La inversión extranjera directa caerá un 40% interanual en 2020 por la crisis derivada de la pandemia de COVID-19[contexto id=»460724″], volverá a bajar en 2021 entre un 5% y un 10% y no remontará hasta 2022. Es la situación que vaticina el informe publicado este martes por la Conferencia de la ONU sobre Comercio y Desarrollo (UNCTAD). Esto significaría una inversión extranjera de unos 533.000 millones de euros, la peor cifra en 17 años, según las estadísticas de la organización.
Cómo te afecta: Los países desarrollados se verán muy golpeados, con una caída de la inversión prevista de entre el 30% y el 45% en Europa y de hasta un 35% en Norteamérica, después de que en estas economías el indicador subiera un 5% en 2019, hasta 710.000 millones de euros. Las cifras parciales de este año ya muestran el mal momento para la atracción de capital por parte de los países industrializados. En la eurozona, por ejemplo, el comercio de bienes con el resto del mundo cayó un 29,3% en abril con respecto al mismo mes de 2019, según el Eurostat.
«El panorama es incierto, y las perspectivas dependen en gran parte de la duración de la crisis sanitaria y de la efectividad de las políticas para mitigar los efectos económicos de la pandemia», ha epxlicado, al presentar los datos, el secretario general de la UNCTAD, Mukhisa Kituyi. La pandemia, analiza el organismo en su informe, ha ralentizado los planes de inversión de numerosas empresas multinacionales, debido sobre todo a las medidas de confinamiento, que han paralizado la oferta y la demanda en múltiples sectores.
Las principales 5.000 multinacionales del mundo, que representan buena parte de la inversión extranjera global, han revisado sus perspectivas de beneficios en 2020 un 40% a la baja como promedio, lo que perjudicará a las inversiones, que en más de la mitad de los casos suelen ser ganancias reinvertidas. Además, se espera que tras la pandemia aumenten las políticas restrictivas de flujo de capitales, otro factor que también perjudicaría a la inversión extranjera, que el año pasado ascendió a 1,36 billones de euros, una subida interanual del 3%.
UNCTAD también analiza en su informe el futuro de la cadena de producción internacional tras la pandemia, y augura que esta no hará sino acrecentar la desaceleración de los flujos de inversión y de las cadenas de valor mundiales, lo que irá acompañado de un lento crecimiento del comercio. Esos procesos ya se habían iniciado tras la crisis financiera mundial de 2008, alimentados por el creciente nacionalismo económico, la nueva revolución industrial (con un impulso de la robotización) y la concienciación sobre el impacto de la producción en el medioambiente[contexto id=»381730″].
UNCTAD prevé, por todo ello, mayor intervencionismo de los Gobiernos en la producción, más proteccionismo, cambio hacia marcos operativos regionales y bilaterales en lugar de los multinacionales, o un aumento de la desinversión y las deslocalizaciones, que desatará una competencia más dura por atraer inversión extranjera.