jugadoras que son ya historia del baloncesto y del deporte español. El pasado fin de semana, la capital aragonesa fue sede del torneo y enloqueció con el mejor baloncesto femenino del país. Unas cuantas cifras para poner la locura desatada en contexto: en total, 47.000 personas acudieron al pabellón Príncipe Felipe de Zaragoza, sede del torneo, 10.800 de ellos en la final. Lleno total. Por televisión, lo siguieron 693.600 personas. Unas cifras récord para una competición doméstica femenina en España.

Los 47.000 espectadores que acogió el pabellón Príncipe Felipe entre los siete encuentros supuso una media de algo más de 6.700 seguidores por partido. Este dato prácticamente dobla la media de asistencia registrada en la edición anterior, celebrada en Valencia, a la que acudieron 3.600, y supera en casi 4.000 aficionados a los 3.000 registrados en la de Salamanca del año 2020. Para Anaïs López Gómez, periodista especializada en baloncesto femenino, «cualquier récord supone un punto de inflexión». «No solo han crecido en espectadores en la Copa de la Reina, sino que en redes sociales cada vez hay mayor visibilidad y eso se traduce en una mayor afluencia a los partidos», asegura.

Una gesta que no puede leerse solo en clave baloncestística, sino que tiene mucho que ver con el auge del deporte femenino español en general: «El éxito del fútbol femenino y la creación de referentes tan fuertes como Alexia Putellas ha abierto el camino a otras deportistas que son tomadas como referencias locales a través de los clubes, y nacionales a través de la Selección», apunta López.

El novato contra el veterano

El rival a batir para el Casademont Zaragoza no era fácil: el Perfumerías Avenida de Salamanca, un equipo con solera, un mítico del baloncesto femenino español. Los números lo avalan: seis veces campeón de la Liga, diez veces campeón de la Copa de la Reina (su competición fetiche), y ocho veces supercampeón de España. Un equipo que lleva más de 30 años en la élite, con galones de sobra, frente a un ‘novato’, el Casademont Zaragoza. La historia escrita no iba a terminar como acabó, pero ya se sabe que en el baloncesto, como en la vida, nada está realmente escrito. El principiante, capitaneado por su entrenador, Carlos Cantero, terminó superando al veterano. Lo hizo por 55 puntos a 51 en, además, una final de infarto.

El pabellón era una olla exprés. Los aficionados empujaban contra viento y marea. La de Zaragoza fue una final repleta de tensión, donde predominaron las defensas. Una presión que aumentó todavía más si cabe con la expulsión de Vega Gimeno, que abandonó la cancha entre lágrimas. Su expulsión dio paso a un último cuarto épico para las anfitrionas, el cuarto de la remontada. Gran responsable de ello fue Helena Oma, MVP de la final, que irrumpió en todas las facetas del juego y que fue determinante para conquistar la Copa.

Honores para las nuevas heroínas de Zaragoza: «Esta copica, para la Pilarica»

Vega Gimeno, Helena Oma, Leo Fiebich, Carmen Grande, Gracia Alonso de Armiño, Mariona Ortiz, Lara González, Serena-Lynn Geldof, Imani Tate, Markeisha Gatling, Davinia Ángel… Son los nombres propios de las nuevas heroínas de Zaragoza. Eso sí, la capital aragonesa no apoya ‘de nuevas’ su baloncesto femenino, y gran culpa de ello es del Casademont, pero también de otros factores.

«Creo que el éxito del Casademont Zaragoza se debe a múltiples factores, pero no puedo dejar de darle gran parte del mérito a Aragón TV. Cuando llegó Sara Rada, directora de contenido, no se les prestaba atención. Ella, junto con algunos compañeros, creyeron en el equipo y luchó contra la vertiente más conservadora de la cadena para darle una mayor visibilidad. Semana a semana han ido ganando audiencia en los partidos, pero también han tomado a las jugadoras del Casademont como referentes para la sociedad aragonesa a través de diversos actos sociales y publicitarios», nos explica Anaïs López.

El furor desatado tras este primer título histórico de las jugadoras del Casademont se notó en las calles de Zaragoza, en sus plazas, además de en el citado pabellón Príncipe Felipe. El equipo fue recibido con honores por las distintas instituciones, claro, pero hubo una parada especialmente significativa en la celebración: la de la Virgen del Pilar, a la que las jugadoras del Casademont Zaragoza ofrecieron su primera Copa de la Reina. Precisamente, las jugadoras serán las encargadas de pronunciar el pregón de las próximas fiestas del Pilar. Un honor para el cual ha habido consenso unánime: el alcalde de Zaragoza, Jorge Azcón, anunció la decisión tras corroborar el acuerdo de todos los grupos políticos presentes en el Ayuntamiento.

«Si lo cuidas, vende»

«Zaragoza necesitaba referentes femeninos y, junto al éxito deportivo del equipo, han conseguido convertirse en la cara visible del deporte local», concluye la periodista, que lleva años siguiendo el baloncesto femenino español y que el pasado fin de semana sintió «orgullo de ver cómo esas mujeres están consiguiendo ser referentes para las generaciones que vienen, pero también para los consumidores de deporte que antes solo veían deporte masculino y que ahora les han dado una oportunidad». «Cualquiera que me siga verá que mi lema es: ‘Si lo cuidas, vende’, y nada me hace más feliz que tener razón en eso. Las niñas necesitan referentes femeninos para no abandonar el deporte, al final si ellas ven que otras han sido capaz de conseguir sus sueños, ellas también lo creerán… y lo acabarán consiguiendo».

Pero que la gesta no nos nuble la vista: la propia Vega Gimeno, la capitana que abandonaba entre lágrimas la cancha en la final y después celebraba con sus compañeras por la ciudad, ponía de manifiesto apenas tres días después todo lo que queda por hacer en nuestro baloncesto, concretamente en la Liga Femenina Endesa: «Me parece una vergüenza que un equipo de esta liga, que queremos que sea profesional, venga a jugar con 3 o 4 sénior y llamen a 7 u 8 júnior porque las jugadoras no cobran. El pabellón estaba sucio, la pista estaba sucia, los balones no botaban», decía tras su partido liguero contra el Clarinos Tenerife. Hay que cuidarlo para venderlo.