El mensaje de una de las víctimas de Orlando a su madre: "Voy a morir"
Fuera de la discoteca, una mujer consiguió contactar con su hijo Eddie, de 30 años, a través de mensajes de texto. Le comentó a su madre que se había escondido en el baño junto a otros clientes. “Estoy en el baño. Está viniendo. Voy a morir”, le escribió. En el siguiente mensaje apostilló: “¡Nos tiene, está aquí entre nosotros!”. La madre ha señalado que “eso es lo último que he sabido de él”, después pudo comprobar que el nombre de su hijo estaba, desgraciadamente, entre la lista de las víctimas mortales del ataque. El club estaba lleno y albergaba a más de 300 personas. Según los testigos, los disparos empezaron poco antes del cierre, cuando la gente seguía bailando. Algunos de los presentes han asegurado que Omar Mateen apeló a Alá y que sonreía al apretar el gatillo.
El ataque a la discoteca Pulse, en Orlando, arrancó aproximadamente a las 2 de la madrugada. Allí se celebraba el Latin Saturday, una cita que congregaba sobre todo a la comunidad latina homosexual de la ciudad. A esa hora, Omar Mateen entraba en la discoteca y disparaba sin miramientos a los asistentes. Mateen intentó escapar, pero al ver a la policía en el exterior, decidió atrincherarse. En esos momentos, un testimonio ha destacado sobre los demás: el del joven que escribía a su madre “voy a morir” instantes antes de ser disparado.
Fuera de la discoteca, una mujer consiguió contactar con su hijo Eddie, de 30 años, a través de mensajes de texto. Le comentó a su madre que se había escondido en el baño junto a otros clientes. “Estoy en el baño. Está viniendo. Voy a morir”, le escribió. En el siguiente mensaje apostilló: “¡Nos tiene, está aquí entre nosotros!”. La madre ha señalado que “eso es lo último que he sabido de él”, después pudo comprobar que el nombre de su hijo estaba, desgraciadamente, entre la lista de las víctimas mortales del ataque. El club estaba lleno y albergaba a más de 300 personas. Según los testigos, los disparos empezaron poco antes del cierre, cuando la gente seguía bailando. Algunos de los presentes han asegurado que Omar Mateen apeló a Alá y que sonreía al apretar el gatillo.