La Cumbre del Clima agota sus horas sin acuerdos concretos
Los jóvenes de Friday for Future ya han anunciado movilizaciones ante la inacción de los líderes políticos reunidos durante días en Madrid
Las negociaciones que se suceden en la Cumbre del Clima de Madrid se han complicado en algunos de los asuntos que se consideran clave y determinantes para reducir de una forma efectiva las emisiones de gases de efecto invernadero.
Entre éstos figuran los mercados de carbono, las medidas que se deben impulsar para ayudar a los países a diversificar sus economías -en aquellos casos en los ésta depende casi exclusivamente de los combustibles fósiles- o los compromisos concretos que los países tienen que adoptar el próximo año para aumentar la ambición y cumplir el Acuerdo de París. Fuentes conocedoras del transcurso de las negociaciones han apuntado cuáles son esos escollos que están ralentizando los acuerdos en vísperas del cierre de la Conferencia de Madrid, previsto para mañana.
A los obstáculos relacionados con el artículo 6 del Acuerdo de París, el que regula los mercados de carbono, se han sumado las medidas que se deberían implementar en el futuro para ayudar a algunos países a diversificar sus economías cuando éstas dependen casi en exclusiva de recursos como el petróleo. Debaten las partes en la cumbre de Madrid cómo ayudar a esos países que tienen una alta dependencia del petróleo a diversificar sus economías, pero sobre la mesa de la negociación se pone de relieve que no es lo mismo activar mecanismos de ayuda a países como Nigeria o Ecuador que hacerlo a otros con un elevado PIB y renta per cápita como Arabia Saudí.
El Acuerdo de París compromete a los países a adoptar medidas para que la temperatura del planeta no aumente por encima de 1,5 grados, y las Contribuciones Nacionales Determinadas (los compromisos específicos de cada país) deberían ser revisadas al alza para cumplir esos objetivos. Pero los países tampoco se han puesto de acuerdo sobre si esa revisión al alza debe completarse en 2020 o si hay plazo hasta 2023 para hacerlo, han explicado las mismas fuentes, y las reticencias de algunos países a agilizar esa revisión dificultan el acuerdo. Entre las naciones que más reticencias están mostrando a la hora de agilizar esas Contribuciones Nacionales figuran algunos, como la India, que son especialmente vulnerables a los efectos del cambio climático y que están padeciendo con severidad sus impactos.
La futura regulación de los mercados de carbono sigue ralentizando también algunas mesas de negociación, y los países debaten sobre la transición del Protocolo de Kioto al Acuerdo de París o sobre cómo evitar la «doble contabilidad» en los complejos sistemas de mercado. Algunos países están defendiendo la necesidad de que una parte de esos mercados se vincule directamente a los fondos de adaptación para financiar programas que contribuyan a aumentar la resiliencia frente al cambio climático.
Tampoco hay un acuerdo todavía en los asuntos relacionados con los mecanismos internacionales de «pérdidas y daños» para ayudar a los países más vulnerables frente a la emergencia climática y con escasa capacidad de actuación para afrontarla, como pueden ser algunos pequeños estados insulares, muchas islas caribeñas, Bangladesh o numerosos lugares de África.
Las mismas fuentes conocedoras de esas negociaciones han subrayado la importancia de que la comunidad internacional se implique en sistemas y mecanismos para aumentar esa protección, y la necesidad de contar con una mayor financiación y recursos y una agenda de trabajo más amplia y ambiciosa. Aumentar la ambición climática para dar respuesta a las evidencias científicas y a las demandas sociales es el eje sobre el que pivotan las negociaciones en la cumbre de Madrid, pero cómo se refleja eso en los acuerdos formales y cuándo deben formalizarse los compromisos más ambiciosos distancia a las partes.
Esas negociaciones sí han avanzado para corroborar el papel que los océanos desempeñan en el clima mundial y la importancia de reforzar su protección como uno de los elementos determinantes para combatir el cambio climático. En esa línea, algunos países, en su mayoría del continente africano, están tratando de dejar también patente en esta cumbre la importancia del suelo y del adecuado uso que se hace de él para luchar contra la emergencia climática.